Palabras, palabras, palabras

“Dar la palabra” es otorgársela a una persona para que hable en un debate; en cambio “dar mi (tu, su) palabra” significa comprometerse a algo; equivale a “empeñar la palabra” y a quien siempre cumple lo que ha prometido se le dice “de palabra”.

Palabras, palabras, palabras
Cuál es la palabra del español que se puede pronunciar, mas no escribir. Imágen ilustrativa. Foto: Pexels

Todos sabemos qué son las palabras; pero la mayoría ignora que el vocablo deriva de la voz latina “parabola” (sin tilde, en latín), como “proverbio”, y del griego παραβολή, con el valor de “enseñanza moral”. Si recurrimos al diccionario académico, encontramos que, aparte de ser la “unidad lingüística, dotada generalmente de significado”, puede aludir a la facultad de hablar y a la aptitud oratoria: “Tiene facilidad de palabra”.

Otro valor significativo es el de “empeño que hace alguien de su fe y probidad en testimonio de lo que afirma”: “Le doy mi palabra de que así sucedieron los hechos”. En una asamblea política o de otra índole, se usa ‘palabra’ junto a verbos como ‘pedir’, ‘conceder’, ‘tener’, ‘retirar’ o la frase ‘hacer uso de…’ para indicar que se le otorga a alguien el derecho o turno de hablar: “Fueron, ordenadamente, pidiendo la palabra en la asamblea”.

En una construcción negativa, equivale a decir “nada, ninguna cosa”: “Se retiró sin articular palabra”. A veces, ‘¡palabra!’, con valor interjectivo, sirve para garantizar la verdad de lo que se afirma: “¡Palabra! Yo no hice semejante cosa”.

Cuando una manifestación es breve, se usa la expresión ‘cuatro palabras’: “Te lo resumiré en cuatro palabras”. Y decir “buenas palabras” es hacer alusión a expresiones corteses, para agradar o convencer: “La discusión se suavizó y todo acabó en buenas palabras”.

Y ¿cuál es el significado de la locución ‘medias palabras’?: se puede aludir a que las palabras no se pronuncian enteramente por defecto de la lengua o, también, que se trata de algo que se insinúa, que no se dice del todo, por alguna razón, sino de modo incompleto y confuso: “No pude entenderlo porque se expresó en medias palabras”.

También le damos doble interpretación a ‘palabra clave’, pues puede ser una contraseña o la palabra informativa sobre el contenido de un documento: “No pude entrar a la página porque no tenía mi palabra clave” y “Debe enviar, antes del trabajo, las palabras clave de su contenido”. En este sentido, recordamos que es tan correcto decir ‘palabras clave’ como ‘palabras claves’, pluralizando solamente el primer elemento o los dos.

Algunas frases se forman con el vocablo ‘palabra’ y un complemento que comienza con ‘de’ y que acota el significado, haciendo alusión a un grado de compromiso: ‘palabra de honor’ indica el empeño que alguien hace de su fe; ‘palabra de matrimonio’ o ‘palabras de presente’ son las que se dan recíprocamente los contrayentes, por las cuales quedan moralmente obligados a dar cumplimiento a su promesa; ‘palabra de rey’ encarece o pondera la seguridad y certeza de la palabra que se da o de la oferta que se hace; ‘palabras al aire’ son aquellas insustanciales y sin fundamento; ‘palabras de buena crianza’ son las que se dicen por cortesía; ‘palabras de oráculo’ son las de respuestas ambiguas, en donde se encripta la verdad.

Otras veces, se le añade a ‘palabra’ un adjetivo para connotar diferentes valores: ‘palabra gruesa’ es un dicho obsceno o inconveniente; ‘palabra ociosa’ es la que, sin tener un fin determinado, se pronuncia por pasatiempo; ‘palabra pesada’ es aquella injuriosa; ‘palabra picante’ es aquella de carácter hiriente; ‘palabra preñada’ es la que encierra más contenido del que se expresa; ‘palabras mayores’ son las implican ofensa o presentan una realidad más grave que la considerada hasta el momento; ‘última palabra’ se refiere a una decisión definitiva e inalterable.

Entre las locuciones formadas con ‘palabra’, destacaremos algunas: ‘ahorrar palabras’ significa instar a alguien para que finalice un negocio o ejecute lo que se dice, dejándose de proponer excusas: “Ya no vacile y ahorre palabras, decídase”; ‘soltar/alzar la palabra’ equivale a liberar a alguien de una obligación contraída: “Te suelto la palabra y podés olvidarte de todo compromiso conmigo”; hay una diferencia entre decir ‘tener la palabra’ y ‘tener unas palabras’ (con alguien); en el primer caso, se quiere indicar que alguien tiene el turno para hablar: “Pedro, tiene usted la palabra”; en cambio, la segunda expresión señala que dos personas se dijeron cosas desagradables: “A raíz del malentendido, los hermanos tuvieron unas palabras”.

Además, ‘dar la palabra’ es otorgársela a una persona para que hable en un debate; en cambio, ‘dar mi (tu, su) palabra’ significa comprometerse a algo; equivale a ‘empeñar la palabra’ y a quien siempre cumple lo que ha prometido, se le dice ‘de palabra’: “Puede confiar en ella, es de palabra”. Lo contrario se expresa con ‘faltar a la/a su palabra’: “Estamos muy molestos porque ha faltado a su palabra”. Cuando una persona es parca y reduce al máximo su expresión, se dice que es ‘de pocas palabras’: “No le pude sacar información porque es de pocas palabras”. Pero, a veces, alguien se va y nos deja en la mitad de un discurso: en ese caso, se dice ‘dejar con la palabra en la boca’.

Expresiones equivalentes son ‘en una/ dos/cuatro palabras’: todas ellas señalan que se habla brevemente y en un instante: “Te lo confieso en dos palabras: estoy harta”.

Si leemos o escuchamos la locución ‘beber las palabras (a/de alguien)’, damos a entender que se lo escucha o atiende con sumo cuidado: “Con una expresión embelesada, Marcela parecía beber las palabras de su admirado profesor”. Por su lado, ‘gastar palabras’ es hablar inútilmente: “No gastes palabras por algo que no vale la pena”. Y cuando a una persona ‘se le escapan las palabras’ significa que profiere, por descuido o falta de reparo, una expresión disonante o que puede ser molesta: “Por indignación, se le escaparon las palabras al hombre que acababa de chocar”. Y ‘mantener (alguien) la palabra’ es “perseverar en lo ofrecido”, mientras que ‘medir las palabras’ es “hablar con cuidado para no decir sino aquello que convenga”: “Por favor, mida sus palabras”.

Cerramos con dos expresiones: decir de algo que ‘son palabras mayores’ es afirmar que son de importancia considerable. Y ‘ser la última palabra del credo’ señala coloquialmente que lo expresado es lo menos importante.

* La autora es profesora consulta de la UNCuyo.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA