El cambio climático, la permanente emergencia hídrica y el crecimiento de la pobreza nos exigen actuar ahora y hacer del agua una política de Estado para asegurar la producción. Obras como el trasvase del Río Grande al Atuel se deben concretar de forma urgente. Tenemos que definir ya y con los pies en la tierra qué se hará con los fondos de Portezuelo.
Mendoza está cada vez más lejos de la imagen de la “Suiza de Argentina”: ante el crecimiento de la pobreza y el deterioro de la matriz productiva, una de las acciones de Estado más urgentes es el agua. El desarrollo socio-económico está condicionado severamente por la megasequía que vemos como la “nueva normalidad”, y que exige una política de estado a largo plazo.
Esta no puede ser la normalidad, porque con menos agua habrá más marginados. Debemos actuar, y ahora. Acarreamos desde hace años los vaivenes de Portezuelo del Viento. Desde nuestro sector advertimos que se trataba de una obra inviable que, de la forma en la que está planteada, no aportaba nada al problema hídrico. Dimos otras alternativas para aprovechar el caudal del Río Grande, ubicado en Malargüe. Es hora de que nos escuchen.
Se destinaron recursos del Estado – de todos los ciudadanos- para estudios, equipos técnicos, consultorías y leyes desde 2006, cuando el entonces gobernador Julio Cobos firmó el acuerdo como compensación por los perjuicios que ocasionó el régimen de promoción industrial en la década del ‘90. Son 17 años de gastos, dilaciones y ningún resultado.
La Legislatura de Mendoza en tres oportunidades ratificó la “megaobra”, pero en ninguna se discutió cuál de las alternativas de trasvase del Río Grande al Atuel resultaba más conveniente. Nadie planteó una contrapropuesta seria, respaldada por estudios técnicos.
Ahora que la megaobra, que muchos especialistas advirtieron que era inviable, no marcha ¿Qué se va a hacer con ese dinero? ¿Cuál es la política de Estado para las próximas décadas que se plantea hoy? ¿Cuántos legisladores analizaron la posibilidad de trasvase por la Cuenca Alta a través del embalse La Estrechura, un dique más pequeño y menos ambicioso que además puede generar energía?
Desde la política no hay una propuesta clara. La nuestra lo es, y la venimos planteando como urgencia. Trasvase ya, sin más dilaciones.
Ante el inminente laudo presidencial, que probablemente disponga que se debe hacer otra evaluación integral del impacto ambiental de toda la cuenca del Río Colorado, con los costos del Estado que esto implica, sería muy conveniente que se declare fracasada la licitación por falta de oferta y se desafecten los recursos para poder destinarlos estratégicamente a las obras del Río Grande -el que iba a alimentar Portezuelo-, al río Atuel.
No podemos desatender la sostenibilidad económica y social del oasis sur, uno de los motores económicos de la provincia. Sería un gran despropósito y la explicación es simple: los problemas de un río deben resolverse trayendo otro río, y no incrementando la restricción hídrica con una megapresa que se ha convertido en el “elefante blanco” de Mendoza.
En un Sur irrigado por el Diamante y el Atuel, estamos subutilizando la red de riego superficial, perjudicando a los departamentos de San Rafael, General Alvear y Malargüe. No hay agua, pero tampoco se genera la energía que podría producir un Atuel con caudal.
Pedimos al Gobierno que se concrete el trasvase por la Cuenca Alta. Invitamos a toda la dirigencia a que lea los trabajos que respaldan esta propuesta. Con ella, estaríamos optimizando la infraestructura para la producción de energía y desarrollo agrícola existente en el Río Atuel, hoy sub-utilizada en más del 50 por ciento.
Llamamos fuertemente la atención al Gobierno Provincial y a toda dirigencia mendocina, para no perder más tiempo en un oasis que está en emergencia. Si no estamos a la altura de los pioneros como Rodolfo Iselín, Teodoro Schestakow, Julio Ballofett, quienes nos legaron en gran medida una provincia integrada, se frustrarán las inversiones estratégicas, se dispersarán las inversiones en el norte y habremos perdido la batalla contra el desierto en el sur.
Dilatar una discusión que lleva años de vaivenes nos lleva a un callejón sin salida. Exigimos realismo, respuestas y una dirigencia que piense a largo plazo. ¿Cuál es la política de aguas en una provincia que prevé cada vez menos nevadas? ¿No sería un buen paso trazar un norte claro y encarar una obra de trasvase que hace años espera el Sur? ¿Qué otras obras se harán con el dinero de Portezuelo?
Los fundamentos técnicos de este pedido tienen tanta bibliografía que resulta increíble que la dirigencia no la lea, no la tome en cuenta y no plantee ejecutarla. Intentaremos explicarlo de forma simple, “con peras y manzanas”, pero sería bueno que nuestros políticos se detuvieran a leer, a estudiar y a concretar los estudios que se acumulan sin que nadie haga nada.
COIRCO
En el marco de tan severa restricción hídrica cobra suma importancia estratégica el Acuerdo Interprovincial del Coirco, que es el Comité del río Colorado y reúne a las provincias de Buenos Aires, La Pampa, Mendoza, Neuquén y Río Negro. En el acuerdo celebrado en 1976, se le otorgó a Mendoza el uso de un caudal medio de 34 m3//s proveniente de la cuenca del Río Grande, para su trasvase a la cuenca del Río Atuel.
En 1998 se contrató los Servicios de Consultoría del estudio del Aprovechamiento Integral del Río Grande cuyo objeto principal fue el trasvase del referido caudal, estudios realizados por HARZA HISSA UTE, quienes han propuesto alternativas para el trasvase:
1. Por la Cuenca Alta del Río Grande, atravesando el macizo rocoso entre la cuenca del Río Grande y la del Río Salado, derivando por gravedad los caudales a partir del embalse La Estrechura en el Valle Hermoso. El caudal es derivado a través de un túnel de aproximadamente 24 km de largo, que vincula los valles del Río Grande y del Río Salado, presentando su desembocadura en la zona de Los Morros, aguas abajo de la confluencia de los arroyos El Desecho y Las Leñas, que conforman el Río Salado. A la salida del túnel de trasvase puede lograrse la generación hidroeléctrica en la Central Los Morros y complementariamente en la Central Los Molles. Cabría la posibilidad de ejecutar la Presa El Infiernillo con su central de generación asociada, ya sobre el cauce del Río Salado.
En la zona de La Junta, y hasta Puesto Martínez, el caudal trasvasado debe ser desviado por un canal marginal revestido en hormigón que evite la infiltración en ese sector y del mismo se inicia otro canal que alimentará a la zona de Malargüe.
2. Por la Cuenca Media del Río Grande, atravesando el macizo rocoso entre la cuenca del Río Grande y el faldeo oriental de la cordillera al sur de la Ciudad de Malargüe, derivando por gravedad los caudales a partir del embalse Rincón de los Godos o del embalse Portezuelo del Viento, donde se inicia un canal de faldeo, por la margen izquierda del río, de 24 km hasta Bardas Blancas. Luego el caudal es conducido por medio de un túnel de 27,5 km de longitud que llega al Cº Chachao y desde allí a través de un canal a cielo abierto sobre la media ladera, revestido con hormigón, de aproximadamente 65 km de longitud, conduce el caudal hasta la Junta, sobre el Río Atuel. Desde ese punto se requiere un canal marginal hasta la zona de Puesto Martínez de unos 13 km.
Tales obras complementarias, además de las dificultades físicas, presentan costos extraordinarios que exceden los recursos afectados.
En el análisis realizado por la consultora HARZA HISSA UTE se concluye que la alternativa de mayor conveniencia para Mendoza se corresponde con el Trasvase por la Cuenca Alta del Río Grande al Río Atuel.
Esta obra permite trasvasar los caudales con inversiones sensiblemente inferiores y por etapas; presenta mejores indicadores económicos en la evaluación socio económica general; no existen riesgos geológicos insalvables, que puedan hacer impracticable la ejecución de las obras; el espejo de agua de Valle Hermoso, permite optimizar el uso de la infraestructura turística a lo largo del actual corredor que llega hasta las Leñas; la facultad de efectuar las obras de trasvase en la Cuenca Alta está explícitamente indicada en el Acuerdo Interprovincial del 26 de octubre de 1976.
Asimismo con las obras del Trasvase por la Cuenca Alta se podría captar el cupo que tiene Mendoza sobre el Río Grande y trasvasarlo al Río Atuel, lo que posibilitaría desarrollar: Proyecto de riego en San Rafael por una superficie neta de aproximadamente 23.000 ha, área localizada al sur del Distrito Monte Comán y al norte del Distrito Real del Padre; por el este limita con la Línea de Goico y al oeste con el Distrito La Llave; Proyecto de riego Sector General Alvear por una superficie neta para riego de aproximadamente 23.000 ha, área localizada al norte del área sistematizada existente y al este del distrito Real del Padre; Proyecto de riego Malargüe: se considera una superficie neta para riego de aproximadamente 6.700 ha, área localizada al noroeste de la ciudad y muy cerca de la villa cabecera.
Invito a toda la dirigencia a analizar estos fundamentos, a leer, a informarse. Hemos perdido casi dos décadas. Y el agua no puede esperar.
*El autor es abogado. Productor vitivinícola. Presidente de Coninagro.