Desde que el coronavirus llegó a la Argentina, el Ministerio de Salud de la Nación mantiene actualizada una guía de recomendaciones a la población, para evitar contraer la enfermedad. De la misma forma, las carteras sanitarias provinciales, los médicos epidemiólogos que asesoran al Gobierno nacional y muchos más que aportan sus conocimientos de manera individual van enumerando las mismas medidas de prevención e información sobre la pandemia.
Pero ni las autoridades políticas ni los sanitaristas echaron mano a recetas de remedios o de cualquier compuesto químico como tratamiento para mitigar los perjuicios ante una eventual infección. Frente a estos consejos y ante la incertidumbre colectiva por la expansión de los contagios, es de una irresponsabilidad supina difundir “curas mágicas”.
La polémica detonó dias atrás cuando la conductora Viviana Canosa cerró su programa que se emite por un canal de TV porteño ingiriendo de una botella de plástico un líquido blanco que, según dijo, era dióxido de cloro para combatir el Covid-19.
Más allá de la repulsa que cosechó en las redes sociales esa innecesaria experiencia difundida en vivo y en directo, lo que hay que tomar en cuenta son las inmediatas advertencias que propalaron sobre el tema los organismos oficiales de salud.
Las autoridades educativas y los especialista alertan que la ingesta de dióxido de cloro para el tratamiento del coronavirus y de otras afecciones puede provocar riesgos graves para la salud, tales como cuadros digestivos irritativos severos, trastornos cardiovasculares y afecciones renales.
Pero el caso adquirió ribetes de tragedia al conocerse que un niño de cinco años murió en la provincia de Neuquén supuestamente intoxicado por haber tomado ese componente que le dieron sus padres. Los portales de noticias ya habían dado cuenta del deceso de un hombre residente en Jujuy, luego de beber una dosis abundante de dióxido de cloro.
Ya no se trata sólo de prevenir acerca de lo dañino que pude resultar para el organismo la automedicación en general, sino también de no hacer caso a estas osadas curas milagrosas.
Lo medios de comunicación cumplen una función fundamental en esta contingencia: la de informar a la audiencia con objetividad y responsabilidad, en función de los reportes que difunden las autoridades y de los resguardos personales para contener la propagación de la enfermedad.
Es auspicioso el anuncio de que Argentina producirá de manera asociada con México una vacuna contra el Covid-19. Es el único avance epidemiológico que se conoce por ahora. Lo demás encaja en el terreno de la falacia informativa, que confunde a una población de por sí angustiada.