El día a día de la crisis les marcó a las autoridades las inquietudes de los distintos sectores de la economía local y alertó sobre la necesidad de tomar nota y tratar de calmar la preocupación generalizada con medidas que actúen, por lo menos, como un mero paliativo.
La semana pasada nos referíamos en este espacio al pedido de las empresas de la construcción al gobierno de Suárez para acelerar los pagos por las obras contratadas. Reclamo debido a los efectos de la inflación y a los serios inconvenientes que vienen produciendo las medidas que restringen la importación de insumos.
Esta semana fue el propio Rodolfo Suárez el que reconoció que el empresariado contratista no descarta la posibilidad de pedir que se suspenda la ejecución de obras en virtud de la incertidumbre reinante. ¿Un baño de realidad? Posiblemente, independientemente del optimismo del presidente de la Nación, que anunció un plan de obras en el país desafiando a la voracidad de la crisis que su propio gobierno no sabe cómo controlar. Y con la humorada que para los mendocinos significó saber que el túnel anunciado con bombos y platillos, para que el transporte internacional no tenga que “serpentear” más la cordillera para llegar al Pacífico, no es otro que el viejo túnel ferroviario “Caracoles”, que ya había comenzado a ser rediseñado durante la gestión presidencial de Macri.
El gobierno local no quiere dejar que la crisis arrase con sus expectativas como correntada turbulenta. Ya enfrenta parte del malhumor social expresado en la declaración de guerra de la mayoría de los gremios estatales, que, para nada conformes con la propuesta oficial en paritarias, amenazan con una paralización de actividades simultánea que tiene margen para sustentarse.
En ese contexto, en la semana las autoridades decidieron convocar al empresariado más identificado con la actividad productiva para saber por boca de sus protagonistas el nivel de preocupación que existe ante el descalabro económico. El convite fue con la promesa de tomar nota y peticionar ante la Nación. Se hicieron presentes en la Casa de Gobierno los referentes de las cámaras que nuclean a los sectores de la producción de la provincia. La queja generalizada fue por la falta de insumos.
Al mando del ministro de Economía, Enrique Vaquié, los funcionarios de Suárez se interesaron por la opinión de los empresarios sobre la magnitud de la crisis que les toca atravesar, buscando compactar un solo reclamo ante la Nación en base a cada uno de los planteos. Con freno de las importaciones y con retrasos en los pagos el sector privado comienza a debilitarse y los ruegos que sus organizaciones gremiales empresarias puedan realizar por sí solas ante las autoridades pierden peso. De ahí la importancia de la convocatoria realizada desde el ámbito oficial.
Para destacar, la presencia de la senadora nacional Mariana Juri. Es que este tipo de inquietudes también deberían canalizarse a través del Congreso, pero ello muchas veces, la mayoría tal vez, no resulta posible.
El anfitrión del encuentro, el ministro Vaquié, prometió nuclear cada una de las inquietudes en una sola presentación a realizar ante las autoridades nacionales. ¿Resultará? Nadie sabe, pero es de suma importancia que, desde una provincia con tanta producción, como Mendoza, los privados se apoyen en el Estado para que la petición tenga mayor resonancia.
Los empresarios de nuestro medio no enfrentan situaciones diferentes a las de otros sectores privados del resto del país, o de regiones con actividad productiva similar a la nuestra. Por lo tanto, es muy probable que en la recepción de los despachos de funcionarios nacionales se multipliquen reclamos similares provenientes de otras provincias. Queda, entonces, la constancia de la gestión encarada.
No es la problemática que nos ocupa, pero si de sobresaltos con la Nación se trata este gobierno provincial ya tiene bastante experiencia. Tómese como ejemplo el largo itinerario por Portezuelo del Viento, asunto en el que a la actual gestión le tocó confrontar con una adversidad política hábilmente generada desde La Pampa con la complicidad partidaria de la Nación. Y que no concluye del todo, puesto que aún se debe esperar formalmente la opinión definitoria (laudo) del presidente de la Nación para que Mendoza pueda plantear su plan alternativo de obras a encarar con los recursos del resarcimiento.
Nadie sabe cómo terminará esta crisis económica y social con sensación de colapso cada vez mayor. Por lo menos, en lo que respecta a la provincia ya estará hecha la gestión para que el sector privado pueda hacer oír sus quejas.