El clima interno en Cambia Mendoza está cada vez más tenso. La relación entre el radicalismo y el sector del Pro que le responde a De Marchi se mantiene cortada. Hay radicales a los que no les termina de convencer tanta efervescencia, pero por el momento la voz cantante sigue partiendo de Cornejo, fundamentalmente, y el gobernador Suárez.
Ayer, en declaraciones que formuló, el ex diputado Luis Petri reiteró su decisión de competir en las PASO locales, como precandidato a gobernador por adentro de la UCR “si las reglas de juego son claras”. ¿Algún problema nuevo? Por ahora no, pero es lógico que ante tanta turbulencia cada uno pretenda ponerse a resguardo. Por las dudas…
Entre los allegados a De Marchi consideran que la preocupación preelectoral de Cornejo, con cierto temor a la competencia interna, ha transformado al escenario actual en una gran pelea para nada necesaria, inoportuna y que saca el foco de los problemas reales de Mendoza.
También sostienen que les preocupa el elevado nivel de agresión y aprietes contra su referente. “Mendoza transita hacia un camino institucional extraño”, comentan que suele decir De Marchi en medio del tenso clima imperante. Se refieren, concretamente, a los posibles cuatro años de un nuevo gobierno cornejista. De todos modos, no cabe ninguna duda de que los sondeos, por el momento, siguen favoreciendo al actual senador nacional.
Esto se puede interpretar como una etapa de la disputa en la que el radicalismo mendocino ha decidido jugar a fondo. Y con el atractivo de la Vendimia se aprovechó de la visita del precandidato presidencial Rodríguez Larreta, justamente jefe político de De Marchi en lo referido al armado político en las provincias de cara al proceso electoral.
Como muchos suponían, en la UCR aprovecharon esta presencia del jefe de Gobierno porteño para hablar del “caso De Marchi”, que preocupa cada día más a Juntos por el Cambio a nivel nacional. Rodríguez Larreta tiene una natural predisposición a mantener un buen nivel de entendimiento con el radicalismo en todo el país y Mendoza no es la excepción. Hay de su parte una suerte de reconocimiento de la superioridad que en esta provincia ejerce la UCR de Cornejo, con más razón sabiendo del trato cordial que existe entre éste y Patricia Bullrich, hasta ahora su segura competidora en las PASO presidenciales.
Justamente, fue Bullrich la que ayer, como titular del Pro nacional, condenó públicamente la jugada de De Marchi y prometió que el Pro seguirá en el frente oficialista local.
Volviendo a la vista del jefe de Gobierno de CABA, le habría expresado en privado a De Marchi que la situación tensa que aquí se expresa lo incomoda bastante como precandidato presidencial y que con el actual contexto se haría más difícil hacer explícito su apoyo personal. Pero que sigue respetando su poder de decisión en el plano local. Obviamente, semejante ruptura en la coalición no es lo ideal para su proyecto presidencialista “antigrieta” y basado en los consensos.
Ante él y ante quien le pregunte en estos momentos, De Marchi mantiene su postura de competir por afuera de la coalición. Además, su estrategia podría contemplar salir a socorrer a quienes tanto en el radicalismo como en el PJ puedan quedar afuera de listas preelectorales por problemas internos u otras contingencias propias de todo tiempo electoral. Es por ello –dicen algunos- que tampoco hay mayor preocupación del lujanino por aguardar la fecha límite provincial del 12 de abril para oficializar el espacio con el que espera competir. Cuantos más lugares en blanco, mejor. Aunque por el lado del cornejismo también estarían guardando lugares para eventuales desencantados con la jugada de De Marchi.
Otro detalle a tener en cuenta. El desdoblamiento electoral mendocino también puede favorecer al referente local del Pro en una eventual suma de respaldos de candidatos nacionales de otros sectores.
Es el caso de los libertarios. Se va confirmando que Javier Milei es uno de los precandidatos presidenciales de mayor crecimiento en los sondeos hacia las elecciones, incluyendo a esta provincia. Y si bien su partido obtuvo un rápido reconocimiento como tal en Mendoza, es decir, tiene su personería, por qué no pensar en un eventual respaldo del liberalismo extremo local a De Marchi en las elecciones a gobernador. Con más razón si esa postura hasta ahora intransigente del diputado nacional macrista de algún modo enfría la relación con el porteño Rodríguez Larreta.
En cuanto al peronismo, sus principales dirigentes continúan observando con atención la discusión en la casa del “Gran Hermano” de la política mendocina. Y así como De Marchi jura a quien lo escuche que su casi segura ruptura con el radicalismo no pone en riesgo el triunfo del no kirchnerismo mendocino, en el PJ opinan lo contrario.
Según la dirigencia peronista la ruptura en Cambia Mendoza derivaría en una casi automática división de la oferta electoral en tres grandes partes, con lo cual consideran que vuelven a tener posibilidades de triunfo. Se imaginan nuevas batallas en las urnas frente a la UCR y los socios que le queden y una tercera opción liberal-conservadora. Los analistas, por su parte, siguen considerando al radicalismo como favorito.
En el plano institucional, por el momento se mantiene el respaldo del Pro a proyectos con los que ese partido se identifica, lo cual constituye un alivio para las pretensiones del gobierno de Suárez. OSEP y Cerro Amarillo fueron los ejemplos de la semana. Todo en coincidencia con el debut del sancarlino Jorge Difonso como nuevo opositor; su mala relación con el oficialismo desde el arranque mismo de la actual gestión (controversia por la frustrada reforma minera) predisponen al sancarlino a acentuar su tono crítico.
Una Vendimia 2023 que para nada logró apaciguar pasiones intestinas de la política provincial.