Milei, la coyuntura crítica

Hoy nuestro país, con la victoria del Presidente Javier Milei, se encuentra en una coyuntura crítica. Un liderazgo disruptivo, una estrategia comunicacional en permanente ofensiva y sorprendentes resultados de la gestión económica dan constancia de un momento histórico donde pueden dejarse sentadas las bases de una nueva Argentina.

Milei, la coyuntura crítica

En 2024 ganaron el Premio Nobel de economía los autores Daron Acemoglu y James A. Robinson, cuya obra más reconocida es el libro “Por qué fracasan los países”. A mi criterio, una lectura obligatoria para toda persona que esté en puestos donde se tomen decisiones de índole pública.

Este libro describe momentos históricos que cambiaron el curso de los países, mientras algunos se encaminaron por las vías del desarrollo, otros se empobrecieron. El segundo caso es el de la Argentina, lamentablemente. Todos los países tuvieron un momento de quiebre, donde eligieron desarrollar instituciones políticas y económicas o inclusivas (desarrollo) o extractivas (pobreza). Ese momento, es denominado coyuntura crítica.

Hoy nuestro país, con la victoria del Presidente Javier Milei, se encuentra en una coyuntura crítica. Un liderazgo disruptivo, una estrategia comunicacional en permanente ofensiva y sorprendentes resultados de la gestión económica dan constancia de un momento histórico donde pueden dejarse sentadas las bases de una nueva Argentina.

Desde la perspectiva de los nobel Acemoglu y Robinson, las opciones son 2: o generamos las instituciones inclusivas permitiendo el desarrollo y logrando un sector privado competitivo que por medio del crecimiento saque gente de la pobreza; o permitimos que las corporaciones se adueñen del manejo del Estado para beneficiar a los que trabajan en la política y a los empresarios que tienen negocios con el gobierno (instituciones extractivas).

La gran pregunta de este tiempo es, dada la coyuntura crítica ¿De qué depende que Argentina de aquí en adelante tenga instituciones económicas y políticas inclusivas?

1. Lo económico

En primer lugar depende de que la estabilidad económica se mantenga, y con ella, la legitimidad de este gobierno. Para ello, hacen falta dólares. Los dólares, que se proyecta que estarán, no vendrán de privatizaciones ni de endeudamiento (fuentes no genuinas), sino de nuestra matriz productiva: la energía, el agro y la minería.

En 2030, se estima que Vaca Muerta podría generar un superávit energético de USD $30.000 millones (superando los niveles actuales de todo el agro argentino). Estamos hablando de la segunda reserva no convencional de gas natural y la cuarta de petróleo del mundo. No es poca cosa. Con esos niveles anuales de producción no sólo la escasez de reservas dejarían de ser un problema como lo es hoy, sino que podríamos afrontar la deuda pública y desterrar el déficit fiscal para siempre. Nadie dudaría de la estabilidad cuando digan “Argentina está cara en dólares”, porque habría dólares.

Además de Vaca Muerta, tenemos el agro, ya conocido por nosotros. La dependencia económica de nuestro país del precio de la soja y los commodities es producto de la cantidad de dólares que ingresan por este sector: más de USD $25.000 millones en el 2024.

Por último, está la minería, una oportunidad histórica se da en este sector, principalmente por la reactivación de la explotación de minerales como el litio y el cobre, que son fundamentales para el proceso de reconversión energética que está viviendo el mundo y que abundan en nuestro país. La sanción del Código de Procedimiento Minero en Mendoza, promete un crecimiento exponencial en las inversiones en los próximos 10 años para la explotación de múltiples proyectos, y en varias provincias ya se posiciona como una de las principales actividades económicas (Jujuy, Neuquén, San Juan y Santa Cruz). El potencial de este sector podemos verlo con ejemplos vecinos: en Chile, explotando la misma cordillera que tenemos nosotros, la minería ocupa el 15% de su PBI, generando ingresos de alrededor de USD $50.000 millones de dólares en exportaciones anuales.

El tamaño de las cifras en sumatoria, da esperanzas a cualquiera. La estabilidad económica es alcanzable, los dólares pueden llegar si se genera un ambiente adecuado para las inversiones necesarias para la explotación de estos recursos y logramos una balanza comercial con superávit que merme inevitablemente nuestra volatilidad cambiaria. Para ello es fundamental lo siguiente.

2. Lo político

Los cambios de las corrientes que predominan en la opinión pública pueden analizarse como movimientos pendulares, bajo dos ejes: el eje de las “formas” moderación - disrupción y el de la “ideología” izquierda - derecha. A la gente le gusta por momentos políticos que griten, y por momentos políticos que hablen pausado. Por momentos que sean de derecha, y por momentos que sean de izquierda. Todo bajo una cuestión absolutamente imprevisible, el componente emocional.

Hoy, el péndulo se encuentra en algo inédito para la argentina democrática, podría decirse en una derecha en el eje ideológico y una disrupción en las formas. Los péndulos se mueven, y hay que estar atentos a esos cambios, todos los presidentes pierden popularidad con el tiempo, de ello no se salva nadie. Justamente por la finitud de la popularidad en la opinión pública, es que está coyuntura crítica cobra un valor inédito.

El origen del fenómeno Milei se da bajo una crisis de representatividad, la más grande desde el año 2001. Se posiciona como un líder nuevo y enojado con la casta, la corporación que nos dejó con un 50% de pobres y al borde de la hiperinflación. La mayoría de la gente que votó a Milei, lo votó por no ser político, porque representó una sensación de que podía cambiar, transmitió algo bueno. Un gran componente emocional canalizado mediante el enojo con el presente, y la esperanza de lo disruptivo. Milei gana más por ser disruptivo, que por ser de derecha. Ahora bien, el péndulo se moverá, hacia la izquierda o hacia la moderación. No sabemos cuando, pero pasará. Por eso urge la necesidad de aprovechar la coyuntura crítica. La estabilidad económica que puede surgir por el ingreso de dolares debe ser apoyada bajo la estabilidad política, que solo puede ser garantizada con una buena elección legislativa en este año.

De los 47 legisladores que tiene el oficialismo, sólo renuevan 8, esto da un margen muy favorecedor para el Presidente. Proyectan llegar a 90 legisladores en esta elección, lo cual los dejaría siendo probablemente, si no hay alianzas descabelladas entre el resto de los bloques, el bloque mayoritario en la Cámara de Diputados, con la posibilidad de mantener los vetos presidenciales salvaguardados y con una enorme mayor facilidad de conseguir quórum que en la actualidad. En la Cámara de Diputados tiene una incidencia fundamental la Provincia de Buenos Aires (70 diputados) por lo que los esfuerzos deben estar en hacer una buena elección y buenas alianzas principalmente en ese distrito.

La oposición se encuentra con una gran tasa de renovación en sus bloques, del 50% o más, por lo que tienen mucho en juego, y todo indica que perderán poder ante el oficialismo. El crecimiento del poderío político en el ámbito institucional, será un gran factor para contrarrestar el movimiento pendular en la opinión pública que podría (o no) venir en los últimos 2 años de gestión.

En conclusión, el oficialismo está frente a un buen escenario político para aprovechar esta coyuntura crítica y consolidar instituciones políticas y económicas inclusivas. Por último queda una pregunta más para reflexionar: ¿Cómo consolidar estas instituciones inclusivas?. Fundamentalmente respetando el Estado de derecho, evitando el ingreso de corporaciones a la toma de decisiones, y dejando que el mercado haga su trabajo en la renovación de la matriz económica.

Cuando el agro, la minería y la energía nos hayan dado mayor estabilidad se pondrá en debate cómo diversificar la economía y lograr valor agregado que vaya más allá de nuestros recursos naturales. Ese debate se dará, y para dar una respuesta que no nos vuelva a atar a la decadencia tendremos que haber leído a Hayek: el Estado no puede elegir en qué es bueno el sector privado para producir valor, debe hacerlo el sector privado. Si entendemos eso, la enorme asimetría de información que tiene el Estado con respecto al sector privado y se corrigen correctamente los incentivos para que convenga invertir en argentina, estaremos encaminados directamente hacia el desarrollo.

Sólo con el manejo de lo político para que dé frutos lo económico se podrán crear las instituciones económicas inclusivas. El escenario es optimista.

* El autor es licenciado en Ciencias Políticas y Administración pública.. Secretario Legislativo de la Cámara de Senadores de Mendoza.

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