¿Mendoza marginada por cuestiones políticas?

No reconocer la histórica injerencia mendocina en la relación bilateral con Chile es equiparable a una ofensa al sentir de los mendocinos. Esa es la imagen que dejó el destrato institucional al gobernador de Mendoza en el reciente viaje al vecino país.

¿Mendoza marginada por cuestiones políticas?
Imagen ilustrativa / Gentileza.

El presidente Alberto Fernández comenzó su mandato constitucional prometiendo llevar a cabo su gestión en forma conjunta con “los 24 gobernadores”. Un gesto elogiable en su momento, si se tiene en cuenta que sólo cuatro jurisdicciones (tres provincias más CABA) no son gobernadas por dirigentes del oficialista Frente de Todos.

Lamentablemente, los hechos van demostrando que las promesas de campaña y de discursos inaugurales de una gestión quedan muchas veces en meras intenciones, no siempre buenas, evidentemente.

Eso quedó en evidencia esta semana con motivo de la visita oficial del presidente argentino a Chile.

Fernández fue acompañado por varios de sus ministros y sumó, como invitados, a cuatro gobernadores de provincias limítrofes con el país vecino, entre los que no estuvo incluido el mendocino Rodolfo Suárez. Sí viajaron los mandatarios de San Juan, La Rioja, Catamarca y Salta, todos justicialistas.

El hecho debe ser interpretado como un desaire hacia el gobernador de nuestra provincia, porque la mayor parte del temario abordado por Fernández con su par chileno Sebastián Piñera estuvo referido a obras o servicios vinculados con Mendoza: simplificación de trámites en el paso Cristo Redentor, obras para el proyecto Las Leñas, ampliación del túnel Caracoles para dar paso luego a una mejora en el actual túnel internacional.

Se dispuso entre los presidentes que se ponga en marcha un mayor contacto bilateral a través de las respectivas cancillerías y los ministerios de ambos países a cargo de las políticas de infraestructura, de modo de hacer viables con más rapidez las intenciones firmadas en Santiago de Chile en esta oportunidad.

De esas decisiones fueron partícipes los gobernadores presentes. ¿Y Mendoza?

Nuestra provincia no puede ser marginada de ningún modo de un encuentro como el que realizaron los presidentes Fernández y Piñera.

Mendoza forma parte del corredor bioceánico y es la puerta de entrada más importante, en lo comercial, que tiene la Argentina. Obviamente, la construcción o mejora de otros pasos, como el de Agua Negra, en San Juan, es sumamente beneficiosa por las posibilidades de agilización comercial y turística que ello supone.

Es favorable la una mayor cantidad de opciones para la conexión entre los países. Pero no reconocer la histórica injerencia mendocina en la relación bilateral es equiparable a una ofensa al sentir de los mendocinos.

Esa es la imagen que dejó el destrato institucional al gobernador de Mendoza en el reciente viaje.

Por otra parte, históricamente ha existido un vínculo entre chilenos y mendocinos que siempre superó aspectos coyunturales de las políticas bilaterales y se nutrió del afecto y consideración mutuas.

No ha tenido en cuenta el gobierno nacional que, sea cual fuere la orientación política del gobierno de turno, Mendoza mantiene con Chile una importante agenda en lo comercial y turístico. En tal sentido, la provincia tiene su propia iniciativa, pero sí se requiere de la incumbencia del poder nacional para fortalecer y garantizar dicho vínculo. Por ello era tan importante que el gobernador Suárez estuviese en este viaje.

Corresponderá a la Nación disculparse por tan sugestivo olvido u omisión. De lo contrario, quedará en evidencia que, más allá de las promesas, el gobierno kirchnerista margina a las provincias que, como Mendoza, expresan el tan necesario pluralismo.

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