Me hago eco de lo publicado en Los Andes el pasado 8 de agosto, sobre el reloj que estuvo instalado en la entonces plaza Cobo (hoy San Martín) desde finales del siglo XIX hasta comienzos del siglo XX, para, en su reemplazo, emplazar una estatua de homenaje al general San Martín.
Después de varios años (década del 80), se lo ubicó en el patio de la escuela Patricias Mendocinas, desde donde se lo observaba y se escuchaban sus musicales campanadas.
Luego por falta de mantenimiento quedó arrumbado en algún recóndito lugar del establecimiento escolar.
Triste y vergonzoso destino, al que hoy, de aparecer, podríamos considerar Patrimonio Histórico y Cultural de Mendoza, lo que sería justo y razonable.
La Ley N° 6034 de la Provincia establece como objetivos primordiales, el rescate, promoción y difusión y mantenimiento del mismo, siempre que se lo recupere.
La responsabilidad sobre lo citado, sin dudas, les cabe al intendente de Capital, Dirección de Patrimonio Cultural, Legislatura Provincial, a la directora de la escuela citada y al encargado de sección Rezago (DGE).
También es justa y razonable la propuesta del escritor lasherino Rubén Lloveras, del cual se nutre mi presente nota y motiva estas referencias sobre un pedazo ilustre de la rica historia mendocina.
Desde Palmira, tierra de jarilla y serenatas, la Campaña Pro Rescate del Patrimonio Histórico y Cultural de nuestro distrito, creada en 1994, acompaña a quienes se preocupan por recuperar un bien tan valioso, importante legado de tiempos pretéritos.