El derecho a manifestarse es algo inviolable cuando se ejerce de buenas maneras. Por el contrario, cuando el ejercicio de proclamar una opinión conculca el derecho de los demás, se está violando la lay y debe ser sancionado.
El ejercicio de ese derecho a manifestarse, comenzó en San Martín y Peatonal. Una columna de militantes se movilizó hasta avda, Las Heras, siguiendo por Patricias Mendocinas y culminando en plaza Independencia.
En esa manifestación fueron detenidos varios integrantes de la izquierda política, por aplicación del artículo 194 del Código Penal por corte total de la calzada.
En otras palabras, una cosa es ejercer un derecho y otra ejercerlo contra el resto de la comunidad. Se tiene derecho a manifestarse en contra de una ley, o n proyecto cualquiera, pero no cortando calles que molesta a otros que nada tienen que ver con esa protesta.
Por su parte, desde la izquierda exigieron “la urgente liberación” de los detenidos, denunciando que fueron apresados sin motivo alguno por la Policía de la provincia. Tal afirmación es incorrecta: sí existían motivos mas que suficientes para detener a aquellas personas que conculcan el derecho de los demás. Yo tengo derecho a transitar libremente por las calles de la ciudad, y nadie tiene el derecho de impedírmelo cortando el tráfico por un reclamo que quiere hacer.
Existen cientos de formas para reclamar o exigir, pero ninguna debe ser anulando el derecho de los demás.
Lo que pasa es que en nuestro país, muchas cosas mal hechas se han convertido en algo común, de ejercicio libre, cuando no es así. Mi derecho termina donde comienza el derecho de los demás, y nos guste o no, tendremos que volver a ser respetuosos de las leyes, aunque algunas de ellas no nos guste. Es hora de volver a la normalidad, al ejercicio total del derecho, al respeto a la ley y al comenzar a ser ciudadanos cuidadosos de nuestros derechos y deberes.
El que viola una ley debe ser castigado para ejemplo de los demás.
* El autor es abogado.