Dentro de un par de semanas la Legislatura de Mendoza comenzará a funcionar con una conformación histórica: dos frentes políticos dominantes y sólo un par de diputados en representación de otras fuerzas.
Y entre los dos sectores que polarizan, el oficialismo de Cambia Mendoza corre con ventaja en cantidad de bancas con respecto al Frente de Todos, aunque no con la autonomía suficiente como para manejar libremente los proyectos que se pongan a debate, en especial en Diputados. En Senadores, en cambio, quedó a una sola banca de los dos tercios de votos requeridos en decisiones de gran trascendencia.
Pero, no quedan dudas de que habrá una polarización significativa desde el 1 de mayo, con la excepción de una sola voz por parte de los demócratas no frentistas y otra del debutante Partido Verde, por ahora la tercera fuerza política mendocina (o la primera del pelotón de retaguardia) de acuerdo a los resultados de la elección de noviembre.
Se trata de una conformación legislativa histórica para los que aún añoran la tradicional división en tres grandes bloques: radicales, peronistas y demócratas. Aunque hay también una explicación para la actual polarización: la conformación de frentes, o coaliciones, en especial por el lado del oficialismo mendocino, condujo a un paulatino predominio de fuerzas más consolidadas en el tiempo que supieron sumar en un mismo espacio a otras con arraigo decreciente. Eso explica por qué en Mendoza, pese a dominar dos frentes, se habla en este tiempo de radicales versus justicialistas.
Y es esa superioridad organizativa de la UCR la que despierta más expectativas de cara al proceso legislativo que se pondrá en marcha muy pronto. El armado de Cambia Mendoza en las bancas incluye un respetable número de representantes de Pro, cuyo principal referente en la provincia, Omar De Marchi, se esmera en la conformación de una alternativa electoral para el año próximo que seduzca a una buena parte de los votantes. ¿La aventura será nuevamente en las PASO o directamente por afuera del oficialismo provincial? Seguramente todo dependerá del nivel de negociaciones entre los partidos, a nivel local, y de cómo se mantenga la relación entre las agrupaciones asociadas en Juntos por el Cambio, es decir, en el plano nacional.
Sea cual fuere el derrotero definitivo, no quedan dudas de que con la venia de De Marchi los legisladores de Pro en Cambia Mendoza van a exigir ser consultados a la hora de encararse iniciativas trascendentes o polémicas que lleguen desde el gobierno de Suárez. Precisamente, el de las cuestiones inconsultas fue el argumento que emplearon los que en su momento se fueron del espacio oficialista liderado por Cornejo, primero, y Suárez. Ejemplo, el PD, que ahora parece encontrar una luz de esperanza en la figura de Javier Milei.
Y en ese gran conglomerado hay otras presencias que suelen buscar ejercer cierta autonomía, como es el caso del diputado Jorge Difonso, mirado con desconfianza por el Gobierno desde su participación en la reacción por la reforma de la ley minera provincial, en el debut de Suárez y su equipo. La reticencia del Gobierno al cambio de hora provincial, también planteado por el sancarlino y con buen acuerdo en Diputados, es otro ejemplo del recelo existente.
Por el lado del justicialismo, o Frente de Todos, las diferencias suelen disimularse más, aunque también en ese espacio hay muchas dudas hacia adelante en virtud de la tensión nacional. Nadie sabe cómo terminará el actual forcejeo del cristinismo con el Gobierno. Eso puede gravitar en Mendoza. Hasta el momento, en cambio, ha existido en la Legislatura solidez y la búsqueda constante de puntos débiles de la gestión de Suárez, merecedores de debates o interpelaciones que no siempre se han concretado con la celeridad que pretendía la oposición.
Merece un toque de atención la reaparición en el plano local de José Luis Ramón. El líder de Protectora ocupará una banca en Diputados desde la que promete hacerse ver y sentir, principalmente, en base a los temas que le sirvieron para saltar con éxito a la escena política hace 4 años: tarifas, defensa del consumidor, etc. Ramón llegó integrando la boleta del Frente de Todos, pero anuncia que tendrá bloque propio. Solidario con todas las iniciativas polémicas del kirchnerismo en sus últimos dos años como diputado nacional, ahora parece querer tomar más distancia del PJ. Ya conoce bastante el clima político del kirchnerismo y, por lo tanto, sabe muy bien que debe tener siempre el paraguas a mano.
Prácticamente una polarización que, a su vez, favorece en número de bancas al oficialismo de Suárez, que necesita desempolvar algunos proyectos ambiciosos demorados por la priorización de la pandemia y, además, como admiten varios, porque faltó iniciativa legislativa para buscar acuerdos.