Tras el Consistorio del 27 de agosto -el octavo encuentro de cardenales del Papado de Bergoglio-, el Colegio de Cardenales de la Iglesia Católica pasó a tener 229 miembros, 21 más que antes. De ellos, 131 serán electores habilitados. Los restantes no votan por haber cumplido los 80 años.
Durante los ocho años de gestión de Bergoglio al frente de la Iglesia, ha designado 96 cardenales: una profunda renovación en términos cuantitativos. Entre las nuevas incorporaciones hay cuatro nuevos latinoamericanos, de los cuales tres tendrán derecho a voto. El rol que asigna el papa a Brasil como el país con más católicos del mundo (172 millones) es claro. Dos de los tres son brasileños: el Arzobispo de Manaos, Leonardo Ulrichsteiner, de la orden franciscana, y el Arzobispo de Brasilia, Paulo Cezar Costa (el tercero es el Arzobispo de Asunción del Paraguay, Adalberto Martínez Flores).
De los Estados Unidos -el creciente fenómeno latino ha incrementado fuertemente el porcentaje de católicos sobre el total de la población, que ahora es de 55,6 millones- designó como Cardenal al Arzobispo de San Diego, Robert McElroy. La Iglesia Católica estadounidense se encuentra fuertemente polarizada y en este caso Francisco optó por un prelado del ala progresista, próximo a sus posturas. Los sectores católicos conservadores esperaban que fuera elegido José Gómez, Arzobispo de Los Ángeles, la diócesis más grande del país.
Como en Consistorios anteriores, nombró muy pocos de origen italiano con derecho a voto (Italia tiene 50 millones de católicos): sólo dos. Serán nuevos cardenales electores Oscar Cantoni, obispo de Como, en el norte del país, y Giorgio Marengo. Quizás, para convencer a los italianos, Bergoglio nombró a otros tres de esta procedencia, pero que al ser mayores de 80 años no tendrán derecho a voto. Pero la elección de Marengo representa casualmente una señal política importante: es prefecto apostólico de Ulan Bator, capital de Mongolia (nada más que el 0,04% de su población, 1.116 fieles, son católicos). Se trata de un sacerdote misionero que recién cumplió 48 años y que será el más joven del Colegio Cardenalicio.
Esto muestra el creciente interés de Bergoglio por Asia, región de la cual también es Lázarus You Heung-sik, arzobispo coreano que es titular de la congregación para el clero (los católicos en Corea del Sur son 5,8 millones). Este interés incluyó la elección de otros dos provenientes de la India (que tiene 11,4 millones de católicos): el arzobispo de Goa y Damao, Filipe Neri Sebastiao de Rosario Ferrao, y Anthony Poola, arzobispo de Hyderabad. También eligió otros dos de este continente: Virgilio do Carmo Da Silva, arzobispo de Dili en Timor Oriental (con 1 millón de católicos), y William Gho Seng Chye, arzobispo de Singapur (con 165.000).
Del continente africano nombró sólo dos: Peter Opaleke, arzobispo de Ekwulobia en Nigeria (23,1 millones de fieles), y Richard Kuuia Bawobr, arzobispo de Wa, ciudad de Ghana (2,7 millones). El conjunto de Europa estuvo también representado entre los nuevos cardenales electores por el británico Arthur Roche, prefecto de la Congregación para el Culto Divino; el francés Jean-Marc Aveline, arzobispo de Marsella (Francia tiene 48,3 millones de fieles); y el español Fernando Vergéz Álzaga (España, por su parte, tiene 28,9 millones de católicos).
De los nuevos cardenales electores los no europeos son 11, pero entre ellos los latinoamericanos son sólo 3, y los europeos son sólo 5 (no llegan a un tercio). Es decir, que de los nuevos cardenales electores, 5 son europeos, 5 de Asia (de sumarse el italiano que realiza su acción pastoral en Mongolia serían seis), 4 del continente americano (3 latinoamericanos y uno de Estados Unidos) y 2 de África. Aunque China ocupa la 16° posición por cantidad de católicos en el mundo (16 millones) y es el segundo de Asia después de Filipinas, por razones diplomáticas el papa no nombró ningún cardenal elector proveniente del país más poblado del mundo. Es que la relación del régimen chino con el Vaticano es tensa y compleja.
Hacia el futuro, el tema de la sucesión de Francisco ha comenzado a ser tema de elucubraciones y conjeturas. Si la geopolítica fuera determinante, parece adquirir posibilidad que el nuevo papa sea el ex arzobispo de Manila (Filipinas tiene 83,6 millones de católicos) y actual prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Luis Tagle, quien está identificado con la postura progresista del actual papa. Pero cabe agregar que Filipinas, una ex colonia española, es el país con más católicos del amplio continente asiático y es quizás el país más occidentalizado de Asia.
Es claro que la geopolítica de Bergoglio parece asumir que el futuro de la Iglesia está más fuera de las fronteras de Occidente, que dentro de ellas.
* El autor es Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.