Es indispensable el conocimiento del mundo. Sarmiento, con todo su genio, no hubiera sido el mismo sin sus largos periplos. Pero, también, es muy importante el conocimiento del país.
En estos días ha quedado a la vista esa carencia en el presidente Fernández, tan preocupante como su intolerancia a las opiniones diferentes. Su desconocimiento del país, defecto, que comparte gran parte de la dirigencia, tal vez sea un efecto del avance tecnológico y del transporte.
Nuestros padres fundadores por razones de estudios, las luchas emancipadoras, las concurrencias a las asambleas y congresos, que, iniciaron al largo proceso de organización nacional, las guerras civiles, las campañas políticas fueron conocedores del territorio y de sus pueblos.
Pensemos en Mariano Moreno y Castelli, viajaron varios meses para estudiar en la Universidad de Chuquisaca. Caballos, mulas, carretas, diligencias, eran los transportes. Los cuyanos Godoy Cruz y Laprida cruzando en mulares la cordillera para estudiar en Chile. Manuel Belgrano y San Martín marcharon por sendas polvorientas de gran parte del país.
Rosas conoció al detalle la campaña bonaerense y oriental. En su exilio, Rivadavia se lamentaba de no haber conocido más el país. Urquiza fue el primer gobernante en hacer un viaje oficial a una provincia, lo hizo al frente de una numerosa comitiva a Córdoba demorando entre Rosario y Córdoba 4 días.
Mitre no sólo como militar o político se adentró en el territorio nacional, sino también como historiador. En ese carácter llegó a Mendoza, combinando tramos en tren y otros en carruajes y luego cruzó en mula los Andes, preparando su biografía sobre San Martín. El general Roca recorrió la totalidad de las catorce provincias históricas en sus campañas militares y fue el primer presidente en llegar a Rio Negro, en campaña militar y como presidente en visitar Neuquén y los territorios de la Patagonia.
Bernardo de Irigoyen, fue el primer candidato a presidente en hacer una gira nacional, en 1885. Los barcos a vapor navegando el Paraná y el Uruguay y los avances de las líneas ferroviarias posibilitaron los viajes presidenciales y las giras políticas. Avellaneda, viaja a Tucumán, para la inauguración del ferrocarril de Córdoba a su ciudad natal, Sarmiento lo acompaña. En carreta había viajado el presidente a Córdoba cuando ingresó en el colegio de Monserrat. Lo mismo hace Roca cuando el ferrocarril llega a Mendoza y San Juan y en su segunda presidencia con la habilitación de la línea a Zapala.
Perón con sus destinos militares y usuario del tren en sus campañas electorales fue otro conocedor.
Ese recorrido terrestre permitía un conocimiento del país y su gente., Los trenes paraban en las estaciones para reabastecer a las locomotoras. Los dirigentes aprovechaban para conectarse con los vecinos en los andenes. En sus giras se quedaban varios días en las ciudades a visitar y se alojaban en las casas de sus amigos políticos. No se limitaban a visitar las capitales provinciales sino que, también, se adentraban en las provincias y recorrían ciudades y pueblos departamentales, El uso del auto y las mejoras viales facilitaron esta modalidad, antes limitada a los trazados ferroviarios.
El avión es el transporte ahora de los políticos. Los últimos dirigentes que realizaron recorridas intensas por el país y conectarse con la gente, fueron Alfonsín y Menen y más recientemente Elisa Carrió, que en todas sus campañas usó el auto y se alojó en las casas de los dirigentes.
Los últimos presidentes vuelan en avión privado, y en un día, visitan varias capitales de provincia. A veces ni eso, aterrizan en el aeropuerto, ahí mismo se desarrolla la conferencia de prensa, la entrevista con el canal local y un rápido saludo a dirigentes.
Por supuesto, que, desde un avión no se aprecia el estado de los caminos, ni como se vive en los pueblos, ni se observan los cultivos de la la región ni se ven sus ganados. No se conoce a la gente con los monólogos y las frases elaboradas que, se usan en las conferencias de prensa apresuradas de los aeropuertos y en los escasos actos públicos. Y a esto se agrega, como lo vemos, últimamente, que gran parte de quienes ocupan posiciones relevantes en la política, pertenecen a una casta que vive de los impuestos de los que producen, sin conocer el esfuerzo que, implica generar la riqueza del país, en un Estado, que, carece de moneda, de la posibilidad de ahorrar en la misma y donde invertir en el país es un camino a perder el patrimonio y ser objeto de agravios desde esa dirigencia.
La escasa presencia en los gabinetes nacionales, en los gobiernos de este siglo, de dirigentes de las provincias agrava ese desconocimiento de las realidades nacionales.