La verdadera ley suprema parece ser la de la conveniencia

La vemos todos los días en la política, tanto en los que gobiernan como en la oposición, solo depende de que lado del mostrador les toca, para que aparezcan sus incoherencias.

Bandera argentina. Foto: EFE/ Juan Ignacio Roncoroni
Bandera argentina. Foto: EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

La ley más importante, no es la Constitución Provincial o Nacional, es la ley de la conveniencia, ley que prioriza el bien individual, sectorial, y sobre todo político, en perjuicio del valor más importante de un país, el bien común.

Vemos todos los días en la política el uso de la ley de la conveniencia, tanto en los que gobiernan como en la oposición, solo depende de que lado del mostrador les toca, para que aparezcan sus incoherencias.

Lo más importante es el rédito político, basado en general que le vaya mal al otro, cargándolo de culpas que provoquen el castigo de la ciudadanía para obtener su lugar.

Valga como ejemplo el tema de las PASO. PASO sí, PASO no, depende de qué lado estoy y si me conviene hablo de reglas de juego, si no me conviene, de gasto innecesario.

En Mendoza me recuerda esta ley de la conveniencia, la ley que limitó la reelección de los intendentes, promulgada recién después de 10 años de sancionada, a pocos meses de una elección.

Evidentemente la intención de esta promulgación era la de desequilibrar a la oposición. Por suerte la Corte se percató de la maniobra maquiavélica por su oportunidad, y dispuso su aplicación para la siguiente elección.

Vean lo que pasó con el manejo de la Minería en Mendoza: aun poniéndose de acuerdo mayoritariamente entre los dos lados de la grieta, arrugaron ante la primera protesta sin defender la seriedad de sus posturas científicas, políticas y jurídicas, buscando respaldo a través de un plebiscito, por ejemplo, o bancando acciones judiciales si tenían seguridad sobre esa modificación legal. Pero no, como marca esta ley suprema de la conveniencia, pensaron en ellos y la derogaron inmediatamente. Un papelón.

Otra, forzar la constitución provincial, ya sea en la búsqueda de la conveniencia personal como la candidatura de Suárez a senador suplente, que lo libera ahora de la necesidad de cualquier campaña ya que Cornejo se presentará a gobernador, o para la conveniencia política económica partidaria del actual gobierno con un decreto que dispone, insisto, forzadamente el roll over para evitar el mandato constitucional de la necesidad de una mayoría legislativa especial. Esta actitud hace inevitable pensar que harán uso de la mentada mayoría política en la justicia destacada por todos los medios de comunicación, nadie se tira a la pileta sino hay agua. Me encantaría equivocarme.

Como dice la oración por la patria, los argentinos estamos agobiados por este manejo especulativo de la mayoría de la clase política, que mientras no sufran ningún tipo de consecuencias políticas o económicas, no van a cambiar.

No existe otro camino que la democracia y la república para seguir en la búsqueda de la mejor dirigencia que conduzca la nación y sus provincias. Por eso, aprovechemos la boleta única en Mendoza, tengamos presente que los candidatos que elijamos tengan valores que no se ven en esta época, como la vocación de servicio, que es pensar más en los demás que en uno mismo. Que tengan a la patria por sobre sus intereses personales o partidarios. Y que sean generosos buscando consensos, para que los logros sean de todos, plural y de necesidad imperiosa.

*El autor es abogado

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