En la carpa el sol pegaba fuerte pero los aires acondicionados hacían que la temperatura fuera agradable, los 30 grados de temperatura no se sentían. La gente esperaba los discursos, los que finalmente arrancaron y ahí fue cuando uno de los encargados de hablar disparó la frase que impactó fuerte: “La pobreza no espera, la pobreza duele, la pobreza contamina. No podemos perder la esperanza, las generaciones futuras la necesitan, todos necesitamos tener esperanza para volver a creer que una vida mejor es posible”, el que habló fue Raúl Cabanay, vicepresidente de la Cámara Minera de San Juan en la IX Exposición Internacional San Juan, factor de desarrollo de la minería argentina.
Las palabras de Cabanay se escucharon 24 horas después de que el intendente de Malargüe, Sergio Ojeda, presentara en la más absoluta soledad, el proyecto para modificar las limitaciones que impone la ley 7722 para la minería metalífera, al menos en su departamento. En el gobierno de Alfredo Cornejo se avanzó técnicamente con el espacio de diálogo minero y se produjo un documento interesante, pero el ex gobernador nunca se puso los pantalones largos para dar la batalla por el desarrollo de la actividad en Mendoza. Después llegó Rodolfo Suárez y envió el proyecto para modificar la 7722 que tuvo que retirar por las manifestaciones de los ambientalistas. ¿Qué hará el próximo?
Lo que sucede con la minería metalífera muestra que Cambia Mendoza no tiene proyecto de desarrollo claro. ¿Será difícil hacer un balance cuando cumplan 12 años en el gobierno en el 2027? ¿Cuánto habrán transformado la provincia? ¿Cuántos problemas estructurales habrán solucionado?
En la exposición minera realizada esta semana en San Juan, muchas veces y varias personas hablaron de lo que ocurre, va de lo que no ocurre, en Mendoza con la minería. La mayoría coincidió en que nunca que se hizo un trabajo político/empresarial territorial para ir sumando voluntades, explicando cómo se realizan las tareas de exploración y explotación y hasta llevando a la gente a ver el trabajo que hacen en las minas de oro en la vecina provincia. Una importante minera les ha ofrecido a empresarios mendocinos esa posibilidad y hasta asesoramiento jurídico. También están los que piensan que falta decisión, convicción y fortaleza política.
Cuando en el 2007, el ex gobernador Julio Cobos junto con su ministro Sergio Marinelli avanzaron con la ley 7722, en el Gran Mendoza la pobreza en la población rondaba el 20% según la última medición sin ser manipulada por el Indec y que corresponde al segundo semestre del 2006. Quince años más tarde es 18 puntos superior, llega al 38,6% al primer semestre del 2022.
En Jujuy (Palpalá), la pobreza, también tomando el último dato del 2006 como válido, llegaba al 48,9%, y ahora está en 33,8%, bajó 15 puntos. En el Gran San Juan, era del 37,4% y ahora llega al 33,4%, bajó 4 puntos. Mismo país, misma economía y misma coparticipación. Ahí están los resultados de la actividad minera en dos provincias.
En San Juan están viendo qué tienen que hacer para cubrir la demanda de 100 mil puestos de trabajo entre directos e indirectos que generarán 4 pórfidos de cobre (Josemaría, Pachón, Altar y Los Azules) cuando estén activos.
Por la exposición minera pasaron más de 40 referentes de fondos de inversión y cerca de 30 representantes diplomáticos. También se dieron datos a conocer: San Juan recibirá U$S_4 mil millones de inversión minera entre 2 y 4 años, sin contar el proyecto Josemaría que implica U$S 4.500 millones. Desde hace 6 años el 30% del presupuesto de San Juan es destinado a obras públicas, aquí estamos felices porque se volvió a superar en el presupuesto 2023 el 10% para infraestructura.
En San Juan no se ruborizan cuando dicen que son pro mineros, saben que no tienen petróleo ni soja y que buscaron cómo hacer crecer la provincia.
Hoy están avanzando muy fuerte en la generación de energía fotovoltaica y tienen claro que las energías renovables demandarán el cobre que tienen incrustado en sus montañas.
También se enorgullecen de los valles del Pedernal, Calingasta e Iglesia en donde invierten los principales bodegueros del país. En San Juan, convive la minería con otras tantas actividades, hay que ir y ver qué sucede.
Y nosotros aquí, con ambientalistas que no entienden las posibilidades de desarrollo, con empresarios de distintos sectores que le ponen reparos a la actividad minera porque saben que traccionará para arriba los salarios y no quieren pagarlos, y con los bodegueros siempre listos para ayudar a llevar gente a las manifestaciones de ambientalistas cuando se oponen a la minería, porque saben que desaparecen del círculo de influencia si en Mendoza se fortalece otro sector. Nunca llegaron ni llegarán los U$S 5.000 millones de inversión en minería que se calculaba que no se recibieron entre 2007 y 2017. Pero eso sí, tenemos 400 mil pobres, se sumaron más de 100 mil personas entre 2017 y 2022.