La vacuna, un logro esperanzador

Una empresa farmacéutica privada argentina produjo el primer lote de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus, que deberá ser controlado y aprobado por el Centro Gamaleya, el fabricante originario. Se espera que la producción a gran escala en el país comience en el bimestre junio/julio.

La vacuna, un logro esperanzador
Se espera que la producción a gran escala en el país comience en el bimestre junio/julio. / Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes

Siempre se sostuvo que era necesario y urgente vincular el desarrollo científico a un panorama más amplio de necesidades y a un proyecto de nación. El conocimiento científico, enfocado en un marco de aplicaciones industriales, de desarrollo económico y, por supuesto, sanitarias, solucionará problemas concretos por los que atraviesan los habitantes. Nos referimos a la investigación y la innovación en los ámbitos públicos y privados.

En ese camino podemos inscribir el anuncio de que Argentina fabricará en el país las dos dosis de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus, de origen ruso, y que podría llegar a la población para su inoculación a partir del bimestre junio/julio, aunque bien podría ocurrir que esa instancia se traslade a fin de año.

En concreto, lo que se creó fue un fideicomiso, es decir una inversión específica para la producción de la Sputnik, que lleva el nombre de VIDA (Vacuna de Inmunización para el Desarrollo Argentino). Es un notable logro de la ciencia argentina, haciendo pie en un laboratorio privado, Richmond, con planta radicada en el partido de Pilar, aunque también posee unas instalaciones alquiladas en Malvinas Argentinas, Buenos Aires.

Es una buena noticia para el país, que no sólo fue pionero en la aprobación y la aplicación del antídoto contra el mal, creado en el renombrado Centro Gamaleya, sino que, además, ahora la vacuna será enviada desde el territorio nacional a por lo menos unos seis países de América Latina, a los que probablemente les llegará con costos más accesibles que trayéndola de la remota Rusia.

De hecho, debe aclararse que la fabricación ha dado comienzo porque la compañía ya produjo 21 mil dosis, que fueron remitidas a Rusia donde serán testeadas y sometidas a pruebas de calidad en el Instituto Gamaleya, como paso previo a su fabricación en escala.

Con la aprobación final, el laboratorio local quedará en condiciones de empezar a producir un millón de dosis al mes en su planta actual, que podría llegar hasta los cinco millones mensuales. Habrá que construir un nuevo complejo industrial y seguramente se incorporarán nuevos empleados, en distintas áreas del proceso de elaboración.

Es entonces la noticia científica del año, a la que podemos añadir, como otro gran logro, la fabricación de respiradores de alta tecnología por parte de dos empresas cordobesas (Tecme SA y Leistung SA), a las cuales el Estado nacional ya les adquirió 3.650 de esos imprescindibles implementos médicos.

Gracias a todos estos logros en el área científico-médica, se pueden mantener esperanzas de que en nuestro país no todo está perdido, y que cuando los argentinos superamos las diferencias, los abismos (principalmente políticos), y nos proponemos mejorar la calidad de la vida de los habitantes con las raciones de creatividad y talento que tenemos y la pasión que exhibimos, asoma, aunque sea en parte, un mejor país.

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