El loco de la frazada. Reivindico esa locura, y reivindico la frazada. A pesar del tono peyorativo con el que se trató el tema, tratando de restarle importancia, la media sanción del proyecto que otorga a Mendoza una tarifa diferencial para residenciales es una batalla ganada sobre una inmensa cantidad de años de luchas por defender el bolsillo y la salud de las familias mendocinas.
Desde la causa Sottile, Carlos c/ Enargas y Ots. p/ amparo; hasta las más de 37 causas judiciales que nos tocó representar en la Justicia Federal; ha sido una serie de hechos históricos que terminaron de dar forma al proyecto de ley.
Tan fuerte era el abuso y la posición dominante de los proveedores del gas en la zona fría, que hubo un día en que el hartazgo hizo que miles de familias, convocadas por la frazada, se reunieran en la Legislatura provincial para hacerle saber al ministro de energía de turno, que no se tolerarían más sus arbitrariedades.
Era la marcha de las frazadas, y fue el inicio de mi fuerza política.
Este proyecto que debe tener tratamiento en el Senado Nacional para convertirse en ley pronto, viene a otorgar mayor equidad federal, porque contempla a las provincias relegadas de cuadros tarifarios excepcionales, que efectivamente tienen una variación térmica invernal que amerita la diferencia, sin contar que Mendoza es la cuarta productora de Hidrocarburos y estaba afuera de la zona fría.
El federalismo es el norte que tiene este proyecto, pero es un federalismo que tiene sus particularidades. No tenemos que olvidarnos que este sistema nacional de concesiones de gas, es centralista.
La nación se guarda el control de la distribución.
Esto que sigue estando para el gas domiciliario, no es así para la electricidad (salvo excepciones, como en CABA y parte de la provincia de Buenos Aires).
Este es uno de los debates que nos debemos. Los servicios públicos deben administrarlos las provincias y controlarlos las provincias, al menos en el tramo de distribución.
Vamos a potenciar la autonomía provincial, y evitar gastos para toda la nación, en beneficio de este o aquel gobernador de turno.
Pero entendemos que la equidad federal no podía estar por encima del aspecto económico de la cuestión de fondo y la sustentabilidad del reclamo.
Es más, fue uno de los parámetros que tuvimos en cuenta a la hora de armar este proyecto.
Primero poner un piso por la zona del país del 30 por ciento, pero luego, tomar especialmente en cuenta las dificultades económicas, para dar mayor protección al que menos tiene.
Desde Protectora no tenemos ningún problema en que los servicios esenciales para la vida sean subsidiados, por el contrario.
En un país con 50% de la población bajo la línea de pobreza, no me entra la cabeza tener servicios públicos no subsidiados.
Debemos asegurar los accesos, no restringirlos.
Todos tenemos derecho a vivir dignamente.
Antes la prioridad eran solo pan y techo, ahora las necesidades son otras, son más, cambian con la sociedad, y para construir una comunidad no podemos excluir a nadie, los que plantean esto, solo cierran los ojos.
Este proyecto se fondea del fideicomiso que ya existe y que viene cubriendo el consumo de las zonas frías existentes.
En el sistema, aquellos no alcanzados pagan el cargo para cubrir este consumo.
Habrá que aumentar este cargo, pero esto no es un problema y está expresamente contemplado en el texto.
Este proyecto es una reivindicación histórica, pero también nos enfrentamos con que es una ley que mira para atrás en muchos aspectos.
¿Qué quiero decir con esto?
Que la matriz energética viene cambiando de un sistema dependiente de combustibles fósiles, a uno eléctrico.
El futuro de la energía va a ir por la electricidad porque se puede generar de forma más eficiente, se puede transportar más fácilmente, y es de mucho mayor acceso.
Los barrios más carenciados de nuestro país tienen luz. Lo que no tienen es gas de red, y esta ley no va a solucionar ese problema. Por eso para adelante, tenemos que empezar a pensar en un sistema nacional (aunque la concesión sea provincial) para compensar este desequilibrio.
Porque el problema federal del que vengo hablando, es tanto por la coordinación entre las provincias -que es un tema de este Congreso- como un problema del derecho de los usuarios y consumidores que nos manda la constitución a resolver.
Tenemos que pensar en un esquema de incentivos para compensar estas asimetrías federales en el sistema eléctrico, respectando la autonomía provincial, pero garantizando el derecho de los argentinos de los puntos más alejados, y de los consumidores de este servicio público esencial.
El loco de la frazada llegó al Congreso porque quería aprobar leyes que dan una respuesta permanente y para todos. Lo que quiero son conquistas sociales que vengan de abajo hacia arriba. Por eso construimos un partido político con los consumidores y usuarios como eje, con los servicios públicos como reivindicación, y por eso seguiremos discutiendo y presentando proyectos. Siendo una fuerza mínima, conseguimos el consenso de todo el arco político de la provincia y hoy al menos podemos decir que tenemos la promesa cumplida.