La oposición, un sistema de filtros que no filtra

Mientras los temas que se propusieron antes de las elecciones no se discuten, las reelecciones son defendidas tanto por oficialistas como por opositores.

La oposición, un sistema de filtros que no filtra
Reunión entre Fernández y Rodríguez Larreta. / Gentileza

La oposición, entendida como aquella fracción política que representa los intereses opuestos al oficialismo, es decir aquella otra división que gobierna actualmente en un determinado territorio, sea nacional provincial o municipal, debe no solo enarbolar las banderas de los preceptos, intereses y lemas que pregonan mediante eslóganes bonitos, sino ponerlos en práctica, para así demostrarle a sus patrocinados (los cuales -vale aclarar- no revisten un papel meramente secundario puesto que son ni más ni menos que el Pueblo que los llevó allí mediante el sufragio), que en verdad son capaces de remediar los errores, omisiones y atropellos cometidos por el poder de turno y generar el viraje prometido como resultado de su labor en el estamento pertinente.

Ahora bien, imaginemos a esta fracción antes mencionada como un “sistema de filtros” cuyo objeto principal es tamizar, impidiendo el progreso de aquellos actos que manifiestamente entrañan un perjuicio para el pueblo y dejando atravesar y consiguientemente acompañar aquellos que traen aparejado un bien para la sociedad. Ya que es menester enfatizar que no todo lo actuado por oficialismo u oposición siempre engendra un perjuicio para la fracción opuesta sino que muchas veces hay situaciones que son merecedoras de consensos ya que por encima de tales fuerzas políticas esta la República Argentina, la cual está conformada por todos y cada uno de nosotros.

No obstante ello, vemos que tal “sistema de filtros”, actualmente está sufriendo un desperfecto. Que no está filtrando de manera óptima el material sometido y por ende está permitiendo que atraviesen los atropellos constantes que lleva a cabo el kirchnerismo. Y mucho peor aún es ver como en varias ocasiones. los supuestos opositores se pliegan a los relatos dichos por estos.

Sumado a lo expuesto, la materia sometida a este “sistema de filtros” se circunscribe solo a temas meramente superfluos y no esenciales, puesto que no existe el arribo de proyectos serios que traten los temas que en campaña constituyen cartas mágicas para ganar elecciones como ser ‘promesas falaces a jubilados’, ‘reforma laboral’, ‘mitigación de la inseguridad’, ‘decrecimiento de la presión impositiva’, ‘disminución de la pobreza’. Pero mientras esos temas no se discuten, se ponen todos de acuerdo -oficialismo y oposición- para tratar las reelecciones de sus pares.

Por ello creo que estamos en un momento en el cual es hora de exigirle a nuestros representantes que se pongan las botas y comiencen a velar por los intereses y necesidades del pueblo dejando afuera los personalismos y evitando caer en la famosa demagogia. Es que el país se está incendiando y vemos poca agua y arena en el recinto que pueda aplacar las llamas,

No deben olvidar que quien los puso donde están es el pueblo. Por ello hay que velar por los intereses de éste.

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