La entrevista de Guayaquil: doscientos años de polémica sobre lo sucedido

La Conferencia de Guayaquil significó el encuentro de los dos extremos de Sudamérica, desde los cuales se condujo la emancipación de América del Sur: Buenos Aires y Caracas

La entrevista de Guayaquil: doscientos años de polémica sobre lo sucedido
La Conferencia de Guayaquil significó el encuentro de los dos extremos de Sudamérica, desde los cuales se condujo la emancipación de América del Sur: Buenos Aires y Caracas

Entre el 26 y 27 de julio de 1822 tiene lugar en Guayaquil, ciudad de la actual república de Ecuador, la famosa entrevista entre José de San Martín y Simón Bolívar. Fue realmente histórica y señaló el principio del fin del dominio español en América.

San Martín, por razones tanto políticas como militares, no se encontraba en fuerza para terminar con el dominio realista en el interior del Bajo y el Alto Perú. La batalla de Ayacucho librada el 24 de diciembre de 1824, que produjo el final de la gesta emancipadora, tuvo lugar dos años y medio después.

En la historiografía argentina predominó la interpretación de que San Martín tuvo un renunciamiento histórico frente a la negativa de Bolívar a realizar esfuerzos conjuntos, o incluso a aceptar a San Martín como su lugarteniente.

En cambio, para los historiadores bolivarianos, y en particular los venezolanos, esta interpretación es diferente. San Martín llega con la intención de anunciarle a Bolívar su retiro, le explica las dificultades que enfrentaba en el Perú y le adelanta su intención de retirarse y trasladarse a Mendoza, lo que finalmente hace semanas después.

Sobre estas dos interpretaciones tuvieron lugar grandes polémicas históricas. Quizás la más relevante es la que se planteó en torno a la documentación adquirida en Perú en 1941 por el entonces embajador argentino en Lima, Eduardo Colombres Mármol. Dicha documentación aportaba pruebas a favor de la interpretación argentina: el renunciamiento de San Martín. Tras varios años de polémicas y peritajes, la veracidad de la documentación -en su mayoría cartas- no logró acreditarse.

La primera mención sobre el renunciamiento proviene paradójicamente del colombiano García del Río, que en 1823 -el año siguiente de la entrevista- publica un breve estudio biográfico sobre el libertador argentino -que puede ser considerada su proto-biografía- en la que ya plantea la actitud sanmartiniana como una suerte de sacrificio en pos de la unidad en la lucha continental por la independencia.

Plantea así la tesis que desarrolla Bartolomé Mitre en su “Historia de San Martín y la Independencia Sudamericana”.

Más recientemente, ya en el siglo XXI, un historiador colombiano, Armando Martínez, encontró en el Archivo Nacional de Ecuador, en Quito, una carta escrita por el general José Gabriel Pérez, quien fuera secretario de Bolívar en la época del encuentro. Recibió la orden del libertador venezolano de escribir una carta al general Antonio José de Sucre para informarlo del contenido de la entrevista. Según este texto, que había quedado traspapelado en el Archivo, el encuentro fue cordial. No se discutió si Guayaquil debía ser independiente o anexarse a Colombia, ya que la situación había sido resuelta de hecho.

De acuerdo con el texto, discutieron sobre la forma de gobierno, inclinándose Bolívar por la republicana para los nuevos países y San Martín por la monárquica. Este último también ponderó la idea de crear una “Federación de los Estados Americanos”. Dijo que Chile no tendría reparos en apoyar dicho proyecto, pero que sería resistido en Buenos Aires. Se ofreció a negociar un arreglo de límites entre Colombia y Perú y acordar la mutua ayuda frente a las tropas españolas entre los dos países. San Martín habría dejado en claro que la reunión no había tenido carácter oficial. Mencionó su intención de renunciar, retirarse y trasladarse a Mendoza, argumentando que no tenía en Perú el apoyo suficiente.

Es una buena síntesis de la interpretación bolivariana del encuentro.

Jorge Luis Borges, cuyo bisabuelo, el Coronel Suárez, combatió siendo oficial de granaderos en el Perú bajo órdenes de San Martín, escribió un breve cuento denominado “Guayaquil”, en el cual intenta, a partir de lo conjetural, profundizar la personalidad psicológica de San Martín en aquel momento. Para ello toma un término de Mitre, el de “el vencedor, vencido”, al referirse a la entrevista de Guayaquil. Contextualiza su cuento en 1939 -dos años antes de la compra de los documentos por parte de Colombres Mármol- cuando un historiador checo emigrado a Venezuela es enviado a Buenos Aires a verificar la autenticidad de cartas sobre el contenido de las conversaciones entre San Martín y Bolívar.

Más allá de las polémicas y las conjeturas, a doscientos años del hecho, es claro que la conferencia de Guayaquil significó el encuentro de los dos extremos de Sudamérica, desde los cuales se condujo la emancipación de América del Sur: Buenos Aires y Caracas. El resultado del encuentro permitió evitar un choque entre estas dos corrientes, que seguramente hubiera prolongado la guerra que se libraba contra los realistas.

En última instancia, Guayaquil fue, al mismo tiempo, culminación y final. San Martín decide renunciar para abrir paso a la etapa final de su proyecto continental.

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