Los partidos políticos están analizando la conveniencia de utilizar en el futuro una boleta única, que englobe a los distintos candidatos.
En esencia, una elección política es similar a las encuestas que se realizan en los estudios de mercado, que permiten determinar la opinión de los clientes o potenciales clientes (en este caso, ciudadanos) sobre una serie de aspectos relevantes.
La investigación por medio de encuestas es complicada y cuando los estudios están sesgados conducen a interpretaciones y luego decisiones equivocadas.
Un tipo de pregunta habitualmente utilizado es la que se denomina de “opción múltiple”.
Consiste en que, luego de hacer una pregunta, se ofrecen un conjunto de respuestas para que el encuestado elija alguna de ellas, lo cual sería asimilable a la boleta única.
Sin embargo, es conocido el hecho de que las listas largas producen lo que se denomina sesgo de orden o posicional.
Puede, entonces, surgir un sesgo de primacía (la tendencia a elegir una de las primeras opciones, para una decisión más rápida, lo cual, dicho sea de paso, es aprovechado por los publicistas, en las listas que aparecen cuando se busca proveedores de un rubro) o un sesgo de irreversibilidad (la tendencia a elegir las últimas opciones de respuesta, para no volver a repasar el listado).
Si una pregunta de opción múltiple tiene siete u ocho respuestas posibles, los encuestados suelen ser menos propensos a seleccionar las opciones situadas en el medio.
La solución técnica es efectuar la aleatorización de las opciones de respuesta.
Cada uno de los encuestados recibe las mismas opciones, pero hay variaciones de formularios para permitir que cada opción aparezca proporcionalmente en todas las posiciones.
Es improbable que se prevea esta solución.
Entonces, ¿asistiremos a una lucha para beneficiarse de este sesgo?
*El autor es de Ciencias Económicas. UNCuyo.