El mundo ha pegado un salto cuantitativo en cuanto al dominio de la tecnología. Adelanto que asombraría a nuestros abuelos de no muy lejos, de la mitad del otro siglo por ejemplo.
Se ha avanzado en muchos terrenos, pero sobre todo en el campo de las comunicaciones. Hoy quien no tiene un teléfono celular está aislado del mundo exterior, esta desconectado, es alguien que no participa del festín de palabras y de imágenes.
Hemos progresado en nuestro afán de encontrar en el cosmos posibilidades para la vida futura, digo para aquel momento en que este planeta comience a languidecer. Estamos revolviendo la superficie de marte que debe ser un martes feriado porque dicen que es rojo.
Hemos evolucionado aún en lo cotidiano. ¿Quién se hubiera imaginado hace 50 años que en casi todas las casas habría un horno a micro ondas?
Sin embargo no estamos preparados para las sorpresas. Un bichito descubierto en Wuham, por lo menos eso dicen, puso al mundo entero de rodillas y aún no sabemos como incorporarnos. Y ataca a cualquiera que se le ponga en el camino desde el presidente hasta el más simple ciudadano.
Nadie se esperaba esto por lo tanto hubo que improvisar para salvarnos. Los laboratorio trabajaron a destajo y lograron crear vacunas que antes hubieran llevado años de experimentación. Pues lo hicieron y ahora gran parte del mundo se está vacunando.
Es el gran tema del momento y todos estamos pendientes de poner nuestro brazo bajo el amparo de una jeringa.
Pero en nuestro país la cosa no está muy clara que digamos. El presidente anunció hace tiempo la llegada de millones de vacunas para poner a salvo a los argentinos, pero los millones no llegaron. Malo todo, mala información, mala comunicación y mal cálculo.
Hay países que ya han vacunado a casi todos sus habitantes. Pongo a Israel como caso, y nosotros nos abastecemos con puchitos que llegan después de vuelos kilométricos. Vamos por los de sesenta se dice ahora. Imagínense cuanto la van a recibir a los cuarenta, cuando cumplan sesenta.
Los de setenta han recibido la primera dosis, pero deberán esperar un tiempo considerable para recibir la segunda.
Y esto nos ocurre cuando ha llegado a nuestros lares la llamada “Segunda Ola” que parece ser más cruel para la primera. Yo no sé como puede llegar la segunda ola a Mendoza si Mendoza no tiene mar. Es necesario activar todos los mecanismos para lograr la cantidad de vacunas que se necesitan, sino podemos volver a la situación de colapsar los sistemas de salud.
El mundo ha evolucionado, pero no en todo. En la cuestión del virus todavía no logramos entenderlo bien y miren que hace más de un año que nos visita.
¿Cuándo estaremos todos vacunados? Como va la mano se nos va a ir gran parte de este 2021 que veíamos con esperanza y ahora vemos con incertidumbre, y ya se tragó tres meses de su calendario.
El mundo ha evolucionado pero no tanto como para ponernos a salvo.