Hospital veterinario, desafío en salud

Un proyecto de ley procura que se construya, en el Gran Mendoza, un hospital veterinario de carácter público. Aunque está lejos de materializarse, la iniciativa se sigue debatiendo y, lograr el servicio, jerarquizaría a la provincia en materia de bienestar animal.

Hospital veterinario, desafío en salud
Imagen ilustrativa / Archivo.

Desde hace meses tiene estado parlamentario una iniciativa que propicia la construcción de un hospital público veterinario, que convertiría a Mendoza en una provincia pionera en materia de salud animal.

En estas columnas siempre se ha sostenido que la prioridad, y mucho más por el tiempo de pandemia que atravesamos, debe apuntar con máxima energía a la atención y el apuntalamiento de los vastos problemas sanitarios de la población. No evadimos esa premisa, pero en paralelo, puede ir desarrollándose esta otra idea. Porque en definitiva la concreción de un establecimiento de este tipo es una forma explícita de atender un grave problema de salud pública que ahora padecemos por la enorme cantidad de animales (perros y gatos, de manera determinante) que deambulan por la vía pública sin dueños, y que son causantes de enfermedades zoonóticas, accidentes de tránsito y del delito del abandono de animales, previsto por la ley nacional 14.346.

La propuesta está en la Legislatura y es una iniciativa desarrollada por el abogado Oscar Alfredo Mellado, especialista en Derecho Animal, con una amplia trayectoria en la problemática, que comenzó hace 25 años, desde la entidad Asoreva, y que cuenta con el apoyo de ONGs, del tipo de Cullunche, y personas que atienden animales por su cuenta o que administran refugios para contenerlos.

Uno de los problemas para levantar estas instalaciones, disponer el lugar, estaría solucionado porque hay un terreno, donado por los responsables del Refugio de Diego, una protectora, en Corralitos (Guaymallén).

El hospital supliría los servicios de Zoonosis de las municipalidades, que son las encargadas de atender las problemáticas de los animales con y sin dueño, y cuyo desenvolvimiento, por distintas razones, es deficiente e insuficiente. Asimismo, la infraestructura que se pide construir sería la base adecuada para el desarrollado de campañas de esterilización, que es el único método ético y eficaz de control y equilibrio de la fauna urbana.

Hay que recordar que la ley que introdujo esta práctica, único método para que no se reproduzcan indefinidamente canes y gatos, es la 7.603, que declaró a la provincia no eutanásica, siendo pionera en el país. Luego la complementó la Ley 8.246, de Creación del Programa de Esterilización Temprana, Masiva y Sistemática. Pero Mellado y los ciudadanos que piensan como él, consideran que las castraciones que se realizan ahora son insuficientes y por eso la sobrepoblación de animales abandonados que hay en todos los departamentos.

Los servicios que se prevén como prestaciones en una institución como la que se impulsa, son la atención integral, guardia activa diaria, cirugías de baja y mediana complejidad, esterilización de canes y felinos.

Si bien entendemos que un servicio como el que se presenta sería de avanzada en el país, hay muchos problemas por resolver. Primero, que la intención se convierta en ley y luego, definir partidas para la ejecución del edificio y equipar las instalaciones, cuyos costos no son económicos.

Asimismo, de materializarse la infraestructura, habrá que analizar y ver cómo se podría actuar para que la existencia de un hospital no anule la legítima actividad de los médicos veterinarios por una supuesta competencia desleal, toda vez que la gente recurrirá a una prestación sin costos o de bajo monto.

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