Hacia un año electoral lleno en interrogantes

Alfredo Cornejo termina su primer año del segundo mandato con una serie de avances en cuanto a la reformulación de la política minera y al uso lo más adecuado posible de los fondos del resarcimiento nacional.

Hacia un año electoral lleno en interrogantes
Alfredo Cornejo presentó más obras con financiaminento del fondo de resarcimiento.

Uno de los éxitos políticos del gobierno libertario en su primer año fue la clara desarticulación de la oposición en el Congreso, logrando, con tiempo y esfuerzo, avanzar con la Ley Bases y la reforma fiscal para llevar a cabo sus principales reformas.

Un mérito impensado por muchos antes de la asunción de Milei, al frente de un sector nuevo de la política que llegó al Parlamento con una clara minoría en ambas cámaras. Contó, es cierto, con el apoyo irrestricto del macrismo (se disolvió Juntos por el Cambio) para obtener el tercio necesario para evitar que la oposición más extrema avanzara sobre sus propuestas.

Y en ese escenario, siempre se vio durante el año que los gobernadores que pertenecieron a Juntos por el Cambio hasta la derrota electoral de la fórmula Bullrich- Petri tuvieron el mérito de hacer valer liderazgos territoriales y así incidir para sumar voluntades en el Congreso a favor de los cambios estructurales impulsados por el gobierno de Milei.

Descontado el apoyo de los gobernadores del Pro, también se distinguió el de los mandatarios radicales, con Alfredo Cornejo entre los principales referentes, con una postura dialoguista, respaldo hacia las medidas fundamentales del nuevo gobierno y sólo reparos claros y definidos en temas puntuales muy sensibles y tradicionalmente defendidos por el radicalismo, como la movilidad jubilatoria o el manejo autónomo de las universidades públicas. Pero nada logró quebrar la relación. Tuvo mucho que ver con ello otro dialoguista claro, el radical cordobés Rodrigo de Loredo, nítido referente desde su banca de diputado ya que su provincia no es gobernada por la UCR.

En ese marco, durante la última semana tomó más notoriedad la grieta propia de la UCR nacional a partir de la expulsión partidaria dispuesta con los tres diputados que apoyaron los referidos vetos presidenciales. Rápidamente se agrandó la grieta a partir de las críticas públicas de esa suerte de radicalismo territorial que lideran los gobernadores. Fueron varias las voces mendocinas en tal sentido, con Cornejo a la cabeza. La decisión de expulsar de la UCR a Mariano Campero, Luis Picat y Martín Arjol no solo es una decisión completamente equivocada, sino que además demuestra que la conducción partidaria, que promovió esta idea, piensa en un partido chico, alejando de la histórica tolerancia democrática de la UCR, de nuestros simpatizantes en todo el país, de nuestros principios y nos aleja de nuestro electorado”, fueron las palabras del gobernador mendocino expresadas a través de las redes sociales.

Queda en evidencia la necesidad de terminar este 2024 en la mayor armonía posible con el gobierno nacional, sabiendo que el clima de tranquilidad social que ha imperado en este diciembre muestra de algún modo el nivel de conformidad que existe con las políticas del gobierno en un sector mayoritario de la población. Es lo que lleva a aventurar un resultado favorable para el gobierno en las elecciones de mitad de mandato.

Hay muchas especulaciones sobre el futuro de esta especie de dos radicalismos. Un acuerdo electoral entre el kirchnerismo y la UCR del comité nacional, la liderada por Martín Lousteau, pensando en Buenos Aires ciudad y provincia, y las vías de acercamiento en la mayoría de las provincias entre los radicales que dieron sustento a las leyes fundamentales del gobierno libertario y las huestes de Javier y Karina Milei.

¿Piensan lo mismo del lado del oficialismo nacional? Por el momento nadie lo puede asegurar. La clara intención de tener representación en la mayoría de las provincias es lo que lleva a los mileístas mendocinos a pensar en una lista propia de candidatos a diputados nacionales aquí, en Mendoza. Ni hablar de alianzas, al menos por ahora. Los resultados políticos y económicos obtenidos por La Libertad Avanza en solo un año alientan a las estructuras del nuevo partido a pensar en la posibilidad de tener desde a fines del año próximo una representación parlamentaria importante. Todo es posible.

Esto también explicaría la rápida reacción de Cornejo y de la mayor parte del radicalismo mendocino en contra del Comité Nacional partidario en el caso de los diputados expulsados. Nadie se puede dar el lujo en estos momentos de embestir contra una fuerza que demuestra crecer a un ritmo sorprendente al amparo de logros económicos todavía módicos para algunos, pero que impactan en el ánimo de la gente.

Y están los que siempre murmuran reflexiones a tener en cuenta: si Milei es capaz de disputarle la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a los Macri, como vienen insinuando la hermana presidencial Karina y entorno, ¿qué no puede llegar a pretender en Mendoza o en otras provincias?

Además, hay asuntos que no dejan de preocupar al Gobernador, como, por ejemplo, la relación con las distintas zonas de la provincia y problemas de gestión que aparecen en lugares estratégicos. Entre lo que inquieta al Gobierno se puede citar la crisis en el equipo del intendente de Guaymallén, Marcos Calvente, que debió pedirles a los integrantes de su gabinete que pusieran a disposición sus cargos para buscar un reacomodamiento de la gestión departamental. El Gobernador no dudó en respaldar al intendente, pero hubo ruido.

Por el lado del peronismo mendocino, nada que no se venga conversando y organizando desde que surgió la idea de unidad. Buscan atravesar con la mayor claridad posible una etapa que en el mismo partido reconocen como de supervivencia luego de tantos años de contrastes electorales. Diferencias tal vez no superadas, pero sí totalmente disimuladas hasta nuevo aviso y el compromiso de los no kirchneristas de no quejarse de CFK y de su séquito. Aunque, como ya señalamos en una columna anterior, se observa con atención qué incidencia puede llegar a tener la nueva presidente del PJ nacional más allá de la provincia de Buenos Aires, el seguro epicentro de la gran contienda electoral que piensan dar los libertarios el año próximo.

Para concluir, Cornejo termina su primer año del segundo mandato con una serie de avances en cuanto a la reformulación de la política minera y al uso lo más adecuado posible de los fondos del resarcimiento nacional. Rumbo correcto, pero con la necesidad de mantener firme su estructura de gestión ya que en materia electoral no hay aún nada previsible.

* El autor es periodista jtoso@losandes.com.ar

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA