“Si uno quiere cubrir cabalmente las necesidades de la gente, no basta con leer libros y diagnósticos. El líder necesita escuchar lo que le duele a la gente, cómo entiende su condición humana y sus necesidades en el conjunto de la sociedad en diferentes estratos sociales y regiones del país”. Nelson Mandela
Los 45 millones de argentinos necesitamos que el Acuerdo de Mayo, como propuesta de encontrar un camino en común entre todos, sea factible. Hay enormes dudas sobre eso. Periodistas, escritores, hombres de negocios , consultores políticos exponen su incertidumbre. En este marco de negociación que se abre con el Acuerdo, existen dos interlocutores: el presidente de nuestro país y los gobernadores que representan a los estados subsoberanos.
Un marco de alteridad, debería estar presente en este Acuerdo. Ambos negociadores deberán entender que nada se puede construir si no se incluye al otro. Ambos son responsables de buscar respuestas que contribuyan – desde la competencia de sus territorios – a encontrar el camino hacia un país normal.
Nuestro presidente, está embarcado en una batalla cultural. No solo económica. Impregna en cada actitud de su gestión, conceptos que implican nuevas maneras, nuevas formas de encarar el camino a la Libertad.
Tiene una fuerte posición tomada sobre ello. Y la lleva adelante. Con sus convicciones fuertemente arraigadas y siendo coherente con lo que planteó en su campaña.
Puesto en acción, su gestión cosecha no pocas observaciones negativas. Jorge Fernando Diaz, en su artículo en el diario La Nación, El León resetea su praxis política, dice que : “A este nuevo sujeto histórico, propenso al insulto y la soberbia, le encanta la temeridad, el renovado centralismo unitario de premios y castigos, la flamante y recargada política de amigo-enemigo, el ataque personalizado a los periodistas e incluso a disidentes de a pie, la gerontofobia, el bullying y las simplificaciones de salón”.
Los gobernadores por su parte, provenientes en su mayoría de lo calificado como “la casta”, deben superar ese capitis diminutio respecto de su ciudadanía. Muchos de ellos lo votaron y ahora deben lidiar con sus formas y su carácter. Pero tienen la obligación de proponer e introducir cambios en la gestión de sus territorios.
En la Escuela de Leyes de Harvard, el profesor en Derecho Roger Fisher y el antropólogo social William Ury desarrollaron el Proyecto de negociación Harvard, que se cristalizó en su famoso best seller Getting to yes ( Si, de acuerdo). Su objetivo era generar un sistema de negociación en donde no existiera un esquema compulsivo, agresivo basado en posicionamientos, sino el de procurar que los problemas se resolviesen alcanzando un beneficio mutuo.
Un primer paso necesario a dar en consecuencia para encarar la negociación hacia el Acuerdo, será el de no negociar desde sus posiciones. No puede ser un juego de suma cero el resultado del Acuerdo. Si no, no existirá. Debe ser un acuerdo destinado a crear valor en nuestra sociedad.
Lo primero a introducir es el de separar a las personas de los problemas a resolver. Significa dejar de lado prejuicios interpersonales que los negociadores puedan tener y estar dispuesto a trabajar en equipo para resolver los problemas
Lo segundo es hacer hincapié en los intereses que hay en juego. Y se deben buscar múltiples opciones para satisfacerlos.
Por último, para evitar que los posicionamientos previos y las emociones influyan, es necesario satisfacer los intereses con criterios objetivos. Eso evitará que alguien piense que esta cediendo o no negociando con fortaleza.
¿Es posible hacerlo de este modo? Si las partes se lo proponen, es posible. Los gobernadores deberían comenzar a mostrar y pergeñar un verdadero desarrollo federal. Regionalizar nuestro país en pos de ese fortalecimiento federal debería ser un objetivo.Objetivo que debería ir acompañado con participar del fruto de manera más directa, del desarrollo a generar.
El proyecto de las provincias patagónicas es un buen comienzo en ese sentido. Eso contribuiría a generar un nuevo régimen de coparticipación basado en la creación y generación de valor. Y evitaría a que la negociación genere un apartheid basado en una nueva visión unitaria del país.
El programa de estabilización económica iniciado por el gobierno, debería acompañar en forma virtuosa, todo este proceso hasta la fecha del Acuerdo. Aparecen luces amarillas en algunos logros exhibidos como exitosos. El superávit fiscal de enero no refleja una manera sustentable de lograrlo. Y para febrero hubo un comportamiento similar. El esquema de crawling peg para el ajuste del tipo de cambio comienza a sugerir que comienza un atraso cambiario.
Albert Einstein sostenía que el ser humano debía tomar una sola decisión: “si consideraba que vivía en un Universo hostil o en un Universo amigable” . Y que en función de ello, se relacionaba con el Otro. Con el distinto. Ojalá lo logremos.
* El autor es economista.