Esos acentos equivocados

Las oscilaciones en el uso del acento se deben a que en español no existe una sílaba fija para acentuar; puede acentuarse en la última sílaba, pero también en la penúltima, antepenúltima e incluso alguna sílaba anterior.

Esos acentos equivocados
Imagen ilustrativa / Archivo.

Existen términos que, en la memoria colectiva, han quedado guardados con el acento colocado sobre una sílaba que no es la correcta. A la difusión de ese error contribuyen, en más de una oportunidad, las intervenciones que personas influyentes tienen en los medios masivos. Veamos algunos ejemplos; antes de desarrollar el tema, recuerdo al lector que la Academia precede las formas no correctas con un signo, la bolaspa, que indica el uso no adecuado; como no es posible, las más de las veces, contar con la bolaspa en los teclados comunes, he precedido las formas incorrectas con un asterisco.

INTERVALO: Una funcionaria está hablando de la distancia temporal que debe mediar entre una y otra dosis de vacuna; para ello utiliza el sustantivo *“intérvalo”. Este sustantivo, que significa “tiempo o espacio entre dos límites” proviene del latín “inter” (“entre”) y “vallum” (“empalizada de defensa usada por los campamentos militares romanos”). Nos ha llegado en forma de palabra grave, esto es, debemos acentuarla sobre la sílaba -VA-, no equivocadamente sobre -TER-, como si fuera voz esdrújula.

ESTADIO: Nuevamente, las noticias acerca de la pandemia nos invaden. La persona que nos informa de los síntomas de la enfermedad desliza varias veces el término *“estadío”. Este vocablo proviene también del latín, donde se decía “stadium”. En español, da siempre “estadio”, con el valor de “recinto en que se celebran competiciones deportivas”, pero también como “etapa o fase de un proceso”. En su primera acepción, no se escucha una acentuación errónea, pero sí en la segunda. En efecto, sobre todo en el ámbito médico, se oye su acentuación sobre la sílaba “-di-”. Constituye un error que debe erradicarse puesto que, con un valor significativo o con el otro, debe decirse siempre “estadio”, con la sílaba tónica “-ta-”.

ADECUAR: El encargado de las noticias dice que la población se adecúa a los nuevos protocolos. El entrevistado, en cambio, le responde que no toda la gente adecua su comportamiento a las nuevas exigencias: “adecua” o “adecúa”? Hasta el año 2010, antes de la aparición de la última versión de la Ortografía académica, hoy en vigencia, enseñábamos que todos los verbos con infinitivo acabado en -cuar debían conservar siempre los diptongos “-uo-, -uas-, -ua-, -uan, -ue-, -ues- -uen” en las tres personas del singular y en la tercera del plural de todo el sistema de presente. Corregíamos una y otra vez hasta dejar grabado que se debía pronunciar “yo adecuo” o “ellos adecuan”. Sin embargo, los usuarios, dueños del idioma, tendían a colocar tilde sobre la “u”, por influencia y analogía con los verbos que terminan en -luar (como “evaluar”), en -nuar (como “continuar”), en -suar (como “consensuar”), en -tuar (como “actuar”), que son muy numerosos y de gran uso; ese gran principio, muy tenido en cuenta por las Academias, que es el llamado de “uso constante”, hizo que, finalmente, se pudiera decir “yo adecúo”, “ellos licúan” y “ella evacúa”, o “yo adecúe”, “tú adecúes”, “ellos adecuén”, tan correctos, respectivamente, como las formas con diptongo. Los únicos verbos que no tomarán tilde sobre la “u” serán los acabados en “-guar”, como “averiguar”, “atestiguar” o “amenguar” que únicamente podrán decir “yo averiguo”, “él atestigua” y “ellas amenguan”, con formas diptongadas y nunca con hiato entre la “u” y la vocal siguiente.

AGRIAR: Muchas veces, cuando se trata de conjugar un verbo terminado en -iar, no sabemos si colocar o no acento sobre la “i”. La solución para resolver esa duda es sumamente simple: acudo al diccionario de la Real Academia, que está subido a la página institucional, y busco el verbo cuya acentuación no sé cómo resolver. La Academia dilucida mi problema de modo muy claro: si el verbo que busco debe tildarse sobre la “i”, dirá que se conjuga como “enviar”; en cambio, si diptonga y no debe portar tilde, la indicación es que se conjuga como “anunciar”. Existe también la posibilidad de que el verbo buscado tenga dos variantes de conjugación: en ese caso, el diccionario me dará la solución doble, esto es, que siga a “enviar” y a “anunciar”. Es lo que sucede con “agriar”, que puede conjugarse “yo agrio” y yo agrío”; también, con “paliar” que puede decir “yo palio” y “yo palío”. En cambio, “historiar”, si bien registra las formas “yo historío” y “yo historio”, se nos indica en el Panhispánico que es preferida, en la norma culta, “yo historio”.

ALINEAR: Otra vez, el encargado de las noticias nos dice que gran parte de la población *se alínea en el movimiento “antivacuna”: para casi todos los oyentes, la expresión es correcta. Sin embargo, no lo es pues, si bien decimos “línea”, al conjugar los verbos formados a partir de este sustantivo, no colocamos en ninguna de sus formas el acento sobre la “i”; no entonces a formas como “*yo alíneo” o “*ellos se alínean” ya que lo correcto es decir “yo aliNEo” y “ellos se aliNEan”.

NOVEL: El conductor del programa cultural está promocionando un encuentro de escritores que son nuevos en esa actividad. Para ello, utiliza el adjetivo *“nóveles”, sin saber que este término es agudo en singular: “noVEL”. Como la sílaba acentuada es -VEL, al pluralizar, se sigue conservando la intensidad sobre la “e” y diremos, entonces, “escritores noVEles”.

NOBEL: También, más de una vez, escuchamos al conductor del noticiero hablar acerca de los premios instituidos por el sueco Alfred Nobel. Este apellido es, en el idioma original, una voz aguda y la Academia aconseja conservar esa acentuación y no la forma *“Nóbel”, muy extendida incluso en niveles cultos de nuestro idioma.

ESPÉCIMEN: Este vocablo, que significa “muestra o ejemplar” es una palabra de origen latino. En esa lengua, el término era el sustantivo neutro “specimen”, donde la raíz “spec-”, lo vinculaba al verbo “specere” (“mirar”); la traducción del vocablo era “indicio, ejemplo, modelo a la vista”. El término heredado es de acentuación esdrújula, no grave como suele escucharse cuando erróneamente se tilda la sílaba “ci”. En cambio, al pluralizar, el acento sí recae en esta sílaba y, entonces, tenemos “especímenes”.

Estas oscilaciones en el uso del acento se deben a que en español no existe una sílaba fija para acentuar; en efecto, el lugar de la tónica puede ubicarse en la última sílaba, pero también en la penúltima, antepenúltima y en alguna sílaba anterior a la antepenúltima, tal como se aprende al estudiar la clasificación de las palabras por su acentuación.

*La autora de la nota es Profesora Consulta de la UNCuyo

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