En el congreso realizado ayer, el radicalismo mendocino priorizó su postura crítica con el gobierno nacional y puso como ejemplo, una vez más, el modelo de gestión caratulado “Modo Mendoza”, con el que el oficialismo local une el camino iniciado por Alfredo Cornejo y continuado por Rodolfo Suárez. Se incluye el deseo de que a partir de diciembre de 2023 ese modelo siga siendo ejercido por una tercera gestión, radical, por supuesto.
El encuentro también permite poner en marcha mecanismos de diálogo internos para ver cómo se soluciona la determinación de la precandidatura a gobernador, por parte de la UCR, dentro de la coalición Cambia Mendoza.
Todos los caminos conducen a Cornejo, suelen coincidir tanto los fervientes seguidores del actual senador nacional como quienes miran desde más distancia el movimiento de piezas en el tablero del oficialismo.
Se sabe, pero siempre es válido reiterarlo, que Cornejo prácticamente no tendría resistencia interna en su partido cuando decida oficializar (sólo él sabe cuándo) su nueva postulación para la gobernación mendocina. Ante la posibilidad de dicho escenario nadie levantará la voz en la UCR, a pesar de que habría dirigentes con trayectoria en el centenario partido capaces de encarar conversaciones estratégicas con De Marchi si Cornejo no abriese mucho el juego de cara a otro posible gobierno suyo. Conversaciones, pero nunca posibilidades de ruptura en el frente gobernante.
Lo que si lamentan quienes acompañan a los intendentes jóvenes anotados para pelear por la sucesión de Suárez, es que con la vuelta del principal referente del partido se pondrá un freno fuerte a las aspiraciones de recambio generacional que muchos anhelan. Tadeo García Zalazar y Ulpiano Suárez son los ejemplos más claros.
En cambio, los que quieren que vuelva Cornejo aducen que su experiencia de gestión es la apropiada ante el difícil panorama nacional que se proyecta para el ciclo 2023-2027. Ni qué hablar si una eventual mejora en la economía le permitiese al Frente de Todos competir con alguna chance.
Una encuesta hecha en nuestra provincia por una reconocida consultora nacional ratificó posicionamientos ya conocidos, pero que mantienen a De Marchi en un elevado nivel de cotización electoral.
La muestra coloca a Alfredo Cornejo como el dirigente con mayor piso electoral y a Omar De Marchi como el que ostenta el mayor techo electoral. Lo llamativo es que éste se ubica detrás de la dupla radical por excelencia (Cornejo-Suárez) y superando muy bien al lote de aspirantes a suceder al actual gobernador en el caso de que Cornejo decidiese no postularse.
En el mano a mano con Cornejo, De Marchi es largamente superado cuando la consulta se efectúa a votantes de Cambia Mendoza, preferentemente radicales. En cambio, lo suyo trasciende mucho más cuando la pregunta va dirigida a votantes en general, sin preferencia partidaria alguna. En ese caso, el lujanino corre muy cerca del líder de la UCR.
En el entorno del referente del Pro señalan que los números conocidos lo alientan a atender gustoso todos los llamados telefónicos que llegan buscándolo por alguna cuestión electoral, entre los cuales se ubican todas las expresiones que siguen manteniendo la esperanza de que se anime a construir un frente electoral propio.
Pero, por el momento eso aparece como algo un poco lejano, o directamente impracticable. Es que en la semana las huestes de De Marchi y Alvaro Martínez, el presidente provincial del Pro, dieron una señal muy fuerte de acercamiento al radicalismo en la reunión que mantuvieron con el Gobernador para abordar temas de gestión que venían generando rispideces.
La dirigencia del Pro rescató la “buena predisposición” del Gobernador para escuchar los planteos efectuados por los socios políticos. El tal sentido, el diputado nacional Martínez señaló en declaraciones periodísticas que el acercamiento logrado es, obviamente, “bueno como frente electoral y de gestión”.
Lo que más valoró la dirigencia del macrismo mendocino es la aceptación por parte del jefe del Ejecutivo de la realización de modificaciones en la Revisión Técnica Obligatoria de vehículos (RTO). Se trata de un asunto que se debía resolver con rapidez porque la actual implementación genera problemas para muchos dueños de vehículos, más allá de las demoras entre quienes quieren cumplir con el trámite para no verse ingratamente sorprendidos por algún control policial.
La flexibilización en cuanto a la aplicación que aceptó Rodolfo Suárez también permitió descomprimir tensiones con los principales aliados del radicalismo, ya que se logró una suerte de término medio entre dos posturas muy alejadas. Para la dirigencia del Pro, lisa y llanamente la RTO no debería existir, puesto que la ley de Tránsito vigente en la provincia establece las condiciones en las que debe circular cualquier vehículo y le da atributos a la autoridad policial para actuar en consecuencia. “No soluciona problemas de fondo. Es un gasto y más burocracia”, afirman públicamente. Por otra parte, entienden que en primer lugar hay que reparar rutas y calles urbanas en pésimo estado, que son muchas, sin duda.
En cambio, para la UCR es importante que se cumpla con la revisión, aunque con alternativas. Por eso aceptaron discutir el tema con De Marchi y su dirigencia. Por lo general, el gobierno local ha sido cuidadoso del vínculo con la Nación y tal vez por ello no acepta la idea de erradicar la revisión de los vehículos.
Además, las autoridades locales no quieren dejar desprotegidos a los automovilistas mendocinos ante la vigencia de dicho control a nivel nacional. En ese contexto, es bienvenido para el Ejecutivo local haber podido consensuar en la reciente reunión.
El encuentro del Pro con el Gobernador, “una charla larga”, según dijeron sus participantes, incluyó el abordaje del espinoso tema del centro de invierno Los Penitentes. Concretamente, le preguntaron a Suárez qué perspectivas de actividad hay para el próximo invierno. El por ahora penoso destino del tradicional destino turístico quedó en evidencia en la reciente temporada de esquí.
Si bien existen diferencias metodológicas reconocidas por las partes, ambos socios de la coalición admiten que las mismas no van al extremo y tienden un puente hacia más acuerdos futuros. Es por ello que desde el Pro instan al radicalismo a mantener con más frecuencia reuniones como la reciente con Suárez. “De los consensos suelen salir buenas decisiones”, dijo ayer el diputado nacional Martínez.
Se suman en el Pro, una vez más, a otros partidos aliados en Cambia Mendoza que le vienen reclamando al radicalismo reunir a la mesa de la coalición con más frecuencia, como en el escenario nacional ocurre con la conducción compartida de Juntos por el Cambio entre la UCR, Pro, la Coalición Cívica y otras expresiones menores.
Ya se dejó trascender desde la conducción provincial del radicalismo que lo que surgiera en el plano electoral del congreso realizado ayer justificará una reunión de la mesa de conducción de Cambia Mendoza al promediar este mes. Un avance, si se concreta ese encuentro.
Ya se ha dicho que es muy poco probable que la coalición local sufra alteraciones si Juntos por el Cambio se mantiene firme a nivel nacional. Y así como todavía cabe esperar que la principal coalición opositora ofrezca a nivel nacional fórmulas “cruzadas” entre dirigentes del Pro y del radicalismo, aquí, en nuestra provincia, no habría que descartar una situación similar, tal vez no tanto en cuanto a fórmulas sino en el armado de listas muy competitivas tanto para el Congreso como para la Legislatura.
