¿En qué quedamos?

Coloquialmente, usamos la expresión “¿en qué quedamos?” cuando queremos poner término a una indecisión o aclarar una contradicción.

¿En qué quedamos?
Imagen ilustrativa / Archivo.

Si vamos en auto y nos detenemos forzosa o voluntariamente en un lugar, decimos que ‘nos quedamos’; también, cuando la parte de un todo subsiste, en una cantidad menor que la que había, usamos ‘quedar’ como en ‘Quedaron solamente cenizas’. Si una persona gana cierta fama, merecida o inmerecida, como resultado de su comportamiento o de las circunstancias, decimos ‘quedó como un héroe’. Indudablemente, estamos en presencia de un verbo muy polisémico; originado en el latín “quietare”, que significaba “sosegar, descansar”, hoy toma varios valores: algunos ya los detallamos. Otro es, por ejemplo, referido a una acción que tiene duración, no haber llegado todavía a su punto final o seguir en cierto estado algo o alguien afectado por esa acción: Quedan todavía en la sala de espera tres personas. En este sentido, suele estar acompañado de las preposiciones ‘por’ o ‘para’: Queda mucha tarea por realizar.

Si referimos ‘quedar’ a un período de tiempo, significará que este tiene que transcurrir antes de que algo suceda: Quedaban tres días para acabar la cuarentena. Cuando dos o más personas se ponen de acuerdo en algo, se usa ‘quedar’, unido a la preposición ‘en’: Hemos quedado en reunirnos mañana. En el sentido de concertar una cita, se puede usar también ‘quedar’: Quedamos a las cuatro de la tarde, pero fuiste impuntual.

A veces, ‘quedar’ toma el valor de “cesar, terminar, acabar”: Así quedó la relación entre ellos.

Coloquialmente, usamos la expresión ‘¿en qué quedamos?’ cuando queremos poner término a una indecisión o aclarar una contradicción: No sé bien en qué quedamos, si en viajar en avión o hacerlo en ómnibus.

Otra locución, de carácter verbal, es ‘no quedar algo por alguien o algo’, que significa “no dejar de realizarse a causa del incumplimiento de alguien o de la falta de algo”: Si hubiera sido por los opositores, ella no quedaba en el cargo.

No resulta agradable que nos digan que ‘nos quedamos atrás’ porque ello habrá significado que no hemos logrado el progreso alcanzado por otros, que nos encontramos en una situación inferior a la que se ha tenido: Respecto de tus rápidos progresos, debo confesar que nosotros nos hemos quedado atrás. También alguien ‘se queda atrás’ cuando no comprende algo por completo o si afloja o desmaya en un empeño: ¿Puede repetir la explicación, por favor? Me quedé atrás. No se desanime ni se quede atrás: vamos a mejorar.

Hay varias locuciones verbales con connotaciones negativas: si decimos que ‘alguien se queda a oscuras’ podremos tomarlo literalmente: Tras el corte, nos quedamos a oscuras; pero el valor desagradable que posee es indicar que esa persona perdió todo: Muchos han quedado a oscuras tras este período de recesión. Lo mismo sucede con ‘quedarse alguien corto’ que equivale a decir que una persona no llega en sus dichos o en sus hechos hasta donde se proponía: Se quedó corto con las predicciones.

Otras locuciones verbales tienen que ver con la admiración, como ‘quedarse alguien bizco’; con la despreocupación y la tranquilidad, como  ‘quedarse más ancho que largo’ y ‘quedarse tan fresco’; con el susto, como ‘quedarse yerto’ o con el frío, como ‘quedarse muerto’.

A veces, el verbo usado con la preposición ‘con’ puede indicar preferencia y también apropiación de algo que antes no se poseía: Me quedo con ese candidato y no con aquel otro. Ella se ha quedado con buena parte de mis libros. En una competencia, ‘quedarse’ es “disminuir el rendimiento”, como en Largó bien, pero después se fue quedando. Si ‘quedar’ se une a un gerundio de otro verbo, forma una frase que pone énfasis en la continuidad de una acción: Quedó debiendo las dos últimas cuotas.

Coloquialmente, el diccionario registra la expresión ‘quedarla’ y ‘quedarse’, como equivalente a “morir”: Se quedó en la operación.

Es desagradable que se diga de una persona que es ‘quedada’: con ello se quiere significar que no tiene motivación o iniciativa para hacer cosas o emprender proyectos, o que es muy tímida: Como es tan quedada, no pudo enfrentar los cambios.

Casi una alabanza constituye, a nivel formal, que se use el término ‘quedo’, que da cuenta de un accionar suave y silencioso: Quisiera decirle, muy quedo, todo lo que siento.

Concluimos con un proverbio del refranero español: A lo lejos mirar y en casa quedar, con una interpretación literal y otra, figurada. La literal podemos aplicarla a todos nosotros en tiempos de cuarentena y pandemia; la segunda querrá significar que, al mirar hacia atrás, en el tiempo, o hacia un horizonte lejano, cuando vemos cosas malas, preferimos conservar lo que ya tenemos, como seguro y estable.

* Profesora Consulta de la UNCuyo - Especial para Los Andes

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