Eliminar el plástico todo lo que sea posible

Todos los ciudadanos conocen los efectos perniciosos de los plásticos, que afean y degradan nuestros paisajes y ambientes públicos. Hay formas de remplazarlos por elementos que no significan una amenaza para la salud humana.

Eliminar el plástico todo lo que sea posible
Eliminar el plástico todo lo que sea posible.

Hay que insistir con el tema de los plásticos, esa lacra que agobia los ambientes naturales y contamina suelo, acequias, canales y ríos. Es una lucha que parece sin igual pero, por lo menos, en Mendoza hay varias municipalidades que han tomado el asunto como prioridad y están promoviendo acciones para que cada vez haya menos de estos elementos tan dañinos en los lugares bajo su jurisdicción.

Pero los encontramos por todos lados y debería ser un trámite insoslayable de la población contribuir a su desaparición, aunque sea progresiva, evitando por todos los medios desprenderse del plástico en la vía pública y contribuir a su reciclamiento.

Desde los años ’50 la producción del plástico ha superado a la de otros materiales. En los últimos tiempos se alcanzó la cantidad de 400 millones de toneladas producidas por año. El 36% de esta producción son envases de plásticos que, en su mayoría, están diseñados para ser desechados después de haber sido utilizados una sola vez y cuyo posterior reciclado es significativamente bajo.

Afortunadamente, hay gestiones en distintos segmentos de la administración pública. Por ejemplo, a través de la Secretaría de Ambiente de la provincia está para inaugurarse un moderno centro ambiental en la localidad de El Borbollón (Las Heras), que tiene como objetivo lograr la disposición final controlada de los residuos sólidos urbanos que se generan en el Área Metropolitana de Mendoza (Unicipio), conformada por los municipios de Capital, Godoy Cruz, Guaymallén, Las Heras, Lavalle, Luján y Maipú. Además, contará con instalaciones para el tratamiento de desechos que permitirán la recuperación y reutilización de materiales y, de forma gradual, la generación de energía.

Hay muchos otros intentos para combatir el plástico, como los que empleó Godoy Cruz, que hace poco adhirió al Día Mundial sin Sorbetes, que llevó a cabo una jornada de intercambio de esos utensilios por otros que pueden ser degradados.

Luján de Cuyo hizo su aporte con una limpieza y práctica deportiva (llamada plogging), en las orillas del dique Potrerillos, consistente en levantar la basura de la zona mientras se corre, a través de distintos voluntarios (Mendoza Corre y Misión Verde Soluciones Sustentables). Una acción similar debería llevarse a cabo en el dique El Carrizal, muy asediado por el abandono de desperdicios por parte de quienes recurren a esa presa.

Sin descartar otras medidas adoptadas por los restantes municipios del Gran Mendoza, merece destacarse la recolección diferenciada en la Ciudad Capital.

Hace un tiempo, los datos indicaban que desde que se implementó la campana “Separar para reciclar” en junio pasado, se han recuperado 600 toneladas de residuos reciclables, principalmente papel, cartón, vidrio y plástico. Esta cifra representa 500% más de lo que lograba aprovecharse anteriormente, cuando sólo funcionaban los Puntos Verdes.

Estos procedimientos alcanzan diferentes residuos, pero, en esta oportunidad, hemos puesto énfasis en los plásticos. Además del efecto medioambiental, de por sí ya bastante impactante, en la actualidad, múltiples estudios científicos corroboran que el uso del plástico supone una amenaza para la salud humana, ya que algunos plásticos comunes liberan sustancias químicas nocivas en el aire, los alimentos o bebidas.

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