El valor de la prensa

A fines del siglo XIX muchos atropellos eran denunciados por la prensa. Lo que condujo a la misma a posicionarse como fuente de control sobre el accionar político, caja de resonancia por excelencia de la opinión pública y un espacio para reclamar justicia.

El valor de la prensa
DOCTOR ADOLFO CALLE. Fundador del diario “Los Andes”.

Recorrer las viejas publicaciones periodísticas es de gran utilidad a la hora de intentar recrear el pasado. Dentro del reflejo de lo cotidiano podemos adquirir una visión integral que muchas veces escapa a las líneas generales sobre las que los historiadores hacemos hincapié.

A modo de ejemplo tomaremos hoy aspectos del costado punitivo en la Mendoza que despidió al siglo XIX.

El siete de mayo de 1899 este diario dio a conocer dos casos que, en cierto modo, podemos considerar opuestos y que otorgan mucha información.

El primero detalla los deseos de un preso de no abandonar su fría celda. “Ramón Rodas –leemos en Los Andes-, que se encuentra en la cárcel penitenciaria por el delito de lesiones corporales (…) en el momento de notificarle al procesado la concesión de su libertad, se negó a firmar, manifestando que no quería salir…”. Más allá de esta rareza, el Juez decidió no excarcelarlo cumpliendo los deseos de Rodas. La noticia cierra con una interesante especulación “Es muy posible que el mencionado Rodas le haya tomado cariño a la cárcel donde, según sabemos, los presos reciben mejor tratamiento que el que pudieran merecer, aparte de la excelente alimentación que se les suministra”.

Desde una óptica más amplia, otra variable a tener en cuenta son los posibles personajes que podían estar esperándolo fuera de aquellas poco afamadas murallas.

Por supuesto que no todos eran como Rodas. Simultáneamente el ciudadano Epifanio Sombra presentó un Habeas Corpus pidiendo su excarcelación inmediata, hacía días estaba detenido por error y sin información alguna. En la misma edición de Los Andes se detalla que “había sido detenido el 1° del corriente, con gran sorpresa suya pues no había cometido ningún delito, y sin que en los días transcurridos se le hubiese hecho conocer la causa de su detención”.

Ante esta presión el Jefe de la Policía de Mendoza señaló que respondieron a un pedido de arresto efectuado tres años antes por el subdelegado de San Martín. Sin embargo tras dar aviso a dicha comisaria recibieron por respuesta: “Epifanio Sombra fue ya castigado por la falta cometida, lo que quiere decir que se trata de dos individuos de igual nombre y apellido”.

Investigando el caso notamos que en los registros de la época figuran dos hombres con el nombre Epifanio Sombra, ambos habían nacido en San Luis en distintos años pero fueron contemporáneos y según el censo de 1895 uno de ellos efectivamente vivía en San Martín.

Llamativamente desde dicho departamento se aclaró el error el día 4 de mayo, pero aun así no liberaron a Sombra hasta que intervino un Juez, cuarenta y ocho horas más tarde. Por entonces este tipo de atropellos eran denunciados en la prensa de manera continua. Lo que condujo a la misma a posicionarse como fuente de control sobre el accionar político, caja de resonancia por excelencia de la opinión pública y un espacio para reclamar justicia.

Este espíritu se refleja en un epitafio del Cementerio de Mendoza, que actúa como un recordatorio permanente del valor de la prensa en toda democracia: “Adolfo Calle - Fundó diario Los Andes el 20 de octubre de 1882 para defender desde sus columnas a los humildes, a los desamparados y a los perseguidos”.

*La autora es Historiadora

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