La imagen del gobernador Suárez y de la senadora nacional Fernández Sagasti juntos en un acto de entrega de viviendas, en Maipú, tuvo su lógica: por teleconferencia, desde Buenos Aires se encontraba el presidente Alberto Fernández. El jefe del Ejecutivo mendocino, como dueño de casa, debía acompañar a los mendocinos que recibieron su propiedad y, además, no podía dejar de lado una nueva oportunidad para mostrar sintonía con la Nación. Y la joven legisladora, que estuvo toda la semana en la provincia, hizo valer su pertenencia al kirchnerismo nacional y su labor de intermediación que suele llevar a cabo cuando en la Casa Rosada, o en Olivos, se ponen un poco reticentes a atender los llamados oficiales de Mendoza. Ninguno de los dos quedó en minoría en dicha cita: Anabel fue acompañada por el anfitrión, el intendente peronista Matías Stevanato, mientras que Suárez llegó junto a su vice, Mario Abed.
A propósito de Abed. También durante la semana hubo un acercamiento entre el oficialismo y el Frente de Todos a través de una reunión entre el Vicegobernador y Fernández Sagasti en la Legislatura, previo al acto de entrega de unidades del Procrear. El convite, a cargo del Vice, sirvió para superar algunas diferencias que, según se comenta, enfriaron la relación política después de la última negociación de la Provincia con el Banco de la Nación, previo a la cual, aseguran en el PJ, hubo una gestión de la legisladora nacional para que en Buenos Aires se atendiera la inquietud provincial.
Aclaradas las interpretaciones que habrían llevado a las citadas diferencias, en ese encuentro la referente kirchnerista le remarcó a Abed muchas dudas con respecto al proyecto educativo que moviliza el Gobierno y que ya tiene resistencia en el terreno gremial, en especial por el momento elegido para plantearlo. Le corresponderá al Ejecutivo determinar si realmente están dadas las condiciones para ese tipo de discusión en la sociedad mendocina.
Por otra parte, comienzan a advertir los referentes del radicalismo y del PJ el inicio del reacomodamiento de “fichas” que antecede a todo tiempo electoral. Por eso tiene un gran significado ver juntos a quienes compitieron en la última elección, porque de algún modo serán protagonistas de la carrera hacia las legislativas del año próximo, donde el oficialismo local aspira a consolidar su ya mayor número de bancas.
En el peronismo ya hay una suerte de estado deliberativo interno. Fernández Sagasti es, objetivamente, la referente del principal espacio opositor provincial. Por el sector más tradicional del PJ mendocino, que sigue identificándose mayormente con los intendentes, se consolidaría la figura del sanrafaelino Emir Félix. No descartan algunos observadores del movimiento interno del PJ que para las elecciones del próximo año se pueda llegar a un acuerdo. Casi nadie duda de que el camino hacia la reelección de Fernández Sagasti como senadora nacional está clarísimo. Es referente local y pieza fundamental en el andamiaje cristinista, incluso puertas afuera del Senado nacional. Por lo tanto, en el marco de un posible acuerdo, ¿llegará a ser el intendente Félix quien encabece la lista de diputados nacionales? Todo es posible, dicen algunos. Puede ser una solución en esta instancia. Para 2023 es otra discusión porque entra otra vez en juego la posibilidad de pelear por la Gobernación.
Por el lado de la UCR, comentan que habrá que esperar cómo piensa participar Alfredo Cornejo. Hay quienes sostienen que el ex Gobernador realizaría el mismo camino que utilizó Cobos en 2015: siendo diputado postularse para senador nacional, lugar que Cornejo obtendría aun ocupando su lista el segundo lugar en la provincia. Pero también están los que opinan que no participará de la elección, pero que sí tendría una amplia influencia en la estrategia electoral. Su olfato político será determinante, como su decisión personal de instalarse definitivamente en el escenario nacional o volver a Mendoza mientras se ordena el espacio al que pertenece. En estos momentos, prácticamente ningún dirigente del radicalismo nacional está cómodamente posicionado en la oposición, donde siguen trascendiendo los nombres provenientes del macrismo.
Sea como fuere, Suárez debe tender a validar su gestión, como lo hace todo jefe de un Ejecutivo en la mitad de su mandato. El radicalismo tiene en esta provincia casi una fortaleza de gran valor político. Tal vez Mendoza sea a la UCR lo que la Ciudad de Buenos Aires al Pro. Son bastiones siempre apetecibles para la tradicional voracidad del peronismo. Incluso, el estilo consensual de Suárez se asemeja mucho al de Rodríguez Larreta, convertido hoy en el principal dirigente de la oposición al gobierno de Alberto y Cristina Fernández según casi todas las encuestas. Al porteño el cristinismo ya lo puso en la mira; Suárez, en cambio, mantiene el equilibrio; sabe que en armonía con la Nación lo puede estar, también, con su oposición local, influenciada justamente por el cristinismo.
Al ritmo de la pandemia
En cuanto a la gestión, en el Gobierno consideran que el efecto de la pandemia se mantiene estable, a pesar de la preocupación por el elevadísimo porcentaje de camas de terapia intensiva ocupadas en estos días. No opinan lo mismo en el ámbito profesional y gremial de la salud, donde son muchas las expresiones de inquietud por la saturación del sistema, sumado al cansancio de una gran parte de la dotación de médicos y enfermeros que están en el día a día en hospitales y en domicilios donde sobrellevan su enfermedad muchas personas.
Pese al crítico momento que la provincia atraviesa, la apuesta oficial es seguir manteniendo el actual nivel de actividades, en especial luego de la buena respuesta de la gente durante el día y medio de vuelta a la fase 1 para frenar los habituales desbordes juveniles por la llegada de la primavera, lo que fue tomado en el Ejecutivo como un aval de la ciudadanía al manejo provincial de las etapas de la cuarentena.
Varios municipios, incluyendo a Luján, ampliaron el horario de atención en el comercio por la tarde y se estima que igual decisión tomarían en breve intendentes del Gran Mendoza. En todos los casos se requiere el visto bueno del Gobernador. Las tardes más prolongadas y cálidas de esta época del año le dan racionalidad a la decisión, pero sin extender el tiempo de atención más de una hora u hora y media sobre el tope actual.
Un párrafo sobre el proyecto de reforma constitucional. Fue bien recibida por el Gobierno la decisión de la UNCuyo de organizar un ciclo de conferencias sobre la necesidad de modificación en base a la propuesta de Suárez y su equipo. Está previsto que las reuniones y exposiciones, a cargo de referentes de la universidad en derecho, política, economía y ciencias sociales, se desarrollen semanalmente durante octubre y noviembre. Lo que resulte del análisis que hagan los especialistas universitarios se sumará a las muchas opiniones sectoriales que viene llevando a cabo el Ministerio de Gobierno, una de las principales usinas de generación de la ambiciosa reforma que piensa poder lograr el radicalismo mendocino.
Nuestra conclusión es reiterativa. La apuesta del gobierno provincial a la responsabilidad de la gente, habilitando actividades económicas y recreativas pese al acoso del virus, puede llegar a exigir en algún momento un replanteo si el nivel de contagios no decae. Esa debe seguir siendo la prioridad y esa será la carta de presentación de la gestión de Suárez cuando tenga que encarar el tiempo electoral. El abordaje de esta impensada realidad puede tener mucha influencia en la valoración de la gente a la hora de votar. La partida electoral requiere un atinado movimiento de piezas.