El prócer que fue asesinado

Tras los sucesos de Mayo, Bernardo José Monteagudo luchó junto a San Martín y Simón Bolívar por la independencia dejando una huella palpable a pesar de haber tenido una vida muy corta de apenas 35 años.

El prócer que fue asesinado
Bernardo José Monteagudo, el prócer asesinado.

Bernardo José Monteagudo nació en Tucumán, el 20 de agosto de 1789. Fue uno de los hombres más comprometidos con la emancipación, destacándose no sólo por su juventud sino también por sus tendencias violentas.

Tras los sucesos de Mayo, Monteagudo luchó junto a San Martín y Simón Bolívar por la independencia. Dejando así una huella palpable de su paso por el mundo, a pesar de haber protagonizado una vida muy corta.

Murió trágicamente, en enero de 1825, a los treinta y cinco años. El suyo fue uno de los asesinatos más resonantes por entonces. Su cadáver fue hallado boca abajo en una plaza de Lima, con las manos aferradas a una enorme daga que le atravesaba el corazón.

Ese mismo día Bolívar juró vengarlo. Se inició de inmediato una investigación para hallar a los culpables, pero solo encontraron a los autores materiales. La dificultad residió en la gran cantidad de enemigos que poseía Monteagudo, por los numerosos atropellos que supo cometer cuando el poder estaba en sus manos.

El historiador chileno Antonio Iñiguez Vicuña divulgó el epitafio que circuló por la capital peruana durante algunos días, tras cometerse el crimen: “Yace aquí para siempre, compatriotas, el honorable inquisidor del Estado, protector de serviles y de idiotas. Opresor de los buenos declarado. Él pretendió tratarnos como ilotas, y con no iluminarnos se ha vengado. Ideas liberales lo acabaron, ideas liberales lo enterraron”.

Pero podemos asegurar que se equivocaban, los restos de Monteagudo no estarían allí por siempre. En 1917 se retiraron de un modesto nicho en uno de los cementerios principales de Lima, cabe destacar que anteriormente fue enterrado en el Convento de San Juan de Dios pero este fue demolido y su cuerpo trasladado.

Los restos de Monteagudo fueron enviados a nuestro país, específicamente al Cementerio de la Recoleta, y ubicados en el interior del mausoleo del general Pablo Richieri, donde una placa informaba: “Aquí yacen los restos del Dr. Bernardo de Monteagudo”.

Pero allí no terminaría todo. En 2016 nuestro Congreso aprobó el traslado del patricio a su ciudad natal. Para esto a través de una Ley se estableció:

Artículo 1º.- Dispóngase el traslado a la Provincia de Tucumán, de los restos mortales del prócer tucumano Dr. Bernardo de Monteagudo (1789-1825), cuyo féretro se halla actualmente en el interior del mausoleo del general Pablo Ricchieri, en la sección 7, en el Cementerio de la Recoleta, en Buenos Aires.

Artículo 2º.- El traslado dispuesto en esta Ley se hará efectivo con anterioridad al 9 de julio de 2016, fecha en la que se realizarán los festejos en conmemoración del Bicentenario de la Declaración de la Independencia (1816-2016).

Evidentemente puede resultar muy atractivo para los políticos movilizar los restos de personajes patrios, homenajearlos o despreciarlos (como sucedió en España con Franco) es una manera de empoderarse y en el caso del buen Monteagudo, ya sucedió dos veces.

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