El otro título de este artículo bien podría haber sido “El eterno país de los eufemismos”. ¿Por qué nos cuesta tanto dedicarnos a las cosas, como decía Ortega y Gasset, y también llamarlas por su nombre?
Así por un lado, se nos va la vida hablando, explicando, inventando fantasías voluntaristas, denostando y sobre todo criticando: verdadero deporte nacional, y por otro, a las cosas las disfrazamos, las envolvemos, las enredamos, le damos vuelta, las minimizamos y le quitamos todo su peso, profundidad y realidad. Modo muy psicótico de negar la realidad al no poder enfrentarla tal cual es.
Así al político y funcionario corrupto: “pícaro” y al que vota contra sus intereses es un crédulo total: “perejil”. Cuando el político miente o promete lo que no va a cumplir decimos que “habla para la tribuna o la gilada”, cuando el político dice la verdad es “alguien políticamente incorrecto”, al producto de la impericia, negligencia y arbitrariedad: “errores no forzados”.
Un patético ejemplo es cuando tratamos de explicar lo que nos pasa con nuestra economía desde hace 50 años. Hemos creado un cosmos infinito de palabras, teorías, cuasi- ideologías, tratando de explicar la realidad, cuando la explicación es simple y clara:
* No nos gusta o nos cuesta mucho el trabajo y así hemos terminado desvalorizándolo, enajenándolo y convirtiéndolo en un valor negativo.
* Junto a un Estado que ha intentado controlar todo e impedir la evolución de la iniciativa privada, el mérito y el esfuerzo formadores de personalidades seguras de sí mismas.
Un Estado que ha evitado el armónico desarrollo de la empresa como fuente genuina de capital, trabajo, productos y servicios baratos y de buena calidad e impedido la inversión productiva, la idoneidad en la administración de lo público, la virtud para el pago de los impuestos....
Proceso que finalmente hemos logrado consolidar tras 70 años de mucho tesón y una coherencia digan de mejor causa. Lo que nos ha pasado es que cada vez hemos trabajado menos, y por tanto hemos ido creando cada vez menos riqueza y al mismo tiempo hemos aumentado sin cesar nuestro deseo de consumir y vivir mejor. Esta brecha la hemos cubierto con un eufemismo espantoso: “poner a andar la maquinita” que en realidad es la emisión indiscriminada y mortífera de dinero falso.
Ahora una breve lista de nuestros “eufemismos económicos” de los últimos 70 años para explicar lo que es trabajar cada vez menos y tener un Estado cada vez más omnipresente:
* Cepo, super - cepo, doble cepo, cepo recargado tablita cambiaria, corrida cambiaria devaluación asimétrica, hiperinflación, estanflación, atraso tarifario, fuga de capitales, bicicleta financiera.
* Tipos de dólar: libre, blue, bolsa, nación/ oficial, mayorista, contado con liqui, dólar MEP , ahorro/ tarjeta, minorista, solidario, para industria y servicios, para carnes y lácteos, para trigo, maíz y girasol y para soja solidario, importador, exportador, regional,,Netflix, cripto. Cedear.
* Impuesto solidario. Políticas de ajuste, emisión galopante, ausencia de moneda, ahuyentar inversiones, patria financiera, capitales golondrinas, especulativos, fondos buitres, congelamiento y/o control de precios, precios cuidados, corrida cambiaria, pérdida del salario real.
* Corralito, corralón, feriado bancario, superávit gemelos, presión impositiva, mega emisión, techo a las tasas de interés, pesificación asimétrica, presión sobre el dólar, emisión “fenomenal”, default, abultado déficit consolidado, gasto cuasifical impagable, emisión récord , devaluación encubierta, escasez de dólares, riesgo país por las nubes, corsé monetario, pérdida de valor de la moneda, falta de confianza externa, reforma tributaria inevitable, canje de la deuda, escases de divisas, tipo de cambio no competitivo, pobreza creciente, impuestos por única vez, emergencia sanitaria, educativa, económica y vial, excepcionalidad institucional y por último lo cursitos " al toque” por televisión de política económica para que la gente pueda entender y aprender todo esto y poder vivir obvio…
Todos son eufemismos para decir una sola cosa: En la Argentina cada vez se trabajó menos y se produjo menos eso es todo. Mientras no seamos capaces de generar más trabajo realmente productivo y el Estado no nos saque las manos de encima, la riqueza nos seguirá siendo esquiva pero sí seguiremos hablando y hablando.