El presupuesto de las universidades en el foco de la atención pública

La Ley sancionada de financiamiento de las universidades públicas aplica una solución financiera de corto plazo, que es mantener niveles mínimos salariales (no aumentos, solo mantener) y de los gastos de funcionamiento para evitar una pérdida institucional propia de las universidades. El no financiamiento de las universidades genera una gran complicación para el futuro que será irrecuperable en el corto plazo.

El presupuesto  de las universidades en el foco de  la atención pública
Universidad Nacional de Cuyo.Facultad de Ciencias Económicas. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Las universidades, que tienen como finalidad el desarrollo y transmisión de las distintas ciencias, también se ocupan de investigar a la propia universidad como objeto de estudio. A partir de ello se han desarrollado diversas teorías y modelos sobre el presupuesto universitario, o mejor definido, “modelos de asignación de recursos” a las universidades.

Como en todas las diversas actividades los modelos buscan describir los recursos necesarios para llevar adelante las acciones y procesos necesarios que logren esos resultados. Para eso parten de los resultados que se busca obtener (definida su calidad y cantidad). En función de ello, los modelos identifican las variables que relacionan esa calidad y cantidad de resultados con los recursos necesarios para llevar adelante la misión definida.

La misión fundamental de las universidades está conformada por una trilogía: la docencia, la investigación y la extensión/vinculación. Este triángulo interactúa nutriendo cada función a la otra; lo que busca es asegurar el impacto de las ciencias en la sociedad y la calidad de vida de sus integrantes. También impacta en el medio ambiente, en el desarrollo de la economía y el bienestar. Es imposible separar la acción de las tres, ya que si una de ellas no funciona, se apaga la llama de las otras. Es como si en un organismo deja de funcionar el sistema respiratorio, a la larga va a afectar la motricidad del organismo atrofiando los músculos.

Dentro de este esquema, queda claro que el principal recurso para la actividad universitaria son sus docentes/investigadores extensionistas. Además de ellos y potenciando sus talentos específicos, las universidades desarrollan su propia tecnología para fortalecer esas capacidades personales. Esa tecnología no es otra cosa que el buen funcionamiento de los procesos que facilitan y apoyan la eficiencia y eficacia de cada una de las tres funciones y principalmente, la articulación de las tres actividades en conjunto (nutriéndose mutuamente). Las tres funciones entregan resultados específicos a la sociedad, pero lo que define principalmente la calidad de la actividad universitaria es este resultado interno de la articulación entre ellas, de lo cual depende la calidad de aquellos resultados individuales. Por ello es que resulta muy importante en el desarrollo de los modelos de financiamiento, asegurar las asignaciones de esa misión interna de la cual depende la calidad de lo que una universidad entrega a la sociedad.

El equilibrio interno del financiamiento universitario

Como en todo sistema, el buen funcionamiento depende del equilibrio del funcionamiento de las partes. Existen relaciones virtuosas entre la disponibilidad de buenos profesores y los recursos que conforman el soporte tecnológico de su labor: hay infraestructura, sistemas, equipos e insumos indispensables para ese buen funcionamiento, y especialmente personas con capacidades y habilidades para llevar adelante esos procesos de apoyo. Así como si cada una de las tres funciones no nutre mutuamente a las otras el fuego se apaga, la falta de calidad en los servicios e inversiones que apoyan las actividades sustantivas y su interrelación, también disminuyen la eficacia y eficiencia del proceso. Por eso los modelos asignan un rol importante a estas variables. Resentir su financiamiento y por lo tanto su disponibilidad tornan imposible mantener el buen resultado final. Por eso, el congelamiento de partidas de gastos de funcionamiento generó problemas muy graves primero en esa función de soporte interno dificultando no solo las condiciones de la posibilidad de dar clases en condiciones deseables (función docencia), sino principalmente al apoyo de las otras dos funciones (investigación y extensión) y al rol articulador interno de las tecnologías internas de apoyo. Cuando un semestre tarde se asignó un refuerzo a los gastos de funcionamiento (el famoso 270%) eso no llegaba a restablecer ni remotamente los equilibrios internos necesarios. En los modelos desarrollados, la relación ideal planteada es del 75/25 entre remuneraciones de personas y gastos e inversiones en bienes y servicios. El refuerzo intentaba acercar esa relación a una proporción 90/10 (salarios/gastos de funcionamiento), con el agravante de que la variable salarial ya estaba muy atrasada, por lo que ese 10% estaba muy por debajo de la evolución inflacionaria de los gastos de funcionamientos históricos.

La variable sostenibilidad del sistema universitario: desequilibrios externos

En cualquier ámbito organizacional hay que complementar la inversión en capital físico y de infraestructura con el capital humano. Es sabido que este último es el de más difícil desarrollo y es de difícil reemplazo en el corto plazo. Cuanta mayor calificación sea necesaria en ese sentido, más compleja resulta su sustitución y por ello más grave es su pérdida. Cualquier organización cuyas características tengan un alto componente de capital humano pone mayor cuidado para retenerlo dentro de la institución. Estas particularidades sin duda describen especialmente al sistema universitario. Es por eso que los sistemas de remuneraciones receptan estas características en una importante remuneración a la antigüedad. Se trata de la sostenibilidad de las capacidades desarrolladas por la institución. Por eso el efecto de los atrasos salariales en el sistema universitario representan un gravísimo riesgo institucional. La permanencia de la situación empieza a generar deserciones de ese talento, especialmente desde el más valorado por el contexto y por lo tanto el más tentado por otros destinos, que hacen que esa terrible pérdida se concrete. La disminución de capital físico es casi siempre rápidamente reversible con la sola restitución del financiamiento perdido. Por el contrario, la fuga del capital humano (que contradictoriamente tiene rango ministerial en este gobierno), es de muy difícil recuperación.

Ley de financiamiento de las universidades públicas

La Ley sancionada aplica una solución financiera de corto plazo, que es mantener niveles mínimos salariales (no aumentos, solo mantener) y de los gastos de funcionamiento para evitar una pérdida institucional propia de las universidades; pero también social, porque destruye la inversión de toda la sociedad que es de muy difícil recuperación. El no financiamiento de las universidades genera una gran complicación para el futuro que será irrecuperable en el corto plazo.

* El autor es Decano Facultad de Ciencias Económicas. Presidente de la Comisión de Finanzas y Presupuesto del Consejo Superior. Universidad Nacional de Cuyo.

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