El Parque Cívico fue declarado patrimonio cultural de la provincia en 1995. Frente a la Casa de Gobierno hay 3 cedros plantados en 1884. Al igual que la hilera de casuarinas que conforman el callejón central que hace 140 años eran 150, hoy quedan 54. Los plátanos también corresponden a la misma época de plantación, eran 120 hoy quedan 39 y por falta de riego están en un grado de marchitez que difícilmente puedan recuperarse.
Vivimos en un desierto donde llueve en promedio 200 mm anuales. Estos árboles (casuarinas, plátanos, cedros, tilos) necesitan para vivir entre 700 y 1000 mm. Claro, nuestros abuelos, tal vez no conocían estos datos, pero tenían algo fundamental: respeto y sentido común. Hoy se perdió absolutamente ese respeto de cuidar los aspectos fundamentales para poder vivir saludablemente en un desierto.
Los ciudadanos en general se acuerdan de los árboles cuando en pleno enero, con 39 grados de temperatura, tienen que caminar por veredas que no tienen árboles.
Los funcionarios de turno disponen de plazas y paseos llevando a cabo las famosas” remodelaciones” que sistemáticamente conllevan la erradicación de árboles en buen estado y abandonan el riego de varios sectores. Parece que los técnicos que llevan a cabo esas remodelaciones se olvidaron que los árboles son seres vivos, que necesitan en promedio 100 litros de agua por día cada uno en los meses de verano, que para alcanzar una copa de mediano porte, unos 6 metros, deben esperarse unos 10 años, que no solo nos proveen de sombra sino también de oxígeno, humedad atmosférica a través de su evapotranspiración, que además retienen partículas de polvo y contaminantes.
Quizás algunos de ellos están pensando en llevar a Mendoza a un desierto con algunos árboles autóctonos como algarrobos, espinillos o chañares sin saber que son árboles de muy lento crecimiento (25 cm por año), profusamente espinosos y en general no pasan de 3 metros de alto.
Sostengo que tendremos que llevar esto a la Justicia porque no deben disponer del patrimonio provincial con absoluto desprecio en pos ¿de qué propósitos?