El orgullo de ser minero

Hacemos llegar nuestro afectuoso reconocimiento a los hombres y mujeres que, con su trabajo diario en minas y canteras, sostienen dignamente a sus familias y con su producción y su comportamiento contribuyen al crecimiento económico, social y ambiental del país.

El orgullo de ser minero
Imagen ilustrativa / Archivo

El 7 de mayo se celebra el “día de la minería” rememorando la fecha en que se dictó la primera ley de fomento para la actividad, en la Asamblea de 1813.

¿Qué significa ser minero?¿Por qué un minero debe estar orgulloso de serlo?

Porque en la fe religiosa el trabajo dignifica al minero como persona humana. Su trabajo digno es lo que hace sustentable la satisfacción de las necesidades económicas, sociales, culturales, espirituales y sanitarias de su familia.

Porque las minas no están en la ciudad, y muchas veces se localizan en lugares para nada confortables donde es difícil adaptarse para permanecer y trabajar en condiciones francamente desfavorables. En ese contexto, la labor del minero requiere de un cierto sacrificio personal que se hace con gusto pensando en el bien de su familia y de la sociedad.

Porque, así como agricultores y ganaderos se sienten orgullosos de producir alimentos y materias primas para sustentar la alimentación de la humanidad, el minero se siente orgulloso de producir las materias primas minerales que hacen sustentables tanto a las más simples como a las más complejas industrias del mundo.

Porque desde niños los seres humanos nos acostumbramos a vivir en casas hechas con minerales, a comer usando cubiertos y vajillas que, al igual que la cocina y la heladera, el televisor, el teléfono y la computadora, como así también el lavarropas, los sanitarios, la cañería del agua y la energía eléctrica, han sido fabricados con las materias primas que producen los mineros. En otras palabras, la producción minera está siempre presente y en uso en la casa de todas las familias del mundo.

Porque, también desde la infancia, salimos de la casa y conocimos vehículos, máquinas, escuelas, hospitales, herramientas, instalaciones, instrumental, y todo lo que se llama infraestructura, extendiendo nuestro conocimiento sobre la enorme, variada e imprescindible utilidad de los minerales.

Porque el uso de objetos, aparatos, instrumentos y otras cosas hechas con minerales hizo posible el avance de la investigación científica y la creación aparentemente interminable de nuevas tecnologías.

Porque el minero, además de sumar un significativo aporte al desarrollo sustentable del país, comparativamente ha tenido un buen desempeño en el cumplimiento de las normas medioambientales argentinas.

Hacemos llegar nuestro afectuoso reconocimiento a los hombres y mujeres que, con su trabajo diario en minas y canteras, sostienen dignamente a sus familias y con su producción y su comportamiento contribuyen al crecimiento económico, social y ambiental del país.

*El autor de la nota es miembro de la Asociación Geológica de Mendoza.

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