El Malargüe chubutense

El Ejecutivo de Chubut presentó el Plan Productivo de la Meseta Central. Qué implica y qué beneficios representa.

El Malargüe chubutense

El pasado 19 de noviembre, el ejecutivo de la provincia de Chubut, presentó el Plan Productivo de la Meseta Central. El fin es ampliar y la diversificar la matriz productiva de dicha provincia, fortalecer espacios de diálogos participativos y hacer foco en las diferentes realidades territoriales de la provincia.

Esto ayudaría especialmente a los habitantes de la Comarca de la Meseta Central de Chubut. En la cual se encuentran los pueblos de Gualjaina, Paso de Indios, Aldea Epulef, Cushamen, Colan Conhué, Dique Florentino Ameghino, Gan Gan, Gastre, Lagunita Salada, Las Plumas, Los Altares, Paso del Sapo y Telsen.

Este territorio tiene una peculiar unidad ambiental caracterizada por altiplanicies; llanos; escasas corrientes fluviales; vientos abundantes e intensos; precipitaciones escasas; clima desértico; gran amplitud térmica; excesiva sequedad ambiental y suelos áridos - pedregosos. A estas características, del espacio geográfico, se le suma una economía de subsistencia donde “el 70% de los productores de la zona son familias que explotan pequeños predios ubicados en tierras marginales” (M. Muñoz, INTA, 2016); además de las sequías prolongadas y los desastres socio-ambientales provocados por las cenizas del volcán Puyehue en el 2011. Todo esto ha contribuido a un empobrecimiento progresivo de la población local, uno de los más bajo niveles de vida del país. Expulsando a sus habitantes a las grandes ciudades de la provincia que terminan en los estratos más pobres de estas urbes.

En este marco, durante la semana iniciada por la celebración del Día de la Soberanía Nacional, el gobierno de la provincia de Chubut, presentaría el proyecto de zonificación minera, que indica dónde sí y dónde no se puede desarrollar la actividad minera sostenible y productiva de la minería metalífera.

¿Que significaría este proyecto para la meseta? Desde lo económico – productivo y legal, abrirá las puertas para un marco regulatorio sobre la posibilidad de ejercer la actividad en una zona en particular, la Meseta Central, donde entre otros proyectos, se encuentra el yacimiento Navidad. Un filón metálico de plata y otros minerales que podría mejorar sustancialmente los valores de la matriz productiva chubutense y empujar, como reza una gazzetta local, el Producto Bruto Geográfico de la Provincia a un crecimiento de por lo menos un 11 %, o tal vez más.

Además, con este proyecto, Chubut marcará un antecedente en políticas con enfoque territorial. Esto significa una forma diferente de percibir el desarrollo, que propone la creación de una gestión política-administrativa basada en la conciencia de que las variables pueden ser disímiles para cada ciudad o municipio. Este enfoque conduce a una diferenciación territorial que permite identificar los recursos con los que cuenta cada territorio para su producción.

De este modo, se avanza en pensar en las peculiaridades de la Comarca de la Meseta Central, muy distintas a las de Trelew, Rawson, Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia y Esquel. Aglomerados urbanos que desarrollan actividades productivas asociadas al petróleo, la industrialización del aluminio, la pesca, el turismo, la actividad agrícola - ganadera, la energía eólica, entre otras. Estas ciudades ostentan la mejor calidad de vida de la provincia y permanecen por fuera del radio de la zonificación estratégica, propuesta por el superior gobierno de la Provincia del Chubut y avalada por el SEGEMAR.

Por lo tanto, es primordial llevar tranquilidad a la sociedad mediante información precisa y clara. En este contexto, el ejecutivo chubutense viene trabajando fuertemente con el sector

académico – científico para garantizar que se los recursos naturales y sociales estén celosamente protegidos. Esto ayudará no sólo a los habitantes de la Meseta Central, sino que a todas las personas que habitan el terruño de la célebre escritora Eluned Morgan, a comprender cómo se desarrollaría la minería sostenible. Además, se está fortaleciendo los espacios de diálogo para una activa participación de la población, principalmente, aquella alcanzada por el proyecto, quien deberá inexorablemente convertirse en centinela efectivo para que todo proceso se cumpla como las leyes obligan y establecen.

Consecuentemente, es imprescindible permitir a los territorios decidir sobre sus destinos, si deseamos avanzar al gran sueño de la humanidad, plasmado en 2015, por los 193 Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidades, en el documento “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”. Que incluye un plan de acción a favor de las personas, el planeta, la prosperidad y fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia.

Necesitamos apoyar proyectos superadores, como el chubutense, para lograr el bienestar de los pueblos. En este contexto, es necesario escuchar la voz de “los habitantes de la Comarca de la Meseta Central” y de todos los pueblos silenciados.

Finalmente, en estos tiempos pandémicos que nos han llevado a una profunda reflexión y cambio, es cuando acudimos al sentir de nuestros pueblos. Los mendocinos, le debemos una oportunidad a nuestro Malargüe. Para ello urge pensar en sus diferencias en lo que respecta a sus fuentes de producción, capital económico, humano y ambiental. Y de este modo lograr el ansiado desarrollo sostenible ambientalmente, inclusivo socialmente y próspero.

*La autora es Socióloga. Magister en Política y Planificación Social. Miembro de la Red de Académicos por la Minería Sustentable

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