El Gobierno provincial junto a la presentación del presupuesto 2023 elevó un Plan de mejoramiento del servicio de agua potable por 200 millones de U$S y lo quiere hacer entre otras inversiones con la construcción de una nueva planta potabilizadora, medidores domiciliarios y reconstrucción de ramales de agua potable.
En lo referido a la nueva planta, desde la prensa informaron: “En la zona de la nueva planta, habrá que acordar con la empresa que tiene la central hidroeléctrica allí para realizar la toma del río. La producción de agua potable que tendrá (1 m3/s) será similar a la de una de las plantas de Luján”.
El dato que destacan en Aysam es que esta producción de agua potable que hará la nueva planta, reemplazará a lo que hoy producen 40 pozos, porque el sistema no alcanza a satisfacer la demanda. “Gastamos 800 millones por año en energía eléctrica por el bombeo de pozos, eso disminuirá mucho con la planta nueva”, explicaron desde la empresa de agua.
Primero la mirada ombligo centrista dónde lo único que importa es el gran Mendoza, no hay en los 200 millones de dólares que se anuncian, dinero para la gran cantidad de establecimientos de gestión comunitaria que potabilizan y distribuyen el agua a miles de mendocinos y que son operadas por los mismos vecinos con perforaciones, algo que Aysam quiere evitar por el alto costo, como tampoco se ve que quieran solucionar el problema de contaminación por arsénico en algunas zonas de la provincia, dónde también viven mendocinos.
El Río Mendoza, en forma constante debe erogar, desde el Dique Potrerillos, por lo menos 13 m3/s para ser utilizados por Central Puerto (12 m3/s) en la refrigeración de la central térmica, los cuales son restituidos en su totalidad y para YPF (1 m3/s) del cuál restituye solo la mitad.
Utilizada esa agua es después procesada por Aysam, Luján y Maipú en sus plantas de agua potable, casi 7,5 m3/s, quedando un remanente de casi 5 m3/s, que se van entregando alternadamente a distintos usuarios, sobre todo en época de corta anual, donde la demanda es mucho menor y esa agua no tiene un uso óptimo.
Por lo expuesto, hacer un emplazamiento aguas arriba, de la toma de Central Puerto/YPF, implica entregar otro m3/s adicional; habría que erogar 14 m3/s desde Potrerillos, y se seguirá distribuyendo de manera ineficiente los casi 5 m3/s señalados.
Los intereses de la gente de Aysam deberían transparentarse y explicar porqué quieren ese emplazamiento y quienes serían los beneficiarios, porque querer explicar que abandonarán las perforaciones, que muchas veces se usan para reforzar presiones o dotar de agua en donde las cañerías no dan abasto, en amplias zonas del gran Mendoza, y que la explicación sea el ahorro de energía, es un concepto t an precario que preocupa.
El deber ser y la observación de lo que sucede en muchas zonas del mundo indican que no se deben abandonar perforaciones de agua, entre algunas razones, porque son un respaldo ante cualquier inconveniente o contingencia del sistema de abastecimiento poblacional.
Un dato adicional es que en plena crisis hídrica la solución para los regantes es que van a tener menos agua disponible. Raro no, pero viniendo de Aysam y sus técnicos es posible pensar así, “la tiranía de los regantes” se les escucha decir a cualquiera sea su presidente.
Consulta de perogrullo, si no conocen las pérdidas, ya que lo más significativo es el agua no facturada en la jerga sanitarista, ¿porqué no existe macro medición de los ramales principales de distribución de agua? ¿Para qué se quiere hacer una nueva planta de agua potable? ¿Porqué no se pide en el presupuesto 2023 sólo los fondos para hacer la macro medición y después se estudia si una nueva planta es la solución a los problemas del agua potable del gran Mendoza?
Le escuché decir al presidente de Aysam que no se puede administrar lo que no se conoce, pasaron tres años casi para decir esa frase, entonces que empiece por medir antes de quitarle la poca agua disponible a los usuarios del Río Mendoza.
La Provincia necesita una discusión clara y precisa de los grandes problemas por los que atraviesa y debemos ser lo suficientemente humildes como para sentarnos en una mesa y aun en veredas políticas distintas, podamos dar certidumbres a los mendocinos de que la clase política está trabajando para encontrar verdaderas soluciones a sus problemas.
* Ex Superintendente General de Irrigación.