El ejemplo cívico, político y moral de don Arturo Illia

En un nuevo aniversario de su fallecimiento y en estos tiempos de crudo materialismo, de falta de conducta cívica, es bueno recordar al ex-presidente don Arturo Illia, que salió de su cargo por un nefasto golpe militar, más pobre de lo que había entrado.

El ejemplo cívico, político y moral de don Arturo Illia
Foto del presidente de la nación Arturo Umberto Illia viajando en el subte.

El 18 de enero de 1983 falleció el Dr. Arturo Illia. Lo recordamos nosotros, los radicales, porque es hora de recrear los grandes ejemplos de la política argentina.

Fue presidente de la República desde octubre de 1963 a junio de 1966. Durante su período no se registró ningún día de Estado de sitio, hecho que era normal en aquellos tiempos. En plena Guerra Fria, se negó a enviar tropas a la República Dominicana, invadida por los Estados Unidos. Por el contrario, vendió carnes a la entonces Unión Soviética y trigo a la China comunista, en un claro ejemplo de neutralidad internacional.

En el ámbito social, se dictó la ley del salario mínimo, vital y móvil, aún vigente. Se sancionó la ley de medicamentos que otorgada patentes a remedios nacionales para evitar lo que hoy sucede de patentes extranjeras con el daño consiguiente al patrimonio de los argentinos, en especial a los jubilados.

En educación, jamás el país tuvo un presupuesto que alcanzó al 25% del total de gastos. Derogó los contratos petroleros de Frondizi que constituían un grave perjuicio a la soberanía nacional y que no habían sido aprobados por el Congreso de la Nación, como ordena la Constitución.

Cumpliendo todas las promesas de su campaña, levantó la proscripción al justicialismo para posibilitar la unión nacional.

En síntesis, fue un gobierno de uñas cortas, de manos limpias y de bolsillos livianos como decía otro prócer nacional, Leandro N. Alem.

En estos tiempos de crudo materialismo, de la falta de conducta cívica es bueno recordar a don Arturo Illia que salió por un nefasto golpe militar más pobre de lo que había entrado. Sin casa propia y con un auto que vendió para atender los gastos de su mujer enferma qué días después del golpe falleció, don Arturo Illia constituye un favor de luz y de esperanza para las nuevas generaciones.

* El autor es abogado constitucionalista.

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