La tendencia actual de acceder a un transporte público ecológico que no utilice combustibles fósiles, es cada vez más demandante en todo el mundo.
Según el informe de Situación Global de Energías Renovables en las Ciudades (Renewables in Cities Global Status Report), en la comparación con otros países de América Latina, la electrificación del transporte público argentino es lento, aunque deben destacarse iniciativas destinadas a la puesta en marcha de colectivos eléctricos en Buenos Aires y en Mendoza.
El sector del transporte es clave, ya que él es considerado uno de los mayores responsables de las emisiones globales de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.
A fines del año pasado se calculaba que unos 1.230 ómnibus eléctricos estaban en circulación en diez países de la región (incluida la Argentina), con avances en las flotas en algunas ciudades densamente pobladas, como Bogotá y San Pablo.
Aproximadamente, 70% de la contaminación atmosférica en Gran Mendoza tiene origen en fuentes móviles.
El transporte público actual, en su mayoría servido por unidades con motores de combustión interna o motores de explosión, produce un sustancial aporte a la contaminación del aire en el Gran Mendoza, metrópoli con limitaciones de ventilación masiva, no obstante poseer ese gran pulmón verde de 400 hectáreas que constituye el Parque General San Martín.
En nuestro medio, según todas las previsiones, resultaría un significativo avance en el cuidado del ambiente poder aumentar la dotación de colectivos eléctricos existente que, en un número de 18, circulan por las calles del Área Metropolitana, que está compuesta por los municipios de Las Heras, Mendoza Capital, Guaymallén, Godoy Cruz, Maipú y Luján de Cuyo.
La experiencia hasta ahora desarrollada con los vehículos eléctricos es ponderable y convierte a Mendoza en la provincia con la mayor flota de colectivos eléctricos ,llamados ‘autobús urbano’, en funcionamiento.
Hace falta avanzar mucho más en este sistema porque todavía es enorme la proporción de vehículos del transporte público de pasajeros que continúa desplazándose con motores a combustión, por lo cual las metas de descarbonización del desplazamiento de usuarios, están lejos de cumplirse.
Mendoza debería continuar trazando políticas en esa dirección. Recordemos que la capital provincial fue la primera en la instalación de la red de trolebuses con 5 líneas, que transitaban los departamentos circunvecinos.
Las iniciativas de electrificación del transporte metropolitano requieren amplios tiempos para su maduración inicial y posterior trazado de programas de compra de unidades eléctricas y, eventualmente, acceder a la fabricación local de esas unidades.
Hay que insistir por todos los medios, no obstante las actuales dificultades económico-financieras de la provincia, para que Mendoza se afirme en su condición de pionera en el país en la implementación de un transporte sustentable y lograr progresivamente el recambio del parque de colectivos en los próximos años.
Resultaría incongruente el mantenimiento indefinido de medios altamente contaminantes y, por otro lado, decidirse por la descarbonización, que es el proceso de reducción de emisiones de carbono, sobre todo de dióxido de carbono (CO2), a la atmósfera.