Donald , Javier y Mauricio

Por casualidad o por causalidad, vaya uno a saber, lo cierto es que la principal enemiga política de Mauricio Macri durante su presidencia, Cristina Fernández de Kirchner, cumple hoy el mismo papel con Javier Milei. Y, al revés, el principal amigo político en el mundo de Mauricio Macri durante su presidencia fue Donald Trump, que hoy es aún más amigo de Javier Milei. A Mauricio esas dos grandes ventajas -el desprestigio de Cristina y el poder de Donald- no le sirvieron para nada. Ahora es la oportunidad para que Javier no repita la misma historia.

Donald , Javier y Mauricio
Mauricio Macri, Donald Trump y Javier Milei.

Mauricio Macri fue, en su momento, un presidente estimado por Donald Trump pero solo uno más en la lista de presidentes amigos del hoy reelecto en Estados Unidos. Por ejemplo, aunque suene paradojal, Vladimir Putin tenía una relación más estrecha con el primer mandatario yanqui, pero un tanto secreta por non sancta (se sospechaba que el ruso había apoyado al norteamericano para que ganara las elecciones) y ahora, con la invasión a Ucrania, eso estará por verse. Lo cierto es que aún así Macri recibió de Trump una ayuda colosal. En medio de una corrida cambiaria y con la economía en una pendiente en declive, el argentino recurrió al FMI en busca de ayuda y por influencia de Trump consiguió el préstamo más grande de la historia del organismo, unos 50 mil millones de dólares, el equivalente en términos reales a casi la mitad de lo que significó en dólares para los Estados Unidos, el Plan Marshall de la posguerra con que se reconstruyó Europa. Eso ocurrió a mediados de 2018. En noviembre del mismo año, en la reunión de líderes del G20 realizada en Argentina, Macri brilló con luz propia no sólo por recibir a los presidentes más importantes del mundo, sino por la cantidad de halagos que le brindó ese Trump que le había prestado medio Plan Marshall. Ese día Macri debió sentirse el rey del mundo, quizá ignorando que era el comienzo de su ocaso. La plata que reconstruyó Europa en los años 40, no serviría para reconstruir nada en la Argentina del siglo XXI. Algo tan difícil de explicar políticamente que sonó como que los dólares hubieran desaparecido en la nada. El peronismo triunfante un año después justificaría todos sus desaguisados propios echándole la culpa a los dólares del FMI que Macri “fugó para él y sus amigos”. Una mentira evidente, pero sumamente creíble porque nadie en la Argentina vio lo que se hizo con el préstamo más grande del mundo. Apenas sirvió para pagar otras deudas. Para peor, Trump hizo que el FMI le prestara ese increíble suma a la Argentina con el fin de que Macri pudiera ser reelecto. Algo que estuvo muy lejos de suceder. Tanto que perdió frente a una picardía de Cristina que al no poder asumir ella por su gran desprestigio y deudas ante la justicia, logró ubicar en la Casa Rosada al presidente más inútil de la historia argentina. Los argentinos somos así, siempre en los extremos. Del préstamo más grande del mundo al presidente más inútil del mundo que consiguió la inflación más grande del mundo. Y ahora, para seguir con la misma lógica, tenemos un presidente que se considera una de las tres personalidades más importantes del mundo. En todo somos los más grandes, para bien y para mal, aunque seamos los únicos en el mundo que nos lo creamos. Más bien hemos demostrado más mediocridad que otra cosa. Y si a veces de verdad caemos en los extremos, es en lo peor, nunca en lo mejor.

Valgan estos recuerdos para que Milei los tome en cuenta. Nunca la historia es lineal y jamás se repite igual, pero es la madre de las experiencias y si bien no sirve de nada reiterarla ya que no se puede porque siempre los contextos son distintos, sus aprendizajes son los que nos diferencian del resto de las especies. Los humanos avanzamos porque la acumulación de conocimiento que nos trasmite el pasado (sobre todo el trascendente) son fundamentales para ello.

En ese sentido Milei debería acumular en su conocimiento dos experiencias fallidas de Macri, que aún en contextos diferentes, bien podrían repetirse.

Primero, no caer en la provocación de Cristina que quiere que Javier la considere su enemiga principal, para transformarse en la abanderada de la oposición. Es una tentación muy grande porque hoy Milei la supera en proporciones gigantescas en todas las encuestas y entonces qué mejor que pelear con la que está peor. Aconsejado por Durán Barba, es lo que hizo Macri durante toda su presidencia. Cristina, que perdió todas las batallas porque siempre Macri resultaba ganador en imagen durante cada confrontación en particular, al final ganó la guerra cuando le hizo jaque mate al presidente utilizando de pieza de ajedrez a un pusilánime.

Segundo, no caer en el otro error de Macri que cuando por influencia de Trump le prestaron el dinero equivalente para ganar -teóricamente- no una sino diez elecciones seguidas, perdió catastróficamente apenas poco más de un año después (en las PASO Alberto Fernández superó a Mauricio Macri por casi 20 puntos). No alcanza con que el rey del mundo te preste todo el oro necesario y que además venga a tu país a decirte que sós su amigo más fiel (a pesar de que Macri en las elecciones norteamericanas pidió el voto para Hillary Clinton y no para Trump, mientras que Milei -nobleza obliga reconocerlo- se la jugó desde el primer momento y aún corriendo riesgos políticos pesados, por la figura del magnate recientemente electo) si vós no sós capaz de convertir en poder político transformador todo ese apoyo, que seguramente Javier también tendrá de Donald.

En síntesis, teniendo enfrente como enemiga política exclusiva a la dirigente más desprestigiada de la Argentina y teniendo al lado toda la plata del mundo para ayudarlo, facilitada por el hombre más poderoso del mundo, Macri no pudo sumar ni una sola de esas ventajas para mantenerse en el poder.

Hoy, Mauricio, políticamente muchísimo más experimentado porque parece haber aprendido más de sus derrotas que de sus éxitos, trata con intenso afán de trasmitirle esas experiencias a Javier para que no le ocurra lo mismo. Pero Javier no parece llevarle mucho el apunte. Y ahora que junto a Donald seguramente estará convencido que los dos unidos serán los dos hombres más importantes y grandes del mundo (además con la ayuda del que podría ser el tercero, Elon Musk), parece abrírsele un porvenir venturoso. Si lo sabe aprovechar como no lo pudo o supo aprovechar Mauricio.

* El autor es sociólogo y periodista. clarosa@losandes.com.ar

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA