Los pensadores e intelectuales de la nueva izquierda entienden que la cultura es sinónimo de poder y para intervenirla diseñan y ponen en marcha un plan sistemático y progresivo que ingresa a las universidades y luego se expande hacia las escuelas, los diferentes medios de comunicación y el mundo del espectáculo. Cooptan la cultura y adoctrinan en las instituciones educativas. Sus relatos expresan un claro objetivo: combatir al capitalismo, el patriarcado y la iglesia. Sus discursos están cargados de resentimiento y en ellos predomina la idea de deconstruir todo lo instituido para luego reconstruir bajo las categorías de un marxismo reciclado.
En muchas escuelas de nuestro país los jóvenes son funcionales a esta ideología sostenida por La Nueva Izquierda, que promueve el igualitarismo por encima de la Igualdad ante la Ley y desconoce el valor del mérito.
Varios colegios de CABA fueron tomados por un grupo de alumnos. Pero otro grupo de jóvenes decidió, haciendo uso de su libertad que nace de la Igualdad ante la Ley, que Sí querían estudiar y ejercieron ese derecho: fue habilitado otro edifico para que puedan concurrir a clases.
La Ministra de Educación de CABA dijo: “No vamos a caer en la provocación de quienes siguen apostando al conflicto” y “Vamos a seguir siendo claro en los límites”. Es importante comprender que el conflicto forma parte del ADN del populismo y que los límites son necesarios para el pleno desarrollo intelectual y afectivo de los jóvenes. Concordando con Barilko, quien ama pone límites. Los niños y los jóvenes necesitan, límites claros y por esto los adultos deben estar presentes allí, con la necesaria asimetría que tiene relación directa con cuidar, acompañar y amar. Con autoridad (que no es autoritarismo) para promover a los niños, niñas y jóvenes hacia mayores niveles de bienestar. El concepto de autoridad se vincula con el concepto de autoridad moral, definida como aquella que se impone mediante la coherencia que un individuo muestra entre sus palabras y sus acciones. Autoridad y coherencia por parte de los adultos, pilares fundamentales en la educación de los niños, las niñas y los jóvenes.
* La autora es miembro del equipo Civilitas.