¿Qué tienen en común las expresiones “Los proyectos postergados hoy van tomando vuelo” y “He cazado al vuelo sus intenciones”? Indudablemente, el sustantivo “vuelo” ha sido utilizado en locuciones diversas, que nos colocan ante significados también diversos. Veamos la riqueza de este vocablo: si hice algo “al vuelo”, habré querido significar que lo ejecuté con prontitud. Por otro lado, si una persona “alzó el vuelo”, significará que se marchó de repente: “Terminada la operación, el ladrón alzó el vuelo”; si la misma expresión la refiero a un ave, habré querido decir que echó a volar: “Cuando Mariela abrió la jaula, el canario alzó el vuelo”.
Hay quienes son muy inteligentes para comprender las cosas: en este caso, se dice de la persona que las “cazó al vuelo”, aunque las intenciones hayan estado ocultas o no se hayan dicho claramente. También se puede decir que “las cogió al vuelo”. En otras oportunidades, puede suceder que se le quite el ánimo o aliento a alguien cuando intenta ejecutar o pretende algo: se dice aquí que “se le cortan los vuelos”, igual a “se le cortan las alas”. Una expresión muy connotativa es “darle alguien vuelo a la hilacha” que es equivalente a “echar una cana al aire”, esto es, que se divierte fuera de su norma habitual: “Se fueron en viaje de placer y le dieron vuelo a la hilacha”.
Expresiones contrarias en cuanto a su valor significativo son “de altos vuelos” y “de cortos/pocos vuelos”, equivalentes, respectivamente, a “importantes” y “de escasa importancia o talento”: “Ha concebido proyectos de altos vuelos” y “Descalificaron las propuestas por ser de pocos vuelos”.
Ya no se oyen en nuestra ciudad que, en circunstancias festivas, “toquen/echen a vuelo las campanas”: “Para la celebración patria, en la ciudad, se echaban a vuelo las campanas”.
Cuando el espíritu o la imaginación se elevan, se dice metafóricamente que “alguien levanta vuelos”; pero, si se dice de alguien que “levanta el vuelo”, el significado es de connotación negativa pues indica que se ensoberbece; asimismo, puede indicar que alguien se marcha de repente, normalmente para escapar: “Cometida esa irregularidad, los responsables levantaron el vuelo”.
Una acción que se realiza en forma rápida y sin profundidad se dirá que es hecha “a vuelo de pájaro”: “Hicieron un recorrido a vuelo de pájaro”. Y cuando un proceso va adelantando o aumentando mucho se dice que “toma vuelo”: “Su idea ha tomado vuelo y se va concretando”.
El Refranero multilingüe del Instituto Cervantes nos aporta, en relación con “vuelo”, la siguiente paremia: “Sin alas con que alear, ¿cómo pretendes volar”; con ella, se nos quiere indicar que, sin los medios necesarios, resulta imposible llevar a cabo cualquier empresa.
Leemos a Antonio Machado: “Caminante, no hay camino, / se hace camino al andar. / Al andar se hace camino / y al volver la vista atrás / se ve la senda que nunca / se ha de volver a pisar”: ¿qué significa esa expresión “hacer camino”? La expresión, que también puede ser “hacerse camino”, significa “alcanzar fama y provecho en la profesión u oficio que se ejerce”.
Análoga es la expresión “abrir camino” que, coincidentemente, puede significar “hallar, sugerir o allanar el medio de vencer una dificultad o mejorar de fortuna”; también, “iniciar o inventar algo”: “Lentamente y con gran esfuerzo, se abrió camino en un medio adverso”.
En cambio, “a medio camino” es una locución adverbial que, coloquial y metafóricamente, indica una acción inconclusa: “No supo luchar por sus sueños y sus estudios quedaron a medio camino”.
Muchas veces, se metaforiza con el camino para aludir a la facilidad con que se desenvuelve un proceso: “camino de rosas” es una trayectoria fácil, sin obstáculos ni inconvenientes: “En su vida, todo parece un camino de rosas”. También, “camino derecho” señala la manera de lograr algún fin sin andar con rodeos: “Va a lograr rápido la meta porque tiene el camino derecho”. Y, en cambio, cuando el camino es estrecho y accidentado, se lo llama “camino de cabras”. Siempre con el ánimo de mostrar cómo se verifica el cumplimiento de una meta, se puede utilizar la locución “cruzarse/atravesarse en el camino de alguien”; ella puede señalar cómo se impide el cumplimiento de un propósito o cómo alguna persona influye decididamente en la vida de otra: “Todo marchaba a pedir de boca hasta que ese personaje se cruzó en su camino”.
La expresión “ir fuera de camino” puede referirse a una cosa o a una persona; en el primer caso, ha de indicar que el asunto no está puesto en razón: “El problema se nos fue de las manos y ahora va fuera de camino”; en el segundo caso, significa que la persona procede con error o que obra sin método, orden ni razón: “¡Pobre Julián, después de los últimos hechos, no acierta nada y va fuera de camino!”.
Connotaciones positivas traslucen las locuciones “llevar camino algo” y “meter a alguien por camino” que, respectivamente, señalan que algo está en vías de lograrse o que se reduce a una persona a la razón y se la saca del error en que estaba: “El tremendo conflicto lleva camino de finalizar” y “Ese personaje influyente metió a mi primo por camino y lo encarriló”.
Cuando los cónyuges interrumpen su vida en común, se dice que “cada cual echa por su camino”: “Las cosas fueron empeorando hasta que decidieron que cada cual echaría por su camino”. De modo similar, “ir dos o más personas por su camino” es indicio de que ellas están discordes en sus dictámenes.
Cerramos, como siempre, con la reflexión volcada en paremias: “A camino largo, paso corto”, que significa que no hay que precipitarse en alcanzar el fin deseado, sino que se debe dosificar el esfuerzo y tener en cuenta que toda empresa requiere su tiempo. “Donde hay camino real, no te vayas por el matorral” recomienda elegir el medio más directo y seguro para conseguir algo y evitar problemas.
* La autora es profesora consulta de la UNCuyo