Falta poco para que empiece la cosecha vitivinícola 2022 y si bien los referentes del sector aseguran que este año no faltará mano de obra, temen por posibles complicaciones a causa de los contagios de Covid-19.
Lo cierto es que la convivencia con la pandemia ha sido especial para la vitivinicultura. Por un lado, las ventas se dispararon, primero al mercado interno (en los meses de aislamiento) y luego al mercado externo, en medio de un mercado demandante que pagó buenos precios por el vino fraccionado argentino. Por el otro, se han visto grandes problemas a la hora de cosechar. Hubo complicaciones para el regreso de los trabajadores golondrina en 2020 y dificultades para conseguir personal suficiente en 2021. Ahora, las condiciones están dadas para que la cantidad de cosechadores sea suficiente y no hay mayores trabas para que se realicen los traslados interprovinciales. Sin embargo, la incertidumbre por el coronavirus siempre está vigente.
La nueva ola de contagios llegó de forma abrupta y alcanzó cifras que hasta hace poco eran impensadas. Lo positivo es que los hospitales están lejos de colapsar y la baja tasa de mortalidad aleja las posibilidades de que se apliquen medidas restrictivas extremas, como las que rigieron durante casi todo el 2020 y una parte del 2021.
Ahora bien, el hecho de que el virus hoy parezca menos letal no quiere decir que realmente lo sea, ni significa que deban dejarse de lado los protocolos sanitarios que se aplicaron el año pasado. Con cuidados básicos que garanticen el distanciamiento, permitan la higienización y promuevan la vacunación, se podrá trabajar con mucha mayor tranquilidad. No solo se estará cuidando al trabajador, sino que además se estará evitando cualquier clase de sorpresas.
El año pasado salieron a la luz varios de casos de campos en los que no se respetaban las medidas sanitarias y no se permitía a los trabajadores que las exigieran. Esta temporada eso debe desaparecer. No hay margen para la especulación ni para el error.
Todo está dado para que la temporada arranque bien para el sector vitivinícola, al menos en lo que a cosecha se refiere, pero para que las mejores expectativas se cumplan se debe empezar por lo básico: cuidar la salud de quienes levantan la uva.