La pandemia desatada a nivel mundial y la cuarentena extendida traerá un desafío nunca visto para la Argentina.
La recuperación económica requerirá de un gran esfuerzo combinando medidas de corto plazo, con énfasis en promocionar aquellos sectores productivos que sean capaces de generar un rápido crecimiento del nivel de actividad y el empleo, con una mirada de mediano y largo plazo, que permita establecer un camino para lograr un desarrollo sostenido.
Así, deberemos alentar nuevos focos de interés, nuevas formas de producir y consumir, entre otros. Entre los puntos críticos que la recuperación trae está la promoción de la ciencia, tecnología e innovación como política de Estado, con prioridad en su vinculación virtuosa con todo el entramado productivo y emprendedor.
Esta afirmación, con la que quizá todos coincidamos, es fundamental para impulsar un ecosistema de innovación que beneficie a la sociedad y a la economía en su conjunto.
El otro factor clave es la educación, que más allá de sus implicancias sociales y políticas, ocupa un papel relevante en el aumento de la competitividad económica, en especial ante la naturaleza crecientemente cambiante del trabajo. En ese sentido, el desarrollo de la economía del conocimiento como eje del desarrollo es central para la Mendoza que viene.
Nuestra economía tiene una gran potencialidad de desarrollo con algunas cadenas productivas que muestran cierto dinamismo, pero demandan diversas capacidades científicas y sobre todo tecnológicas que es necesario radicar, lo que demuestra que el conocimiento y la innovación no solo importan como sector en si mismo, sino que cruzan todos los sectores de la economía.
El Triángulo de Sábato o modelo de la triple Hélice, propone establecer un sistema recíproco de relaciones entre el gobierno, la estructura productiva y el aparato científico-tecnológico, camino ideal de las muchas regiones y países que siguieron este esquema para lograr el desarrollo socioeconómico generando un aumento de la productividad y la competitividad regional, creando un ecosistema de innovación que potencie la transformación permanente.
Mendoza posee una cultura basada en el esfuerzo, un capital humano altamente calificado y empresas e instituciones públicas, privadas y educativas que ya han marcado un rumbo en la creación de un entorno de innovación. Desarrollar un ecosistema de innovación incluirá a los emprendedores en etapa temprana, las empresas maduras que desarrollan nuevos productos o procesos de fabricación, los grupos académicos e investigadores que buscan transferir sus ideas a la economía, al Estado y a la sociedad civil, las corporaciones globales interesadas en contribuir con el avance del conocimiento y la tecnología en Mendoza, las empresas locales que buscan nuevos mercados en el extranjero y las empresas tradicionales locales que buscan incorporar la innovación a sus negocios.
Se trata, por tanto, de conectar a los sectores productivos entre sí y a la economía de Mendoza con la industria global de la innovación, insertando a nuestras empresas como proveedoras de las cadenas globales y regionales de valor, impulsando acuerdos de cooperación internacional, promoviendo y alentando programas y políticas gubernamentales y favoreciendo esfuerzos de cooperación pública - privada con el sistema científico - tecnológico y educativo.
Un ecosistema desarrollado generará capacidades en la producción científica, tecnológica e innovación, programas de formación de recursos humanos con enfoque territorial, investigación interdisciplinaria, multidisciplinaria y transdisciplinaria que responda a demandas sociales y de producción para el desarrollo integral de la provincia, facilitará la transferencia de avances tecnológicos e innovaciones a los sectores productivos, contribuirá a la creación de empleos en la economía del conocimiento, la industria, la agricultura y los servicios, incorporará personal científico y tecnológico y generará beneficios para toda la economía.
El Estado, por su lado, debe primero organizarse y, luego, debe involucrarse en toda la dimensión multinivel, provincia (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), municipios y las instituciones del gobierno nacional con asiento en Mendoza (CONICET, INTA, INTI, CONEA), el sector privado de todas las cadenas de valor y el ámbito académico.
Entre los procesos que la pandemia aceleró y posicionó como uno de los más críticos que hace a la competitividad de la empresa, se encuentra la vinculación entre la ciencia, la tecnología y los sectores productivos, base de la nueva competitividad y para fortalecer y proyectar el talento de los mendocinos e incorporar valor a nuestra producción, aumentar nuestras exportaciones y crear empleo.
Así, el mundo post pandemia exigirá cambios sustanciales en la manera de trabajar, en nuestra vida cotidiana y la forma de relacionarnos. La tecnología hizo que un mundo casi puesto en pausa pudiese seguir funcionando, a través de la potenciación de la educación online, la telemedicina, el teletrabajo, el e-ECommerce, la robotización e industria 4.0, la agricultura de precisión, la banca digital, el e-sport y la búsqueda de practicas sustentables, entre otros.
Estamos en un momento crítico que nos cambiará para siempre y nos obligará a redoblar nuestros esfuerzos y creatividad. Estamos frente a las puertas de un mundo nuevo y de grandes cambios políticos, sociales, económicos y culturales.
Precisamente todas estas cuestiones tendrán cabida en el "Foro Tec de Mendoza, del cual a partir de hoy Mendoza será sede. Se trata de un encuentro virtual con importantes invitados que será complementado por un encuentro empresario del que participarán las principales entidades empresarias de Mendoza.
El evento servirá para seguir impulsando el desarrollo de la economía del conocimiento en la provincia.
*El autor es Profesor de Economía Política, UNCuyo.