Y el rock está envejecido y muriendo.
Iba a ser para siempre, como el delirio. Debía ser rebelde, contracultural, marginal, anticonsumista y anárquico.
Nació escandalizando y va a morir como una vela, con un efímero y desvaído fulgor.
Charly acompañó y sobrevivió todas las olas del rock. Fue como Tanguito, un porteño que conocía los rincones de la ciudad furiosa y los baños de los cafés.
Algunos naufragaron. Charly no dejó la costa.
Pasó la primavera hippie , llegó la dictadura. Los dinosaurios desparecieron, pero el rock salió fortalecido. También Charly
Destrozó hoteles, maltrató mujeres. Pero era Charly, era roquero.
Se codeó con el poder, se sacó fotos con Menem. Pero a los ídolos se les perdona todo. Más si después se sacan una foto con Cristina.
Y la sal no sala y el rock tampoco. Ni aquí ni en el mundo. Los marginales eligen otras músicas y otras drogas.
Pero tanto unos como otros siguen humillando mujeres. Salvo Spinetta, el poeta.
Pero Charly es Charly, la argentinidad al palo. Ooooo…..
El rock está más Palermo que nunca, el poder le es funcional, los medios malditos le dan prensa. Los escándalos son de mentiritas. Es que ya estamos viejos. Sólo homenajes, por favor.