Catolicismo, Democracia, Capitalismo

Michael Novak es un notable intelectual católico que no sólo reivindica la democracia, sino que escribe mostrando coincidencias entre catolicismo y capitalismo. Para ello, el análisis de sus principales libros es muy valioso.

Catolicismo, Democracia, Capitalismo
Michael Novak

Hay muchos equívocos sobre el catolicismo y la modernidad, en especial en las cuestiones de la democracia y de la economía surgida de la revolución industrial o sea el capitalismo o economía de mercado.

En los Estados Unidos, contemporáneo a John Rawls y Robert Nozick a los que aludimos en la nota del sábado anterior, tenemos un notable intelectual católico que no sólo reivindica la democracia, sino que escribe mostrando coincidencias entre catolicismo y capitalismo. Nos referimos a Michael Novak, nativo de Pennsylvania. Historiador, Filosofo, Economista, ingresó joven a un seminario católico graduándose en Teología, en la Universidad Gregoriana de Roma y luego, al dejar la carrera eclesiástica, en Filosofía y Historia en Harvard. Novak será corresponsal de medios católicos de los Estados Unidos durante el Concilio Vaticano II y también establecerá una relación fluida con Juan Pablo II, que en “Centésimo Annus” incorpora conceptos propios del intelectual estadounidense.

Fue autor de cuarenta libros, unos cuantos traducidos al castellano. Los tres que interesan a esta nota son The Spirit Of Democratic Capitalism de 1982; Teología de la Liberación ¿En Verdad Liberará? (1994). Raíces Evangélicas del Capitalismo Democrático (1989); La Ética Católica y el Espíritu del Capitalismo (1995).

Teología de la Liberación ¿En verdad Liberará?, compara los primeros años de los Estados Unidos con el desempeño de los estados latinoamericanos con su falta de instituciones, clanes políticos, el caudillaje militar, estructuras semi feudales en la tenencia de la tierra. La respuesta de la Teología de la Liberación confunde esa realidad con un estado liberal capitalista, parte de un supuesto falso y siguiendo el análisis marxista es la revolución con la dilución de los límites entre religión y política y la idea de la aparición “del hombre nuevo”, proponen la abolición de la propiedad privada, la lucha de clases, pero “carecen, escribe Novak de una teoría sobre la creación de riqueza y de las instituciones de política económica que deberán instaurarse”.

La Tradición Liberal, prosigue Novak “que los autores de la Teología de la Liberación critican sin haberla conocido con aceptable profundidad, es una muy diferente Teología de la Liberación en tres ámbitos distintos: la liberación de la tiranía y la tortura; en lo económico la liberación de la tiranía de la pobreza y en lo religioso y cultural, la libertad de conciencia. Y con un espíritu más realista diseñó instituciones que sí liberan, las del capitalismo democrático. No es casual que fuera un padre del liberalismo, Adam Smith, quien acuñara la expresión ‘política económica’: no se trata solo de mercados libres sino también de un sistema político y moral cultural que los regule adecuadamente”

Esta concepción de tres sistemas como modo de regular el poder se inspira en la concepción judeo cristiana del pecado, el hombre como imagen de Dios creador y partícipe de su creatividad y la comunidad como una alianza libre y voluntaria que llevan respectivamente a la idea de la limitación del poder, de la creación de riqueza como fruto de la iniciativa de las personas y la importancia de una cultura de la libertad y la asociación.

En “El Espíritu del Capitalismo Democrático”, Novak destaca la condición necesaria del capitalismo de que sea democrático. Detesta el populismo y el capitalismo de amigos, males que provocan el atraso, dice, de Latinoamérica. Novak cree que “el capitalismo popular latinoamericano” puede romper con el mercantilismo heredado de la aristocracia hispana y portuguesa.

En la Ética Católica y el Espíritu del Capitalismo, Novak dice “El único cimiento duradero para una sociedad capitalista es uno de carácter moral, espiritual y religioso. El sociólogo alemán Max Weber llamó la atención sobre sobre dicho fundamento en 1904 en la Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo.” Puesto que “Weber no dio exactamente en el blanco”, sigue Novak por “haber obscurecido la contribución tan trascendental que la ética católica ha hecho a ala tradición cristiana, brindándole un contrapeso a la ética protestante y quizá lo más importante, hubiera dejado de lado la judaica con su decisivo acento con la creatividad y la imaginación, que el concepto más amplio de católico (en su significado universal) incluye. Fue el judaísmo, después de todo, el que enseñó a la humanidad que todas las cosas tenían origen en un Creador único, que llama a todos los seres humanos a participar en su obra creativa a través de la historia”.

“En la médula del sistema capitalista está por ejemplo la confianza en la capacidad creativa de la persona humana. Como bien lo enseña la teología católica y como, podemos verificarlo a través de la experiencia, dicha confianza ocupa un lugar principal. Todos los hombres están hechos a imagen de Dios”.

Arthur Jones, publico en el National Catholic Reporter: “Michael Novak predica las virtudes del capitalismo a los cristianos. El avance vendrá solo cuando él predique al mismo tiempo las virtudes cristianas a sus partidarios capitalistas”.

* El autor es presidente de la Academia Argentina de la Historia.

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