Caer en su propia trampa

Falta uva, las previsiones no son las esperadas y con ello, el que ahorró en vino, está especulando para ver si puede conseguir un valor superior al que hoy se ofrece en el mercado.

Caer en su propia trampa
Falta uva, las previsiones no son las esperadas y con ello, el que ahorró en vino, está especulando para ver si puede conseguir un valor superio. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Nuevamente la temporada vitivinícola ha estado hundida en especulaciones. El principal problema: el precio. Antes estas discusiones se daban en mesas de café pero ahora la tecnología las trasladó a las apps de mensajería. Esta es una “actividad” que se registra con fervor durante los años “del productor”, es decir, cuando falta uva y los stocks del año anterior están equilibrados.

Esa parece ser la situación actual. Falta uva, las previsiones no son las esperadas y con ello, el que ahorró en vino, está especulando para ver si puede conseguir un valor superior al que hoy se ofrece en el mercado. Es decir, retiene su stock.

Según datos del SIO Vinos y referentes del sector esta semana los tintos genéricos ya se comenzaron a transar con piso de $ 70 pesos el litro a plazo corto. Sin embargo, desde Bodegas de Argentina en una carta enviada al INV hablan de “operaciones realizadas en los primeros meses del año y aquellas en proceso de negociación que nos informan nuestros asociados, que alcanzan precios de hasta $ 80 el litro para los tintos”.

Las bodegas ponen a rodar nuevamente la posibilidad de importar vinos pero por ahora, muchos aseguran que no da el negocio o que es “muy finito”, por encima de los $ 75 ya parece viable. No obstante, fuentes del INV confirmaron que esta semana no ha entrado ningún pedido de importación, por lo que las bodegas siguen especulando.

En qué se basa esta especulación en lograr que se adelante la fecha liberación de los vinos nuevos y con ello morigerar las expectativas del mercado y generar una baja sustancial del precio del vino. El INV también advirtió y confirmó que la fecha de liberación es el 1 de junio.

En el medio de todos esto, quedan los productores, que como todos los años están entregando sus uvas sin precio, que luego negociarán a partir de mayo. Es obvio que una “movida” para generar una baja de precios es solamente para afectar directamente al productor y a esa negociación futura.

Para muestra un botón: la semana pasada Los Andes advertía que este año las bodegas que tienen espumantes y que necesitan para sus clásicas bases Chardonnay habían tenido serios problemas de abastecimiento. Principalmente por que tras diez años de malos resultados, los productores decidieron cambiar a un varietal más rentable.

Así esta temporada se escucharon amargas quejas sobre la poca disponibilidad. Sin embargo, pocas voces del sector industrial se quejaron cuando durante años pagaban los varietales blancos equiparándolos con una criolla de alto rendimiento y muchos casos aún menos. A poco, este año han observado algo que la industria misma generó: cayeron en su propia trampa.

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