Este año de pandemia hubo muchos ejemplos de solidaridad en distintos ámbitos de la sociedad, especialmente en el sector de la salud, con médicos y enfermeros luchando contra un enemigo que no era conocido.
Afortunadamente se suman otros ejemplos de entrega desinteresada hacia el prójimo, destacándose la labor de un nutrido grupo de arquitectos que interactúan bajo el nombre de “Manos a la obra”.
Estos profesionales formaron una Organización No Gubernamental (ONG) que se dedica a prestar asistencia concreta y real en determinados casos de urgencias en la comunidad.
Conmovidos por las serias deficiencias del merendero escolar del barrio La Favorita, en el Oeste de la ciudad, esta entidad se propuso una misión que exige horas de trabajo técnico y gestión de recursos para la concreción de obras, atendiendo sus integrantes las prestaciones solidarias al unísono del normal desarrollo de sus actividades habituales.
Su desafío consiste nada menos que en levantar un salón de usos múltiples apropiado, ya que el anterior, aunque con una básica prestación, no reunía condiciones mínimas de uso, luego de la desaparición de su techo tras un viento Zonda ocurrido en 2018.
El grupo de arquitectos se puso el desafío al hombro y desde entonces inició las tareas para levantar un nuevo y confortable local, con ambientes para los comensales, cocina y dos sanitarios.
Antes de empezar con la obra propiamente dicha, jóvenes integrantes del grupo colaboraron en conseguir ropa de abrigo, colchones, frazadas, calzado y alimentos.
El siguiente paso fue obtener materiales de obra y dar inicio al emprendimiento, que está en plena ejecución.
Las acciones altruistas de estas personas dan una respuesta práctica y directa ante sentidas necesidades de sectores empobrecidos de la comunidad.
Sin retórica y sin esperar auxilios oficiales, se pusieron en acción dando paso a una gestión que bien podría replicarse en barriadas humildes, donde los mayores perjudicados son los niños.
En relación a la capacidad demostrada por los profesionales de “Manos a la obra” para asumir y llevar adelante el proyecto, cabe mencionar la preparación recibida en la Cátedra e Instituto de Vivienda Social de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad de Mendoza, unidades académicas en las que se estudian y transmiten, al medio, estrategias de desarrollo habitacional y barrial.
Por otra parte, la réplica de acciones de estas características, sería de gran ayuda para brindar acompañamiento profesional en el proceso de integración socio-urbana de los aproximadamente 250 barrios populares de Mendoza, muchos de los cuales son asentamientos con graves carencias en los que, insistimos en el concepto, tienen a su población infantil como la más perjudicada.
Es de esperar un amplio reconocimiento social, académico y del Colegio que agrupa a estos profesionales, por su trabajo comprometido en la mejora del equipamiento barrial de La Favorita, que seguramente pronto mudará sus potencialidades a otras barriadas necesitadas.
Si la solidaridad siempre es propicia, en momentos como los actuales es más necesaria que nunca.