Argentina: ante un dilema García Marquiano

El problema de la Argentina es esencialmente politico. Las actuales autoridades y los partidos de la oposición tienen la palabra.

Argentina: ante un dilema García Marquiano
Imagen ilustrativa / Archivo.

Los recientes indicadores de pobreza publicados, arrojan una cifra inusual para nuestro pais: 40,9%, el peor nivel alcanzado  en los ultimos 16 años.

Si miramos este indicador en el periodo que la democracia inicia en 1983, vemos que las primeras mediciones realizadas en 1988 indican un nivel del 34,3% . A partir de ahi y –producto de distintas y fallidas estrategias de estabilidad y crecimiento– el indicador toca un nivel del 20% durante los años 1993/1994 y alcanza un nivel máximo del 57,5% en el 2002 , a la salida de la convertibilidad. El gobierno anterior, que pidió que su gestión fuera medida por la performance de ese indicador, lo dejó a fines de 2019 en un nivel de 35,5%. Superior en un 25% al nivel del inicio de su mandato.

Pablo Gerchunoff en su artículo sobre el Nudo Argentino, muestra claramente que la Argentina prácticamente no crece. Desde el año 1974 hasta el 2011 lo hizo a una tasa anual del 0,9%, mientras que a partir de ahí, el crecimiento fue nulo.

Hemos transformado a  nuestro  pais, en  anómico y sin moneda.

El gobierno acaba de lanzar ahora, un nuevo paquete de medidas , tendiente a marcar un rumbo y generar un clima de expectativas positivas que permita visualizar un futuro.

Busca y desea  generar confianza.

García Marquez –el padre del realismo magico latinoamericano– tiene dos libros que de alguna forma, por supuesto metafórica, marcarán los dos escenarios que enfrentará el actual gobierno.

Un primer escenario positivo, en donde se despiertan y canalizan las necesidades de los argentinos, que podemos imaginar como El Amor en tiempos del Cólera.

Ahí, Florentino Ariza, su personaje central –en el que podemos sentirnos representados– persigue con amor inocente y profundo hasta el delirio, a Fermina Daza –en este caso la Argentina– en busca de ese amor no correspondido que se espera toda la vida. Lograr ese encuentro y despertar esa pasión, entre los argentinos y su pais, es la tarea que tiene el actual gobierno. No es menor.

Un segundo escenario, negativo en este caso, está representado por Crónica de una muerte anunciada .

Santiago Nazar –imaginariamente nuestro pais– transcurre sus días y noches sin poder vislumbrar lo que le sucederá. La gente  de Riohacha -el pueblo donde se desarrolla la tragedia- conoce y está convencida de que sucedará lo inevitable.  Pero –al decir del autor– “todos callan, enmudecidos por el temor, el desconcierto, el afán de venganza.”

Para abrazar lo primero y evitar la tragedia, la gente debe visualizar una perspectiva de cambio. Debe creer, debe confiar en que no se repetirán cosas negativas que nos sucedieron en el pasado. Y esa perspectiva de cambio es algo integral. Holístico. No solo descansa en la personas y en sus ideas, sino también en su forma de relación con el conjunto de la sociedad , su capacidad de gestión y el rumbo que necesariamente cree debe tomar nuestro pais. Y esta tarea no la puede realizar solo el Gobierno actual. Debe ser realizada por el conjunto de la sociedad. Toda su clase dirigente debe estar puesta a disposición para volver a generar confianza.

Existen, 3 (tres) políticas a implementar que necesaria y consensuadamente deben transformarse en Políticas de Estado.

La primera de ellas tiene que ver con la generación de nuevos empleos. Gobernar es crear trabajo. Su contracara en el siglo XXI es tener la habilidad de generar actividades productivas en un marco de profunda innovación tecnológica. Para ello se necesita crear, establecer y generar un clima de negocios que despierte en nuestros sectores productores de bienes y servicios, lo que Schumpeter llamaba un proceso de destrucción creativa. Dinámico y permanente.

La segunda Política de Estado –estrechamente relacionada con la anterior- tiene que ver con la inserción de la Argentina en el concierto de las naciones. Con un concepto claro de defensa de sus intereses como Nación. Para la defensa y búsqueda de los mercados que necesitamos.Estamos en presencia en el siglo XXI,  del surgimiento claro de China, disputando  a Estados Unidos el liderazgo  y la supremacía en los flujos financieros y de comercio. Los esquemas ideológicos –en uno y otro sentido– que caracterizaron a las políticas de nuestra Cancillería, deben ser dejados de lado. Argentina y sus intereses y principios deben estar en primer lugar.

Y por último transformar en Política de Estado lo que sabemos que no podemos seguir haciendo más. Esto es, manipulación del tipo de cambio con fines antinflacionarios, tasas de interés negativa en terminos reales, deficits fiscales estructurales financiados a cómo hubiere lugar, inflación estructural en niveles confiscatorios y recurrencia al endeudamiento externo para mitigar y/o compensar la falta de una poliítica economica de estabilidad y crecimiento.

El problema de la Argentina es esencialmente político. Las actuales autoridades y los partidos de la oposición tienen la palabra. Los dirigentes empresarios, sindicales y de instituciones sociales tienen también  mucho que decir.

Tal vez asi,  de manera imaginaria como en el libro de García Marquez, podamos ver a los argentinos embarcados en el Nueva Fidelidad, y presenciando quizá este diálogo:

"¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo? -le preguntó.

Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía 53 años, 7 meses y 11 días con sus noches.

-Toda la vida -dijo"

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