Año electoral... ¡vale todo!

Y llega también, el “vale todo”: viejos enemigos que se amigan, viejos amigos que se enemistan, enojados que se calman, ofendidos que olvidan, olvidados que son recordados, viejos y nuevos socios de la política y los negocios o viceversa, parientes o amigos en varios partidos porque así siempre se gana….

Año electoral... ¡vale todo!
Año electoral... ¡vale todo!

“Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”. Groucho Marx.

Este artículo se podría haber titulado: “Luchando por una ubicación en la cubierta o en el comedor del Titanic, ya hundido más de la mitad”.

Es una mirada con perspectiva sociológica.

El que dice que lo que nos pasa, pasa en todo el mundo o desde el inicio de los tiempos, le conviene que profundice más sobre tema.

Esta visión sociológica pone énfasis en la particularidad de cada cultura política, en lo que la define como singular.

El que crea que hacer política en USA, Inglaterra, Congo, Siria, Escandinavia, China, Emiratos Árabes, Rusia, Perú, Chile, Angola, Botsuana, Filipinas, Bolivia, Australia, Cuba, Corea, etc. es lo mismo, se sorprendería por las diferencias que encontraría.

El espectáculo que nos viene mostrando nuestra clase política en vísperas de cada elección, con tesón digno de mejor causa, desde hace décadas, ya se empieza a desplegar cada mes que pasa, con más intensidad.

Sin embargo, tanto esfuerzo y dedicación nos ha dejado un país:

• Que en 1945 era el sexto en el mundo y hoy es el Nro. 60.

• Que en 1972 tenía el 6% de pobres y 75% de clase media y hoy más del 50 % son pobres, casi 20 millones, con una clase media empobreciéndose aceleradamente.

• Donde los trabajadores en blanco son la misma cantidad de la década del setenta con una población duplicada.

• Con crisis económicas cada 8/10 años desde hace cincuenta años y la Gran Crisis de 2001, etc. etc.

A pesar de esta debacle, nuestra clase política empieza como si viviéramos en la mayor abundancia y prosperidad, el cuestionable espectáculo de tratar de no quedarse afuera del asombroso juego de lograr poder, ganar las elecciones y acaparar la mayor cantidad de cargos en disputa, a como dé lugar y por sobre cualquier otra consideración!

Así hay que sobrevivir políticamente y no quedarse afuera de la parte del Estado que le debe tocar ya sea una banca, un lugar en la administración pública, en los cargos políticos del Estado, como asesores varios, que les corresponde por derecho vitalicio, familiar o por los servicios prestados a la Revolución, al Partido, a la Ideología, a la Causa, a la Patria, a la Sociedad, a la Historia, a los Compañeros, a los Correligionarios, al Cambio, al País, (es lo mismo).

Y la verdad es que nadie se deja amedrantar para lo contrario y muy pocos se retiran aceptando claramente su fracaso, su desilusión o su frustración.

Es decir, reconociendo su verdadera incapacidad para crear una mayor prosperidad y riqueza respecto de la que había cuando entraron a la política.

Por el contrario hasta aparecen los que “los” fueron, porque ellos creen que todavía tienen mucho para aportar!?.

Claro, si tienen tanta experiencia…..Lo lamentable es que precisamente tienen mucha de la experiencia, junto a la mentalidad y las formas de hacer política que nos ha traído hasta aquí!.... ¡todo un tema!

Ahora bien, ese lugar codiciado hay que lograrlo a como dé lugar.

Así empezó el famoso “toma y daca” junto a la bien amada y ponderada “rosca”!

Aparecen los famosos “animales políticos”, “los políticos de raza”, “los políticos profesionales”, “los que se hacen los boludos” al decir de Felipe Solá , los “operadores”, “punteros”, “influyentes”, “renegados”,” desilusionados”, “arrepentidos”, “ilusionados”, “militantes”, “analistas”, “asesores”, “formadores de opinión”, gurúes, “referentes”, “factótum” y una densa variedad de personajes todos dispuestos a dar lo mejor de sí para quedarse con una tajada del codiciado botín: el Estado, que todavía sigue dando y dando su derrame generoso de recursos de todo tipo y en todo lugar.

Y llega también, el “vale todo”: viejos enemigos que se amigan, viejos amigos que se enemistan, enojados que se calman, ofendidos que olvidan, olvidados que son recordados, viejos y nuevos socios de la política y los negocios o viceversa, parientes o amigos en varios partidos porque así siempre se gana….

Y aquí es donde entra nuestro amigo Marx (el cómico, no el filósofo) y aporta su famosa frase que nos dice: ¿Y los principios?…. Bien, guardados gracias! Y yo digo: “¿Y la gente?.......¿”Cuál gente?”

*El autor es Sociólogo.

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