Aniversario de la Constitución Nacional

La Constitución de 1853/ 60 no solo aseguró libertades y derechos, la separación de los poderes, la limitación del poder del gobernante a cargo de la presidencia, sino que también fue un programa de progreso con el artículo 14 y su convocatoria a poblar el país.

Aniversario de la Constitución Nacional
Constitución de 1853

El primero de mayo, se cumplieron 171 años de la sanción de la Constitución Nacional, redactada en la Convención reunida en Santa Fe con una representación igualitaria de trece provincias argentinas. La provincia de Buenos Aires no concurrió al no aceptar una representación que no reflejaba las diferencias demográficas.

Esta convención surgió del Acuerdo de San Nicolás convocado por Urquiza luego de su victoria en Caseros con la que concluyó con el largo predominio de Juan Manuel de Rosas, que desde Buenos Aires postergaba con distintos pretextos la organización nacional, posibilitando así la permanencia del monopolio portuario porteño, principal fuente de ingresos para financiar un estado nacional y en manos de la provincia desde el colapso de una autoridad nacional en 1820 con la derrota de Rondeau en Cepeda, salvo la breve presidencia de Rivadavia.

En el Acuerdo de San Nicolás estuvieron los gobernadores, que con excepción del de Corrientes, habían declarado loco traidor a Urquiza. En la plaza de Concepción del Uruguay, el gobernador entrerriano proclamó la necesidad de organizar institucionalmente a la Argentina. Diría Sarmiento años después haciendo autocrítica, por su oposición en ese momento al acuerdo con los gobernadores diciendo: “Casi todos ignorantes, unos cuantos ladrones, alguno asesino, pero era lo que había, con esos elementos Urquiza puso en marcha el proceso constitucional en la Argentina y tenía razón”.

La Convención actuó durante un tiempo como Congreso, ya que Urquiza fue reconocido en San Nicolás, como Director provisorio y encargado de las relaciones exteriores. Tuvo que superar a los timoratos que decían que primero había que pacificar el país, ocasión en que el diputado por Mendoza Martín Zapata pronunció un fuerte discurso en favor de la rápida redacción y sanción de la Constitución. Otro tema de discordia para algunos convencionales del noroeste, fue el reconocimiento de la libertad de cultos. Los jujeños se retiraron de Santa Fe y bregaron para que el norte no aceptara la Constitución, maniobra fracasada gracias al fraile catamarqueño Esquiú y su célebre Sermón.

Fueron convencionales, entre otros, destacados hombres públicos como Juan María Gutiérrez, Francisco Seguí, Salvador María del Carril, Santiago Derqui, Facundo Zuviría y un joven José Benjamín Gorostiaga, quien fuera el redactor del texto constitucional y que años después como presidente de la Suprema Corte de Justicia fijara doctrina sobre la interpretación de la misma y el rol de la Corte en esa función.

Los constituyentes no tuvieron solamente como modelo el texto de Alberdi en las Bases. Se toman en cuenta los antecedentes propios como las fallidas constituciones de 1819 y 1826, en particular esta y la experiencia de las guerras civiles y la larga dictadura de don Juan Manuel que desde Buenos Aires impuso su voluntad a las provincias, muchas veces en oposición a sus intereses como cuando prohibió el comercio de Cuyo con Chile o el del Noroeste con ese país y Bolivia con los perjuicios para el erario provincial y el comercio regional.

La Constitución argentina esta moldeada en la tradición de limitación del poder del ejecutivo, que tiene profundas raíces en los fueros que obligaban a respetar a sus reyes los pueblos castellanos, aragoneses, vascos y que en Inglaterra se inicia con la carta magna que los barones ingleses le imponen a Juan sin Tierra, proceso que culmina con la revolución “la gloriosa” de 1688 cuando el parlamento participa del gobierno con el monarca.

Una de las preocupaciones era terminar con el predominio de un caudillo, por eso se impide la reelección inmediata del presidente y en el artículo 29 el otorgamiento de facultades extraordinarias al presidente declarando infames traidores a la patria a los legisladores que las concedan. Facultades extraordinarias, ahora se le llaman delegación de poderes como gobernaron Menem, los Kirchner y ahora acaba de lograr Milei.

Con el pacto de San José de Flores en 1859 luego de la victoria de Urquiza en Cepeda se reincorpora Buenos Aires a la Nación y se acepta la revisión de la Constitución. En la Convención de 1860 se acentúa el carácter federal de la misma, al suprimirse cláusulas que permitían someter a juicio político por el Congreso a los gobernadores de provincia o a la aprobación del mismo de las constituciones provinciales.

La Constitución de 1853/ 60 no solo aseguró libertades y derechos, la separación de los poderes, la limitación del poder del gobernante a cargo de la presidencia, sino que también fue un programa de progreso con el artículo 14 y su convocatoria a poblar el país.

Los argentinos en 1850 eran el 3,5% de los habitantes de América Latina. En 1930 ascendían al 11%. Fue uno de los resultados de la sanción de la Constitución Nacional.

El manifiesto con el que culmina su labor la Convención al iniciar en 1854 el período presidencial de Urquiza, concluye con estas palabras que debemos grabar en nuestras almas: “Los hombres se dignifican postrándose ante la ley, porque así se libran de arrodillarse ante los tiranos”.

* El autor es Presidente de la Academia Argentina de la Historia y miembro del Instituto Argentino de Historia Militar.

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